Archivo por años: 2010

Etnias de Honduras

Los grupos étnicos autóctonos que históricamente poblaron Honduras, y que todavía subsisten, son:

Las nuevas entidades étnicas que se conformaron después del siglo XVI:

Los grupos étnicos que aparecieron a partir del siglo XVIII, y que gozan de influencia económica en Honduras:

Todos estos grupos son minoritarios. La base poblacional de Honduras son los mestizos: mezcla de europeo, indígena y negro.

Los Miskitos

El origen del pueblo Miskito actualmente se encuentra en discusión entre los estudiosos del tema. Los primeros datos históricos son del siglo XVII y se refieren a la mezcla de miskitos con esclavos africanos náufragos, negros libres y europeos, producto de alianzas con comerciantes y bucaneros británicos contra la autoridad ibérica, lo que dio lugar a la expansión poblacional a lo largo de la costa y la fusión cultural entre miskitos, zambos y los táwiras.

Los antecedentes de este pueblo los encontramos en la tribu Táwira (peludo o cabellera larga), quienes tenían una sociedad abierta que facilitó la mezcla con otros grupos humanos (europeos y otros grupos locales) de donde surgió el miskito.

Se cree que el nombre Miskito se deriva de la palabra Miskit-upla (jefe tribunal de la población Táwiras) y que en forma sintetizada se lee «Miskitu» que significa «la gente del Miskut».

Durante los siglos XVII, XVIII y mediados del XIX los ingleses explotaron la región de La Moskitia, ejerciendo su autoridad a través de los reyes Moscos en el territorio comprendido entre el Río Tinto o Negro (Honduras) y el Río San Juan (Nicaragua). El interés de dominio no sólo era económico sino también geoestratégico contra Estados Unidos.

En tiempos de la colonia los ingleses les ofrecieron apoyo político-militar y ciertas manufacturas a cambio de la esclavización de otros grupos indígenas y de productos como pieles, concha de tortuga y alimentos. Esta colaboración posibilitó la expansión de los miskitos desde la Laguna de Chiriquí en Panamá hasta la frontera hondureño-guatemalteca.

En 1996 se registró 36 mil habitantes miskitos con mayor concentración en Brus Laguna, Puerto Lempira y la Zona Recuperada en el Departamento de Gracias a Dios.

Actualmente se encuentran ubicados en Honduras y Nicaragua. En Honduras en la región nororiental conocida como La Mosquitia, que va desde la desembocadura del Río Wanjs Coco o Segovia hasta el Río Tinto o Negro, principalmente en el departamento de Gracias a Dios.

La cultura miskita se expresa, entre otros, mediante la religión, lengua, danzas, comidas y bebidas y costumbres ancestrales. Creen en un ser superior que llamaban Wan-Aisa (Nuestro Padre). También creen en dioses menores como Yulapta: El Sol, Alwani: Trueno y Kati: Luna, y cierto culto dedicado a la naturaleza (bosques, ríos y animales).

Entre las danzas que más se practican están el Zopilote, Ubanita y Tambaku.

La dieta alimenticia del miskito está constituida por yuca, plátano, malanga, ñame, arroz, frijol y el producto de la caza y la pesca, carne de gallina y cerdo; bebidas como el Wabul y el Ulang; embriagantes como mislas de yuca, maíz, caña y supa.

La estructura económica de la sociedad miskita está representada por una agricultura de subsistencia, complementada con trabajos asalariados estacionales.

En los últimos años, la industria langostera ha generado oportunidades de empleo para unos 700 hombres miskitos, quienes trabajan de buzos y cayuqueros para pequeñas empresas ladinas, bajo condiciones precarias. La organización étnica miskita se conoce como MASTA, que significa Unidad de la Mosquitia y su función principal es la de promover e impulsar los proyectos de desarrollo integral. Se organizó en 1976, con sede en Puerto Lempira, Gracias a Dios.

La sabana miskita, que tiene una extensión mayor a 200 mil hectáreas, no representa una alternativa agrícola o ganadera por la característica de sus suelos ácidos, que son a su vez altamente susceptibles de incendios en verano y anegadizos en invierno. Un potencial de desarrollo se puede vislumbrar en dos áreas: el aprovechamiento sostenible del bosque y el desarrollo de cooperativas de pesca.

Fuente: Diario La Prensa, del 28 de enero de 1996. Citado en el libro Historia de Honduras, de Miguel J. Suazo Padilla.

Los Lencas

Durante la conquista española el pueblo Lenca ofreció una tenaz resistencia, siendo el cacique Lempira un máximo exponente de la defensa de su gente, su tierra y su cultura. La existencia y muerte del cacique Lempira quedó plenamente comprobada por el historiador hondureño Mario Felipe Martínez Castillo, quien después de varios años de investigación publicó el libro: «Los Últimos Días de Lempira y otros Documentos», El Conquistador Español que venció a Lempira, este libro fue editado por la Editorial Universitaria, UNAH en 1987.

En la publicación de Mario Felipe Martínez Castillo, se revela la probanza redactada en 1558 en México, cuando se presentó ante la Audiencia Rodrigo Ruíz, un soldado que mediante dicho documento pretende probar su desempeño durante la conquista de los dominios americanos y reclama a la corona su premio.

En la probanza, encontrada en el Archivo de Indias en 1984, Rodrigo Ruíz admite ser el asesino de Lempira y declara haberlo matado en una lucha cuerpo a cuerpo y que después de darle muerte le había cortado la cabeza al aguerrido jefe indígena y lo había llevado hasta el lugar en donde Francisco Montejo había establecido su campamento y que era el denominado Real de Siguatepeque, que se localizaba en un punto inmediato a lo que actualmente se conoce como la aldea Gualaca, en las proximidades del municipio de Flores.

Ruíz en una probanza relata que viendo la posibilidad de terminar con Lempira, se introdujo entre el pelotón de indios en que andaba el cacique y que el jefe indio llevaba puesta una indumentaria de un español, lo mismo que sus armas.

También narra una serie de acciones que ocurren en México, Guatemala y Honduras. Es evidente en algunos tramos del relato que el declarante exagera, ya que en otro aparte relata cómo él solo mató en Comayagua una enorme cantidad de nativos.

La mayor trascendencia se obtiene de su vívida relación de su supuesto enfrentamiento con Lempira al que logra vencer en esa lucha cuerpo a cuerpo, su declaración es avalada por testigos nominados por el declarante, son ellos algunos otros soldados de la conquista, testigos presenciales del supuesto hecho, así como otros españoles que dicen haber «Oído la narración de la acción».

Entre los testigos figuran Catalina de Montejo y el propio Alonso Maldonado, Presidente de la Audiencia de los Confines, quien admite que habiendo llegado a la colonia en 1544, recibió la información de la conquista de la provincia de Cerquín, donde operaba Lempira, lo mismo que de la acción de Ruíz que puso fin a la existencia del líder nativo, facilitando la conquista.

En el documento encontrado en el Archivo de Indias de España, se hace constar que Rodrigo Ruíz alcanzó el privilegio de que el Imperio Español lo recompensara con la cantidad de 500 pesos.

La lengua Lenca se extinguió en las últimas décadas del siglo XX, hoy sólo se recuerdan algunas palabras que oyeron de sus padres o abuelos, pero el idioma vivo ha dejado de existir. Todos los indios lencas hablan español como lengua materna, aunque su manera de expresarse revela en la sintaxis, la mezcla y tono del idioma perdido.

A la llegada de los españoles encontraron a los indios Lencas conformando los grupos Care, Cerquín, Potón y Lenca. Hoy, sus descendientes habitan los departamentos de Intibucá, La Paz, Lempira y el sur de Santa Bárbara; centro sur de Francisco Morazán y Valle, donde colindan con los Lencas de El Salvador.

Las manifestaciones culturales de los Lencas se expresan por medio de la agricultura, alfarería, artesanías y su dieta alimenticia como el consumo de la tortilla, el tamal, la chicha de maíz fermentado y chilate. Sus prácticas y creencias rituales se manifiestan a través del Guancasco y la Compostura.

Existen unas 82.000 personas que se identifican por sus rasgos socio-culturales y su organización política-religiosa.

La actividad de los pueblos Lencas se basa en la agricultura y realizan trabajos de alfarería doméstica. La organización tradicional política-religiosa del pueblo Lenca es la Auxiliaría de la Vara Alta que generalmente se ocupa de las actividades religiosas. El 20 de julio de 1989 fundó el municipio de Intibucá la Organización Indígena Lenca de Honduras (Onilh) en la cual la Auxiliaría de la Vara Alta quedó incorporada.

La región de los Lencas es montañosa y con vestigios mineros. El bosque pinar del occidente del país instalado en su mayoría sobre roca volcánica y con poca cantidad de agua lluvia por año, constituye el área boscosa menos productiva del país.

Los hombres se han dedicado a la actividad de la resinación de los pinares, que constituye un potencial de crecimiento grande.

Fuente: Diario La Prensa, del 28 de enero de 1996. Citado en el libro Historia de Honduras, de Miguel J. Suazo Padilla.

Los Chortís

El área Chortí, con Copán como centro cultural, fue la sede de la civilización del antiguo imperio Maya. el pueblo Chortí, encabezado por su cacique Copán Galel, presentó fuerte resistencia a la conquista española que culminó con su sometimiento.

El cacique Copán Galel fue un líder indígena rebelde del período de la conquista que los historiadores casi no mencionan y que actuó en tierras que ahora pertenecen a Guatemala y Honduras, en las zonas de Chiquimula y Copán. Copán Galel era el Cacique de Copán y cuando los españoles invadieron a Honduras inició la lucha contra ellos, solicitando el apoyo de los Señores o Caciques de Chiquimula y Esquipulas. Su ejército fue derrotado por los españoles y ya en desgracia y aconsejado de los suyos, resolvió rendir vasallaje al Rey de España. Su historia plenamente documentada se encuentra en la obra «Compendio de la Historia del Reino de Guatemala», por Domingo Juarros.

Los indígenas de habla Chortí pertenecen a los grupos Mayas meridionales y por ello están más estrechamente relacionados con los Mayas de Yucatán, Belice y parte norte de Guatemala. El grupo identificado como Choles que habita Chiapas son primos de los Chortí.

Históricamente, los Maya-Chortís de Honduras se localizaban en los departamentos de Ocotepeque, Copán y una estrecha franja del norte de los departamentos de Cortés y Santa Bárbara.

Actualmente, la mayor parte de estos indígenas están ubicados en Guatemala; Chiquimula (Jocotán, Esquipulas, Quezaltepeque, etc.) y departamento de Zacapa (La Unión); alcanzando una población de 60 mil personas.

La población Chortí del país vive en las zonas de difícil acceso como el Choncó, Colón Jubuco, San Rafael, Tapescos, Carrizalén y la Laguna en el municipio de Copán Ruinas. Su población es de unos 3,600 habitantes.

Los Chortís de Copán utilizan fundamentalmente el español como lengua de comunicación, quedando muy pocos hablantes de Chortí y los que lo hablan proceden de Guatemala.

Los límites territoriales entre Honduras y Guatemala han separado a la población Chortí de ambos países, lo que ha contribuido a la pérdida de la lengua y en general a su extinción étnica.

Su forma de vestir tradicional aún se mantiene. Su cultura musical está expresada por una serie de instrumentos como la teponagua, el cortín, el tambor, el pito, chinchín, sonaja y el cuerno. El rito más representativo es «El Baile de los Gigantes».

Su dieta alimenticia se reduce básicamente al uso del maíz y frijol. Es maíz es preparado en diferentes formas en bebidas como chilate, pozol, atole dulce y agrio (chuco), tortillas, tamal de viaje, el totoposte y bebidas embriagantes: chicha mezclada con jugo de caña o piña fermentada.

La mayoría de sus viviendas están construidas de madera y lodo conocido como bahareque, techo de paja y piso de tierra. Las casas tienen divisiones de tela o papel y algunos casos varas y zacate.

La actividad económica fundamental de los Chortís es la agricultura.

Elaboran una serie de artesanías como matates, mecapales, petates y canastos.

En el momento actual, la etnia Chortí no se encuentra unificada alrededor de una organización política que respalde sus luchas reivindicativas por la tierra y sus costumbres.

La región donde viven es montañosa y accidentada. En ningún sector de la región hay extensión de bosque virgen, debido a la densidad de la población y a la carencia de tierras no cultivadas. El bosque existente en la zona es de pino, roble, ceiba, cacao, copal, etc.

Los Chortís profesan culto y veneración a la naturaleza mediante los ritos a los dioses de la tierra y consagración a las simientes y en honor a los dioses del viento.

Fuente: Diario La Prensa, del 28 de enero de 1996. Citado en el libro Historia de Honduras, de Miguel J. Suazo Padilla.