Este volver a Honduras (poema)

Por: Jaime Fontana

Parece que no habrá nada más tierno que este volver a Honduras:
llegar con el amor iluminado por años y distancias,
decir esta es la tierra, este es el aire y este el río del cuento,
recuperar las voces salpicadas de burlas familiares,
reasumir la niñez en el dormido sabor de esta naranja
y en este olor —que es casi de muchacha— de savia y de panales
que solo dan los árboles autores de nuestro propio canto.

Porque volver a Honduras es ir de madrugada a los maizales
para espantar los pájaros bisnietos de aquellos que espantamos,
vivir en un mugido, en un relincho, que vienen de la noche,
los sueños, alegrías y peligros de los antiguos campos.

Parece que tendrá mucho de triste nuestro volver a Honduras:
hallar que el calendario no era broma leyendo algunos rostros,
saber que algo no vuelve en estas naves aunque el viajero vuelva
y besar en la frente lo que un día besamos en la boca.

Parece que también será de lágrimas este volver a Honduras:
preguntar por hermanos, por amigos, que no nos esperaron
y el horror de buscar en una tarde de cal y de cipreses
unos nombres: Julián o Federico, Carlos, Daniel o Marcos.

Parece que será feliz y trémulo nuestro volver a Honduras:
vagar por los caminos que asolearon el verso de la infancia,
llevar hasta una loma coronada de flores amarillas,
de la mano, a los hijos que fundamos sobre lejanas playas
—más allá de las nieves absolutas, de selvas y de mares—
y decirles al fin: esta es la cuna y este el peñón exacto,
esta es la tierra nuestra, la amorosa, la que espera a sus niños,
aquí esparcen su calcio generoso los huesos de mis padres
y el calcio va a la hierba y hace al pino más jubiloso y alto:
así trabajan todavía quienes nos prestaron la sangre.

Todo será feliz y doloroso, será trémulo y tierno
porque volver a Honduras… me parece que es retomar el canto.

Tomado del libro 100 Poesías Famosas del Mundo y Honduras. Graficentro Editores.

FONTANA, JAIME: Seudónimo por el cual es conocido Víctor Eugenio Castañeda. Nació en Tutule, La Paz (1922), y falleció en Tegucigalpa (1972). Autor de: Color Naval, Buenos Aires, 1951. De él ha dicho Oscar Acosta: «Fue el inventor del color naval, que estuvo siempre presente en su poesía que tenía sabor pinar, rutas de sal y mares totales… logró tener un lenguaje propio en la poesía hondureña…». Para Rigoberto Paredes, «Decía Oscar Acosta que Jaime Fontana era el creador del color naval; no es una frase y si nosotros escudriñamos un poco la producción literaria hondureña posterior a Color Naval veremos algunas huellas, veremos que algo de ese ‘color naval’ de Jaime Fontana se trasluce en las obras de algunos autores recientes».

Fuente: Diccionario de Escritores Hondureños. Mario R. Argueta. Colección de Letras Hondureñas.


Ausencia

Por: Carlos Manuel Arita

Lejos estoy de mi casa,
lejos estoy de mi hogar,
y cada día que pasa
es un dolor que me abrasa
como si fuera un llorar.

No hay pena como la pena
del que se va del hogar…

Yo tengo la vida llena
de mi patria y de mi hogar.
El patriotismo encadena
y la ausencia es la condena
del que a la patria ha de amar.

No hay pena como la pena
del que se va del hogar…

Son bellos otros países,
son bellos como un cantar,
pero mis horas felices
se tornan tristes y grises
hoy lejos del patrio lar.

No hay pena como la pena
del que se va del hogar…

Pasa la vida armoniosa
con su celeste anhelar,
y el cielo es color de rosa
pero mi tierra preciosa
yo no la puedo olvidar.

No hay pena como la pena
del que se va del hogar…

A veces estando triste
me trajo tu voz el mar,
y oí que así me dijiste:
que sólo una patria existe,
que sólo existe un hogar.

No hay pena como la pena
del que se va del hogar…

El patriotismo es encanto
que no se puede expresar,
es lo más dulce y más santo.
Quiere a la patria uno tanto,
quiere uno tanto al hogar.

No hay pena como la pena
del que se va del hogar…

Cuando siento ese tormento
yo no sé ni qué pensar;
se me nubla el pensamiento
y quiero ser como el viento
para volver a mi hogar.

No hay pena como la pena
del que se va del hogar…

Fuente: Cantos del Trópico. Carlos Manuel Arita. Imprenta Aristón. Tegucigalpa. 1962.

Ver también la poesía: La tierra donde nací.

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