Chistes

Un sujeto toca la puerta de una casa y, tan pronto como un hombre abre, dice:

—¿Podría usted contribuir con el Hogar de ancianos?

—¡Claro! Espere un poco, que voy a buscar a mi suegra.

***

Una mujer entra en el confesionario de una iglesia, en Hollywood, Estados Unidos.

—¡Padre, quiero confesarme!

—Por supuesto, hija mía. ¿Cuáles son tus pecados?

—Le fui infiel a mi marido, padre. Soy un maquilladora de artistas y hace dos semanas me acosté con Leonardo DiCaprio. La semana pasada, dormí con Brad Pitt, y esta semana dormí con Richard Gere.

—Lo lamento hija, pero no puedo darte la absolución.

—¿Por qué? ¿No es infinita la misericordia del Señor?

—Sí, hija, la misericordia del Señor es infinita. Pero él jamás creerá que estés arrepentida…

***

Dicen que tomar leche da mucha fuerza. ¡Tomé leche! Intenté empujar una pared y nada pasó.
Cansado, bebí un litro de guaro. ¿Sabes que pasó? La pared se movió solita.

***

Pepito entra en casa casi sin aliento:

—¡Mamá, mamá. Dame un peso para darle a un tipo allí en la calle!

Orgullosa, ella le da el dinero al hijo y le pregunta:

—¿A qué tipo vas a dar el dinero, mi ángel?

—A aquel que está allí gritando: «¡Van las palomitas de maíz calentitas!»

***

La abuela regaña al nieto:

—Pepito, ¿por qué le tiraste una piedra en la cabeza a tu primo?

—¡Él me pellizcó!

—¿Y por qué no me llamaste?

—¿Para que? Usted no le iba a acertar con la piedra…

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Esta es la historia de un tipo que va al baño en un lugar público. El primer puesto está ocupado y entra en el segundo. Tan pronto como se sienta en la taza del inodoro, oye:

—¡Hola! ¿Cómo estás?

Sorprendido, se dice para sus adentros que es un lugar extraño para hacer amigos, pero ¡bueno, no siempre se elige!

—Bien, gracias —dijo él, avergonzado.

—¿Qué estás haciendo?

—Bueno, estoy haciendo lo mismo que tú… caca.

Y entonces él escucha:

—Oye, te llamo más tarde, ¡Hay un idiota al lado que responde a todas mis preguntas!

***

Ella: Te amo.
Él: Yo también me amo.

***

Si todos te da la razón, o bien tienes una inteligencia notable o es que eres el jefe…

***

Hay un matrimonio que hace feliz a un hombre: el de su hija.

***

Un político está tranquilamente tomando el sol en la playa, cuando una bella señora se acerca:

—Hola, ¿qué hace usted por aquí?

El hombre, queriendo mostrar que los políticos también pueden tener vena poética, responde con aire conquistador:

—Robando rayos del sol …

La mujer, sonriendo y meneando la cabeza, dice:

—Ah… ustedes, los políticos, siempre trabajando…

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Faltando dos días para la boda, el novio, muy católico, va a buscar al sacerdote:

—Padre, he venido aquí a proponerle un negocio. Yo le traigo mil pesos, pero a cambio quiero que usted corte algunas cositas del discurso de la boda: «Amar, honrar, ser fiel, etc.». ¡Sólo omita esa parte y listo!

El sacerdote acepta el dinero, no dice nada y el novio queda completamente satisfecho. Llega el día de la boda. El sacerdote mira bien al novio y le dice:

—¿Prometes vivir sólo para ella, obedecer a cada una de sus órdenes, llevarle café a la cama todos los días y jurar ante Dios que nunca tendrá ojos para ninguna otra mujer?

El novio, completamente avergonzado y sin salida, acaba asintiendo. Más tarde, durante la fiesta, llama al sacerdote a un rincón:

—¡Pucha, pensé que habíamos hecho un trato!

El sacerdote le devuelve los mil pesos:

—Lo siento, hijo mío. Pero ella triplicó tu oferta.

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Los funcionarios públicos son un poco como los libros de una biblioteca.

—Los que están más arriba son los que menos sirven.

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Un joven ejecutivo estaba saliendo de la oficina, cuando ve al presidente de la empresa frente a la máquina de picar papeles, con un documento en la mano.

—Por favor —dice el presidente— esto es muy importante y mi secretaria ya salió. ¿Sabes cómo funciona esta máquina?

—¡Lógico! —responde el joven ejecutivo, sin perder la oportunidad de lucirse ante el jefe. Enciende la máquina, coloca el documento y aprieta un botón.

—¡Excelente! Muchas gracias —agradece el presidente— sólo necesito una copia.

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Un niño llamó al padre en medio de la noche y le dijo:

—¡Papá, hay muchos zancudos en mi cuarto!

El padre respondió, con sueño:

—Apaga la luz para que se vayan…

Luego apareció una luciérnaga. El niño llamó al padre otra vez:

—¡Papá, socorro! ¡Ahora los zancudos vienen con linternas!

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En la clase de química el profesor pregunta:

—¿Cuáles son las principales reacciones del alcohol?

El alumno responde:

—Llorar por la ex, creerse rico, envalentonarse y ligar con una mujer fea…

Profesor:
—¡Sacó 10!

***

En la comisaría:

—Señor comisario, mi marido salió de casa ayer por la noche, dijo que iba a comprar arroz y hasta ahora no ha vuelto. ¿Qué hago, doctor?

—¡No sé, haga macarrones!

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Un hombre está en casa, cuando su novia llega, toca el timbre y entonces él pregunta:

—¿Quién es?

Y ella responde:

—¡Es el amor de su vida!

Y él dice:

—¡Pero el guaro no habla!

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En el manicomio un loco saltó en la piscina para matarse, otro loco saltó y salvó al loco que se ahogaba.

Al día siguiente el director del hospicio fue a hablar con el loco héroe:

—¡Muchacho, estamos sorprendidos con su acción, revaloramos su caso y usted será dado de alta! Va poder ir a su casa, pero tenemos una mala noticia, ese amigo suyo quería todavía matarse y lo encontramos hoy temprano ahorcado.

El enfermo respondió:

—Yo fui quien lo colgó allí para secarlo.

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La esposa entra en la oficina del marido con la madre al lado y dice:

—¿Querido, es verdad que tu socio acaba de morir?

—Sí, ¿por qué?

—¿Puedes poner a mamá en su lugar?

—Habla con el sepulturero, por mí no hay problema.

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El chico apasionado le dice a su amada:

—Puedo no ser rico, no tener dinero, apartamentos de lujo, carros importados o empresas, como mi amigo Carlos Eduardo, pero te amo mucho, te adoro, eres mi vida.

Ella lo observa con lágrimas en los ojos, lo abraza y le dice bien bajito al oído:

—Si me amas de verdad, preséntame a ese tal Carlos Eduardo.

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En un hermoso día, la suegra toca la puerta de la casa de su yerno, con la maleta hecha. El hombre va a atender y se sorprende con la visita.

A la suegra le extraña la reacción del yerno y pregunta:

—¿Por qué la sorpresa? ¿Mi hija no le advirtió que vendría a pasar las vacaciones aquí con ustedes?

Y dice el hombre:

—Sí, ella me lo dijo. Pero pensé que era sólo para que se me pasara el hipo…

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Tres hombres platican. El primero dice:

—¡Mi esposa, antes de dar a luz, leyó «Los tres mosqueteros» y ella tuvo trillizos!

El segundo responde:

—¡En mi caso, mi esposa leyó «Los dos huérfanos» y ella tuvo gemelos!

El tercero, angustiado, exclama:

Disculpen, tengo que salir, mi esposa está embarazada y está leyendo «Alí Baba y los cuarenta ladrones».

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Juan va a un bar con su nuevo BMW, que estaciona frente al bar. Él entra, pide una cerveza, se la bebe, va al baño, quiere irse, pero su carro ya no está allí, por lo que regresa al bar y dice:

—¿Dónde esta mi carro? Si no me lo devuelven, haré lo que mi padre hizo aquí hace tres años en este bar.

Un hombre dice:

—Está bien, te regresaremos tu carro.

Todos en el bar se preguntan qué hizo su padre aquí hace tres y se lo preguntan:

—¿Pero qué hizo tu padre hace tres años?

Juan responde:

—Bueno, él se fue a pie.

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Las mujeres prefieren ser hermosas antes que inteligentes porque en los hombres hay más idiotas que ciegos.

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¿Cuál es la diferencia entre el hombre y el camello?

—El camello puede trabajar 10 días sin beber, y el hombre puede beber 10 días sin trabajar.

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Un maestro dijo a sus alumnos:

—Los hombres inteligentes están siempre dudando. Sólo los tontos son constantemente afirmativos.

—¿Está seguro? —le pregunta un alumno.

—¡Completamente seguro!

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Una mujer gorda en el baile es invitada a bailar con un extraño. De repente un pedo se le escapa. Avergonzada, se dirige a su caballero:

—¡Disculpe, se me escapó!, espero que esto quede entre nosotros.

—¡No, yo más bien espero que circule!

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¿Dónde se encuentra la lana virgen?

—En las ovejas feas.

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Tu madre es tan inteligente que tú debes ser necesariamente un hijo adoptado.

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En la farmacia, la vendedora dice:

—Tenemos champús para el cabello grasoso, champús para cabello seco, champús para cabello normal …

El cliente le dice:

—¿Tiene champú para el cabello sucio?

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Pepito llega a la escuela un lunes por la mañana:

Profesora: —Pepito, ¿dónde está tu tarea de matemáticas?

Pepito: —Se suicidó, señora.

Profesora: —¿Cómo así?

Pepito: —Tenía demasiados problemas…

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Un padre le dice a su hija:

—¿Por qué tratas a tu hermano de idiota? ¡Le tienes que decir de inmediato que lo sientes!

Se vuelve hacia su hermano y le dice:

—¡Valentín, lamento que seas un idiota!

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Pepito come impúdicamente en la mesa. Su padre exclama:

—Pepito, comes como un lechón, ¿sabes qué es un lechón?

Y Pepito responde:

—¡Sí, papi, es el hijo del cerdo!

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Los ex son como la prisión, si vuelves allí es porque no entendiste la lección.

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—Mamá, mamá, ¿es cierto que cuando estamos muertos, volvemos a ser polvo?

—¡Sí, querido!

El niño pequeño va a la habitación y vuelve unos minutos más tarde…

—Mamá…

—¿Qué pasa?

—Creo que hay un cadáver bajo el armario.

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Juan le dice a su novia:

—Entregué el examen en blanco a la profesora.

—¡Ay, yo también! ¡La maestra va a pensar que nos copiamos!

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¿Cuál es el punto en común entre un maestro y un termómetro?

Respuesta: ¡Temblamos cuando marcan cero!

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La rubia va al médico y él pregunta:

—¿Te dije que tomaras el medicamento a las 9:00, por qué lo tomaste a las 6:00?

La rubia responde orgullosa:

—¡Doctor, lo tomé a las 6:00 para tomar a las bacterias por sorpresa!

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Un hombre riendo mucho le cuenta al amigo:

—Hoy a las 3:30 de la mañana entró un ladrón allá en casa …

El amigo dice:

—¡Caramba! ¿Un ladrón entró en tu casa y tú te estás riendo? ¿Y que se llevó él?

Y el hombre responde:

—Se llevó una paliza… Mi mujer creyó que era yo que andaba borracho.

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En el bar, después de muchas cervezas, dos amigos se despiden:

—Bueno, ya me voy, porque si llego tarde, mi mujer va a quedar histórica de nuevo.

El amigo riendo, dice:

—¡Es histérica, burro!

—No, es realmente histórica. Ella queda recordando todas las promesas que yo hacía cuando éramos novios.

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¿Por qué en el día de los Enamorados el comercio vende más que en el día de las madres?

—¡Porque solo tenemos una madre!

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Un pastor estaba predicando en la plaza pública diciendo:

—¡Sal, demonio!

Y un borracho responde:

—¡No sale! ¡La plaza es pública!

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La esposa le dice a su marido:

—Si yo hubiera sabido que tú eras tan pobre, no me habría casado contigo.

El marido responde:

—Pero no fue por falta de aviso…. Yo siempre te dije: TÚ ERES ES TODO LO QUE TENGO.

***

El timbre suena en la casa de un tipo muy tacaño.

Cuando él atiende la puerta se encuentra con dos monjas pidiendo donativos.

—Hijo mío, nosotras somos hermanas de Cristo y…

Él interrumpe y dice:

—¡Caramba! ¡Como están de conservadas ustedes!

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El hombre va al motel con la amante. Llegando se encuentra con el carro del suegro en una de las suites.

Como no se llevaba muy bien con el suegro, resolvió disimuladamente rayar toda la pintura del carro.

Al día siguiente va a la casa del suegro, ve el carro todo rayado y finge sorpresa:

—¿Qué pasó, suegro?

El suegro responde:

—Ayer presté el coche a tu mujer para para que fuera a la iglesia y lo rayaron todito.

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El médico estaba saliendo con una hermosa enfermera y ella terminó quedando embarazada…

Él no quería que su mujer lo descubriera, le dio dinero a la enfermera y le pidió que regresara a su ciudad natal, en Minas Gerais, y tuviera el bebé allí.

—Pero, ¿cómo voy a avisarle cuando el bebé nazca?

—Envíe una postal y escriba «PAN DE QUESO». Yo me haré cargo de los gastos del niño.

Pasaron algunos meses…

Un día, cuando el médico llegó a casa, la esposa dijo:

—Recibiste una tarjeta postal de Minas Gerais y no puedo entender el significado del mensaje.

Él leyó la tarjeta y cayó al suelo, con un violento ataque al corazón.

Fue llevado a la emergencia del hospital y el cardiólogo le preguntó a su esposa:

—¿Sucedió algo que pudiera haber causado el ataque?

—Él sólo leyó esta tarjeta postal: «CINCO PANES DE QUESO, TRES CON CHORIZO Y DOS SIN CHORIZO».

***

El hombre, muy machista, conversa con Dios:

—Oh, Señor, ¿por qué hiciste a mi mujer tan bonita?

—Para que puedas amarla —respondió Dios.

El sujeto pregunta:

—Pero, Señor, ¿por qué la hiciste tan tonta?

El Todopoderoso respira profundamente y responde:

—Para que ella pueda amarte.

***

Durante un congreso sobre salud alimentaria, el orador hace una pregunta:

—¿Cuál es el alimento que causa sufrimiento extremo, durante años, después de ser comido?

—Después de un largo silencio, de en medio de la platea, un anciano levanta la mano y responde:

-¡El pastel de boda!

***

Pepito llega a casa y dice:

—Mamá, descubrí que soy más inteligente que la maestra.

Y la madre dice:

—¿Porque piensas eso?

—Porque pasé el año y ella continuó en el mismo.

***

Una niña de siete años admitió tranquilamente a sus padres, que Pepito le había dado un beso después de la clase.

—¿Y cómo sucedió eso? —preguntó la madre asustada.

—No fue fácil —admitió la pequeña niña— pero tres niñas me ayudaron a sujetarlo.

***

El oficial al yerno de la víctima:

-¿Quiere decir que usted vio a un hombre agrediendo a su suegra y no hizo nada?

Y el yerno, dice:

-Yo iba a ayudar, pero pensé que dos tipos golpeando a una vieja ya era demasiado cobardía.

***

El viejo acaba de morir.

El sacerdote encomienda el cuerpo y hace muchos elogios:

-¡El finado era un gran marido, un excelente cristiano, un padre ejemplar!…

La viuda se vuelve hacia uno de los hijos y le dice al oído:

-¡Anda hasta el ataúd y mira si es tu padre el que está dentro…

***

Una pareja pasando por grandes problemas financieros, estaba esperando el autobús, cuando una mofeta pasa lentamente al lado y el hombre tiene una idea:

—¿Atrapamos esa mofeta para la cena?

La mujer dice:

—¡Jamás vamos a llevar eso en el autobús! ¿Adónde colocaríamos ese animal?

—Es cuestión de sólo ponerlo debajo de tu falda —dijo el hombre.

—¿Y el tufo? —pregunta la mujer.

El marido dice:

—La mofeta que se friegue.

***

Para celebrar el Día de San Valentín, una pareja fue a cenar fuera.

Mientras escogían los platos, él intentó recordar algo hermoso para decirle a su novia.

Mira hacia el lado y oye una pareja de novios:

«¿Quieres miel, mi abejita; quieres fresas, mi fresita?»

Inspirado, el muchacho, se vuelve hacia la novia y le dice:

—¿Quieres jamón, mi puerquita?

***

La aseadora del banco, airada, dice al gerente:

—¡Voy a renunciar! ¡Usted no confía en mí!

El gerente, sorprendido, dice:

—¿Pero qué pasa, Marina? Usted trabaja aquí desde hace veinte años, yo hasta dejo las llaves de la caja fuerte sobre mi mesa!

—¡Lo sé! —dice la aseadora, llorando— ¡Pero ninguna de ellas funciona!

***

En una pequeña ciudad del interior, en una familia muy tradicional, la hija le dice a su madre:

-¡Mamá, mamá….! ¡Mi novio me sedujo y ya no soy virgen!

-Entonces corte un limón y chúpeselo.

-¿Y eso me va a devolver mi virginidad?

-No, pero eso va a hacer desaparecer ese aire de felicidad que tienes estampado en la cara.

***

Dos amigas conversando:

—¡Hola! Cómo estás? ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo va el marido?

—¿No te diste cuenta? Él murió hace quince días.

—Ah, no lo sabía. Mis pésames. ¿Y cómo sucedió?

—Le pedí que fuera a comprar azúcar al supermercado, allí pasó un autobús y lo atropelló.

—Pero qué cosa tan triste. ¿Y qué hiciste?

—¡Me tomé el café sin azúcar!

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El mendigo se acerca a una señora y pide una limosna.

Y ella luego dice:

—En lugar de pedir, ¿por qué no va a trabajar?

El mendigo mira a la señora de pies a cabeza y responde:

—¡Señora, estoy pidiendo limosna, no consejos!

***

El jefe de un departamento de recursos humanos explica a un candidato soltero de porqué no va a contratarlo:

—Lo siento, pero nuestra empresa sólo trabaja con hombres casados.

—¿Por qué? ¿Acaso son más inteligentes y más competentes que los solteros?

—No, pero están más acostumbrados a obedecer.

***

Un gato y una gatita se declaraban su amor sobre la tapia trasera de la casa. El primero se inclinó hacia la gata y le dijo al oído:

—Linda, por ti sería capaz de morir. Ella lo miró tiernamente y preguntó:

—¿Cuántas veces?

***

—Te lo juro, Pepito, que eres mi único amor.

—No me llamo Pepito, me llamo Paco.

***

El gato maullaba y maullaba y ningún ratón se dejaba atrapar. Entonces empezó a ladrar y los ratones salieron tranquilos de su madriguera. El gato atrapó a uno; y el ratoncillo le dijo:

—Ey tramposo: si usted es gato, ¿por qué ladra?

Y el gato, muy serio, le respondió:

—Mijito, es que hoy en día el que no sepa siquiera dos idiomas se muere de hambre.

***

Un joven va donde el adivino a que le diga qué número de billete de lotería debe comprar. El adivino le dice:

—¿Cuántas novias ha tenido usted?

—35

—Entonces compre el número 2,235.

El muchacho compró el 2,235. Y luego… zas, el número ganador fue el 2,200. Todo rabioso, exclamó:

—Eso me pasa por mentiroso.

***

—¡Ayúdame, doctor! —suplicó el anciano paciente—. Estoy muy preocupado porque tengo cien años y todavía me alborotan las muchachas.

—Bueno —sonrió el facultativo—, el suyo es un caso ciertamente insólito, pero no tiene nada de malo. ¿Por qué pide ayuda?

—Porque persigo a las muchachas, pero ya no recuerdo para qué.

***

La mujer de un púgil de profesión comentaba:

—Esto de estar casada con un boxeador es de veras emocionante. Cada vez que vuelve a casa parece un hombre distinto.

***

—Yo conozco una palabra de cuatro letras que si le quita una, queda una.

—Eso es imposible. ¿Qué palabra es?

—»Luna»; si le quitas la «l», queda una.

***

Profesor, estoy dispuesta a hacer cualquier cosa para pasar la materia —dijo la espectacular rubia, cuya blusa estaba a punto de estallar.

—¿Cualquier cosa? —preguntó el profesor.

—Cualquier cosa —repitió la joven en son de promesa.

—Entonces, estudie. Estudie querida, estudie.

***

Se sube una señora a un autobús lleno de pasajeros y se da cuenta de que la mayoría de asientos iban ocupados por hombres y dice:

—Caramba, aquí no hay caballeros que cedan los asientos. Y le contesta un hombre:

—Caballeros sí hay, lo que no hay son asientos.

***

—¿Qué es lo que más te gusta de mí, querido? —le preguntó la mujer a su marido— mi hermoso rostro o mi cuerpo escultural?

—Tu sentido del humor.

***

Dice Pedrito:

—Mamá, tú me engañaste. Dijiste que mi hermano es un angelito.

—No te he mentido, hijito, es verdad.

—No es verdad, porque yo lo arrojé por la ventana y no voló.

***

Un misionero se topó un mal día en la selva con un león feroz.

—¡Voy a devorarte! —rugió el rey de las fieras— ¡Prepárate a morir!

El evangelizador se postró de rodillas y se puso a orar con más fervor que nunca. En eso miró cautelosamente por entre los dedos y vio que el animal también se había arrodillado, y se cubría los ojos con las patas delanteras.

—¡Milagro! ¡Milagro! —gritó— ¡Mis rezos han enternecido el corazón de esta fiera!

—¡Cállate! —ordenó el león— Estoy bendiciendo la cena.

***

—¡Papá, papá!

—Cállate, no quiero que me des quejas mientras estoy comiendo.

El hombre termina de comer y dice:

—Ahora sí, dime lo que me querías decir.

—Era que… dentro de la sopa iba un gusano.

***

Llega un joven chistoso a un bus que ya llevaba muchos pasajeros de pie y grita:

—¿Ya está llena el Arca de Noé? Un señor muy serio miró y dijo:

—Suba… me parece que faltaba el burro.

***

Un grupo de niños va gritando por la calle:

—No necesitamos alcalde.

En la vuelta de una esquina se encuentran con el mismo alcalde, quien echa mano a uno de ellos y le pregunta:

—¿Por qué no necesitan alcalde?

—Pues… porque ya lo tenemos.

***

Como médico es asombroso. Figúrate que ha conseguido curar a mi mujer después de que dos docenas de especialistas fracasaron. A él le debo mi felicidad.

—¿Es cierto que tu esposa padecía de los nervios y que estaba imposible. ¿La curó?

—Completamente.

—¿Qué remedio puso en práctica?

—Pues nada; le dijo simplemente que todos aquellos trastornos que sufría eran síntomas de vejez.

***

La semana pasada vi un caballo que tenía el lado derecho completamente blanco.

—¿Y el izquierdo?

—¡También!

***

El profesor explica los tres reinos de la naturaleza:

—Las vacas pertenecen al reino animal. El petroleo pertenece al reino mineral…

Luego pregunta:

—¿Y los árboles del parque a qué pertenecen?

—Al municipio —responden los alumnos.

***

—Prometo que, si votan por mí, les construiré escuelas, hospitales, carreteras y hasta un puente —afirmó el candidato durante su discurso de campaña en un pueblecito.

—¿Para qué queremos un puente —protestó un ciudadano— si ni siquiera tenemos río?

—No se preocupen. También les construiré uno.

***

De modo que te han suspendido de historia ¿eh?

—¡Claro! Me preguntaron cosas de cuando aún no había nacido.

***

Recuerden que nadie puede ser el primero en todo —decía un profesor a sus alumnos.

—¿Y qué me dice usted de George Washington? —replicó el estudiante más descarado de la clase—. Siempre nos han enseñado que fue «el primer presidente de su país, el primero en la guerra, el primero en la paz y el primero en el corazón de sus compatriotas».

—Todo eso es cierto —asistió con ágil ingenio el profesor— pero no olvide usted que se casó con una viuda.

***

San Pedro y el demonio discutían un día a quién tocaba componer la cerca rota que separa el cielo del infierno. Por fin, exasperado, el santo exclamó:

—¡La arreglarás tú, Satán, o te demandaré!

—Demándame si quieres —repuso confiado Satán—. ¿En dónde conseguirás un abogado?

***

Un terrible tigre persigue a un misionero. Éste le dispara todos los tiros de la carabina, y nada. Luego le dispara todos los tiros de su revólver, y nada. Entonces saca su gran cruz, y dice:

—Voy a ver qué tanta fe tengo.

Y enfrentándose al tigre le da una bendición con la cruz. El tigre se detiene y se arrodilla. El misionero está feliz de su gran fe, cuando oye que el tigre está diciendo:

—Bendecid, Señor, el alimento que voy a tomar…

***

Dos muchachas cambian impresiones acerca del porvenir, y una comenta:

—Desengáñate; los hombres son como los autobuses: pasan muchos, pero el que tú esperas nunca llega.

***

El muchacho pide permiso a la madre para acompañar a su hija.

—No; no puedo consentirlo —contesta la madre.

—¿No se fía usted de mí?

—Sí señor. Le creo un chico formal.

—Entonces ¿es que no tiene confianza en su hija?

—¡Ya lo creo! De quien no me fío es de los dos juntos.

***

Un niño en la escuela de párvulos le contaba con frecuencia a la profesora que le iban a traer un hermanito. Un día la mamá le permitió al chiquitín que le pusiera la mano sobre el abdomen para que sintiera los movimientos de la criatura por nacer. Desde entonces el niño no volvió a hablar del esperado advenimiento, hasta que un día la maestra le preguntó:

—¿Qué pasó con el hermanito que te iban a traer? Con el rostro nublado de tristeza, el chiquillo repuso:

—Creo que mamá se lo comió.

***

Dos viejos amigos —médicos amigos ambos— se encuentran después de muchos años:

—¿Qué te ocurre, coleguita, que pareces desesperado?

—Es que necesito un siquiatra.

—¿Pero acaso no lo eres?

—Sí, pero yo cobro muy caro.

***

—Doctor, vengo a demandar a mi vecino.

—¿Porqué?

—Porque me ha llamado «macaco».

—¿Y cuánto hace que lo llamó así?

—Hace dos años.

—¿Y hasta ahora se le ocurre presentar el pleito?

—Se lo diré. Es que esta mañana he visto por primera vez un macaco.

***

¿Cuántas veces os he de decir que no quiero que os peleéis?

—Si no peleamos tío; es que jugamos a papá y mamá.

***

Una madre a su hija quinceañera:

—Puedes ir donde quieras y hacer lo que desees, pero antes tienes que aprender a decir la palabra «no» en quince idiomas.

***

El hombre se sentía morir. Y llamó a su esposa:

—Vas a prometerme una cosa.

—Lo que quieras —dijo ella conmovida.

—Que antes de un año, después de mi muerte, te casarás con José.

—Pero, ¡querido!… Sí siempre has dicho que nunca le perdonarás las granujadas que te hizo.

—Por eso quiero que te cases con él, mujer.

***

El buen señor, con traje nuevo por ser día de fiesta, es atropellado por un ciclista y se levanta ileso, pero con el traje estropeado.

—Ha tenido usted suerte— le dice el ciclista.

—¿Suerte?

—Sí, por ser domingo. Los días de trabajo conduzco un camión.

***

—¡Cuando yo bebo, todo el mundo bebe! —gritó u hombre en el bar, y todos los presentes acudieron a la barra. Terminando su whisky, el tipo aquel volvió a vociferar:

—¡Cuando yo tomo otro trago, todo el mundo toma otro trago!.

Todos bebieron nuevamente, agradecidos. El hombre apuró su segunda copa, sacó de su bolsillo dos dólares y los puso sobre el mostrador al tiempo que daba un puñetazo.

—¡Cuando yo pago —rugió— todo el mundo paga!.

***

La joven estaba exhausta antes de terminar su luna de miel. ¡Tal era el ardor de su marido, de 75 años de edad! Aprovechando que él había ido a afeitarse escapó del cuarto y bajó, tambaleante, a la cafetería del hotel.

—¿Qué le pasa, señora? —le preguntó la mesera— ¿Cómo es posible que, siendo él un vejestorio, se haya agotado usted tan pronto?

—¡Ese hombre me engañó! Cuando dijo que llevaba sesenta años ahorrando, ¡creí que hablaba de dinero!

***

Estaba la esposa componiendo una poesía cuando llegó su marido con la camisa llena de rotos. Ella le dice:

—Mijito, ayúdame a completar este verso: «¿Qué le dirá la dulce brisa del piélago compungido?».

El responde:

—Pues… que le cosas la camisa al pobre de tu marido.

***

Un médico le dice a un enfermo mental:

—¿A usted no le ha sucedido que oye voces sin ver a las personas?

El enfermo:

—Sí

—¿Y cuándo?

—Cuando hablo por teléfono.

***

Una señora va a ver a un siquiatra famoso para que le recomiende un método para tratar a su marido.

—Usted profesor, que conoce todos los rincones del alma humana, dígame como hacer feliz a mi marido.

—Trátele como a un perro.

—¡Profesor!

—Sí, mujer, como a un perro. Muchas caricias, permítale poner los pies en las butacas y, sobre todo, no le moleste mientras come.

***

—Doctor, ¿sí lograré llegar a los 90 años?

—¿Fuma usted?

—No

—¿Toma trago?

—No.

—¿Va al cine?

—No.

—¿Le gusta comer mucho?

—No.

—Entonces… ¿para qué quiere llegar a los 90 años?

***

El presidente Julio Lozano va en un avión, con cien billetes de a lempira en una bolsa, en un tiempo en que estos billetes tenían más valor y dice:

—Voy a tirar estos cien billetes de lempira para hacer felices a cien hondureños.

Entonces alguien que iba en el avión le dice:

—Mejor tírese usted para que haga felices a todos los hondureños.

***

Van dos hondureños de visita a Rusia y uno de ellos le pregunta al otro :

—Vos maje ¿y cómo vamos a pedir la comida?

El otro le responde: Puesmm, Dejáme eso a mí, ¡ya vas a ver como me entiendo con estos rusos hijos del maiz!

Llama al mesero y le dice:

Kieroski arrosky blancosky, konsky, frijolosky negrosky, y pollosky.

Al poco rato, el mesero le trae arroz con frijoles negros y pollo tal y como lo había pedido.

A lo que el otro catracho dice:

¡Pucha Vos! ¡paaaaaaapo, pero que fácil es esto!

Entonces el mesero que los oye, les dice:

Tuvieronsky suertosky que yo soy de Sanpedrosky, porke sinosky, iban a komer mierdosky, los dosky!

***

Estaban un alemán, un gringo y un hondureño en el infierno.

El diablo les dio tres tareas: 1) Matar a un león a cachetadas 2) Hacer el amor con una mujer 100 veces 3) Tomarse 10 litros de Yuscarán

El que pasara estas tres pruebas se iba a ir al cielo.

Primero entra el alemán con sus aires de grandeza y dice:

—Vamos, a mi tráiganme a la mujer, y empieza n: 1,2, 3, 4, 10, 30, 43…., y sale gritando:

—¡Ya no puedo más!

—¡AL INFIERNO! —dice el diablo.

Después entra el gringo:

—Bueno, a mi tráiganme al león. Lo encierran en la jaula, y se oye: grrr, grrr, grrr, grrr, grrr, grrr; después de 1 hora sale:

—¡Ya no puedo más!

—¡AL INFIERNO! —dice el diablo.

Y al fin entra el hondureño y dice:

—Estos mulas, empezaron por lo más difícil, a ver, ¿dónde esta el Yuscarán?

Y lo llevan a la bodega y se toma los 10 litros de Yuscarán y sale borrachísimo: —A ver pisados, tráiganme al león. Y lo encierran con el león y se oye: grrr, grrr, grrr, grrr, grrr, grrr, ….

Y al cabo de 3 horas se oye: miau, miau, miau, miau, purrrrrr, miau

Poco después sale el hondureño y dice:

—A ver hijos del maiz, ¿dónde esta la vieja que hay que matar a cachetadas?

***

—Mamá, mamá ¿los corazones tienen piernas?

—No hijo, ¿por qué? —Porque anoche papá estaba encerrado en el cuarto con la trabajadora gritando «abrí las piernas, corazón».

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Un gringo pasaba por la ciudad de San Pedro Sula cuando de repente vio a un «negro» orinando en la pared entonces el gringo lo graba con su cámara. Luego el gringo pasa el video por toda la red (Internet), los tenían en los celulares y hasta en cadena nacional… Entonces un catracho se enoja y agarra una cámara y se va para los Estados Unidos para ver que hacían los gringos, pero nada todo bien limpito, cuando de repente mira a un «negro» orinando en una pared también y entonces lo sigue grabando hasta que… el negro va volteando la mirada poco a poco hasta que lo ve y grata…!!! «UN SALUDO PARA MI GENTE DE LA CEIBA»… muy feliz, muy feliz.

Fuente: Canasta Folklórica Hondureña de Eduardo Sandoval. piadas.com.br. humour.com/blagues/

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