Evangélicos en la guerra ideológica

Por: Marlo René López (1993)

En los últimos años Centroamérica ha sido escenario de largas y terribles guerras civiles que han causado la muerte de miles de personas. Las guerras no sólo se han dado a nivel físico o militar sino también a nivel ideológico y psicológico. Esta guerra ha llevado a los diferentes grupos a hacer uso de todos los medios posibles, hasta de la religión. El protestantismo hondureño no ha permanecido indiferente a esta guerra ideológica. Por lo general el protestantismo ha sido identificado con el capitalismo y la democracia, lo cual tiene sus raíces históricas en el siglo pasado. “La apertura protestante en la religión coincidió con la apertura de los países centroamericanos a la economía capitalista y al control del istmo por parte de los Estados Unidos”.

En el plano político, los Estados Unidos tuvieron como su más firme aliado a Nicaragua, sobre todo durante la dictadura somocista. Después de la victoria del sandinismo, Honduras pasó a ocupar el lugar de Nicaragua y se convirtió de esa manera en baluarte indiscutible del capitalismo y un elemento valioso en la lucha contra el comunismo ateo.

La guerra ideológica ha sido patrocinada por los Estados Unidos y Cuba. La ayuda económica destinada a los contras y a los grupos guerrilleros de izquierda ha sido en algunos casos canalizada por medio de instituciones cristianas. Algunos representantes de la izquierda se han adherido a la llamada Teología de la Liberación. En Honduras esa teología ha tenido poco eco debido a que se desconoce y a que se le teme al comunismo. Sólo entre algunos grupos evangélicos es conocida, tales como la Iglesia Evangélica y Reformada, la Iglesia Menonita y la Iglesia Hermanos Unidos en Cristo, lo cual se debe a su estrecha relación con el Seminario Latinoamericano de Costa Rica.

En el otro extremo se encuentra la derecha religiosa. Según Javier Zamora, el énfasis ideológico de derecha en el contexto religioso tiene sus inicios en los primeros años de la década del setenta:

Con base en documentos como el Informe Rockefeller y otros, que en 1969-70 apuntó que la Iglesia Católica había dejado de ser “un aliado de confianza para los Estados Unidos” en respuesta al Concilio Vaticano II y sobre todo a la Conferencia de Medellín, en los años sesenta, donde se dio a conocer la Teología de la Liberación, el mismo Rockefeller recomendó la penetración de sectas en Latinoamérica.

Más recientemente el Comité de Santa Fe elaboró un informe titulado “Las relaciones Interamericanas: Escudo de la Seguridad del Nuevo Mundo y Espada de la Protección Global de los Estados Unidos”, el cual advierte que:

La manipulación de los medios informativos mediante grupos vinculados a las diferentes iglesias, y de otros grupos de presión denominados de defensa de los derechos humanos, han  desempeñado un papel cada vez más importante en el derrocamiento de gobiernos autoritarios, pero favorables a Estados Unidos, y en su reemplazo por dictaduras antinorteamericanas, comunistas o procomunistas, con un carácter totalitario.

Este informe recomienda en la Propuesta No. 3 del capítulo “Subversión Interna” que “la política exterior de Estados Unidos debe empezar a contrarrestar… la Teología de la Liberación, tal como es utilizada en América Latina por el clero a ella vinculado. Esa recomendación sostiene que:

El papel de la Iglesia en América Latina es vital para el concepto de libertad política. Desafortunadamente, las fuerzas marxistas-leninistas han utilizado a la iglesia como arma política en contra de la propiedad privada y del capitalismo productivo, infiltrando en la comunidad religiosa ideas que son menos cristianas que comunistas.

La acción religiosa de derecha surge como una contrarrespuesta ideológica donde la religión cristiana es la más perjudicada. Según Débora Preusch, del Inter-Hemispheri Resource Center, “la administración Reagan le dio luz verde a la derecha religiosa en los Estados Unidos. El ex-Presidente regularmente hacía acto de presencia en conferencias de grupos religiosos derechistas o les enviaba cartas de adhesión”. Durante el gobierno de Reagan la derecha religiosa aumentó sus actividades y proyección a América Central. Según Preusch:

La oficina de Diplomacia Pública del Departamento de Estado enlistó a líderes de la derecha religiosa para que llevaran sus ideas sobre política exterior a los fieles evangélicos. Cuando el Congreso suspendió el subsidio a los contras en 1984, el Consejo Nacional de Seguridad creó una red de ayuda privada que incluía a pentecostales y carismáticos en el frente contrarrevolucionario de la CIA.

En Honduras este movimiento religioso de derecha se ha manifestado reiterada y públicamente. Un ejemplo de esta manifestación fue la campaña realizada por la iglesia El Cenáculo en Tegucigalpa. El pastor, de origen cubano, organizó una campaña para que la gente escribiera cartas a Reagan apoyando a los contras. En esa campaña participó activamente también la iglesia neofundamentalista Gran Comisión, la cual se autodenomina públicamente anticomunista.

Esta situación ha menguado grandemente, pero permanece latente y no deja de ser un problema para la misionología evangélica de Honduras.

Es cierto que la Iglesia no debe encerrarse en sí misma o permanecer indiferente a la realidad política que la rodea, pero tampoco debe vender su primogenitura por un plato de lentejas. Cualquier acción o partido que la iglesia tome debe calcularse bien a la luz de la Palabra de Dios a fin de permanecer fieles al evangelio de Jesucristo. La fidelidad a Jesucristo no siempre estará en armonía con la participación en un determinado campo ideológico. La Iglesia no debe preguntarse de qué lado debe de estar cuando se trata de proclamar la justicia, la verdad y la igualdad social entre los hombres.

Tomado del libro Historia y Misión del Protestantismo Hondureño de Marlo René López. 1993.

Un comentario en “Evangélicos en la guerra ideológica

  1. eripere

    Segun yo lo veo las iglesias deberian dedicarse solo a ser iglesias y no utilizar su institucion y la autoridad que puedan tener con fines politicos, es lo mismo que cuando los artistas famosos utilizan su fama con fines politicos, yo creo que es un error, algo incorrecto. Si un pastor o un cura quiere dar su punto de vista politico debiera hacerlo a titulo personal, no utilizar la institucion de la iglesia.

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