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Reseña del libro "Riqueza para Todos"

Dr. Carlos Sabillón

Carlos Sabillón tiene la solución para sacar a Honduras de la pobreza en tan solo cuatro años, según cuenta en su libro «Riqueza para Todos».

El economista asegura que la clave estaría en obtener rápidamente unas elevadas tasas de crecimiento económico que harían desaparecer el desempleo y la pobreza en tiempo record, a través de un sencillo manejo de la política macroeconómica.

Carlos Sabillón ha dedicado toda su vida a la búsqueda de la fórmula que permita sacar a Honduras de la pobreza, y después de haber sacado varias carreras universitarias y doctorados, y aprendido varios idiomas, todo con el objetivo de resolver este acuciante problema, ha logrado dar con la fórmula para el crecimiento económico, según su opinión.

Sabillón llama a su doctrina «manufacturismo», ya que, según su estudio de la historia económica de los países en desarrollo, todos tienen en común la manufactura y el desarrollo fabril como motor del desarrollo.

Sabillón echa por tierra y desacredita las teorías económicas sobre el desarrollo vigentes en el ámbito académico, tanto de izquierda como de derecha, y refuta con estadísticas los lugares comunes o clichés en los que se basa la política económica hondureña, y demuestra en forma convincente que solo el crecimiento económico acelerado es la respuesta a los problemas de desempleo, salud, educación y seguridad.

Sabillón considera que los responsables de la pobreza han sido los políticos que han dirigido al país, que han sido tanto corruptos como ignorantes en temas económicos. Rechaza la idea de que el hondureño tenga una inclinación cultural hacia la pereza, o que Honduras, por ser un país pequeño, esté siempre condenado al subdesarrollo. Sabillón gusta de citar el ejemplo de países como Luxemburgo, Suiza, Singapur y Qatar, que son más pequeños que Honduras, pero que han logrado impresionantes tasas de crecimiento económico.

En su opinión, lo que necesita Honduras es un dirigente sabio y honesto que lo guíe hacia el desarrollo.

Muchos de los problemas de Honduras se pueden resolver con crecimiento económico, por lo que este tema debería ser de interés para todos, sin embargo, muchos hondureños adoptan una actitud pesimista en cuanto al futuro del país, y les parece que los temas económicos son muy complicados, por lo que Sabillón trata de apelar en su libro a los intereses de varios sectores, aún los de aquellos a los que no les interesa el tema económico.

Él argumenta que con crecimiento económico es posible disminuir la delincuencia, aumentar los espacios y el tiempo para la recreación, permitiendo más oportunidades para encontrar el amor de pareja. Para los que viven la pasión futbolística, Sabillón les dice que el crecimiento económico puede convertir a Honduras en una potencia futbolística. Para los que se interesan por los derechos humanos y los derechos de la mujer, Sabillón demuestra con cifras que los derechos humanos son más respetados en los países con mayor crecimiento económico.

Sabillón tiene una gran fe en la ciencia para resolver los problemas humanos, sin por eso caer en el ateísmo, como lo hacen otros. Su inclinación siempre fue hacia las ciencias sociales, aunque desconfía de las teorías económicas aceptadas en círculos académicos.

Su enfoque en el crecimiento económico para resolver los problemas sociales podría dar la impresión de un economicismo crudo, pero en realidad es todo lo contrario. Él no cree que cada persona solo debe buscar su propio bienestar, y que mágicamente el sistema de mercado produciría un nivel óptimo de bienestar social. Su vida misma da testimonio de un servicio desinteresado a favor de la humanidad. Él no cree que el dinero sea lo más importante en la vida, sino servir a los demás; y es la ciencia, no el dinero, lo que ha mejorado el nivel de vida de la humanidad.

Este libro consiste en una sucesión de artículos independientes entre sí, todos con el tema en común del desarrollo económico enfocado hacia Honduras. Al final cuenta la historia de su vida, relatando su heroica búsqueda de la solución para la pobreza a través de la ciencia económica.

Mi crítica

Simpatizo con la crítica de Sabillón hacia el establisment académico de la economía, pero considero que este libro no explica la doctrina del manufacturismo, ni siquiera en forma esquemática. Solo se conforma con repetir que la manufactura es la clave del desarrollo, pero no explica que políticas debe seguir el gobierno para estimular la manufactura y producir esas asombrosas tasas de crecimiento del 30% anual.

Sus artículos estimulan la curiosidad y el deseo de conocer más sobre la doctrina del manufacturismo, pero esa curiosidad no se ve plenamente satisfecha. Tampoco se encuentran referencias hacia un desarrollo más profundo de la teoría, aunque Sabillón afirma que él ha debatido sus ideas con muchos expertos del campo de la economía, y los ha vencido intelectualmente.

A través del libro uno puede comprender que Sabillón considera que él es la persona más adecuada para dirigir los destinos de Honduras, ya que solo él tiene los conocimientos necesarios para producir crecimiento económico a una velocidad acelerada, y solo él ha dedicado su vida a buscar la solución para los problemas de Honduras. Esta afirmación puede molestar a más de alguno, por su falta de modestia, pero no por eso debe desecharse. Sabillón intentó postularse a una candidatura presidencial independiente, pero por alguna razón no lo consiguió.

Algunas partes de su recuento biográfico parecen difíciles de creer, como cuando asegura que después de culminar sus estudios de economía le ofrecieron un trabajo que consistía en visitar hoteles de lujo.

En general, Sabillón parece demostrar una tendencia hacia el narcisismo, hacia un concepto exagerado de la importancia de su propia persona, pero es fácil ver que si los reclamos que Sabillón hace son ciertos, las implicaciones son enormes.

La teoría de que la manufactura es lo más importante parece sugerir que hay que concentrar las inversiones del gobierno en este sector, en desmedro de otras áreas como la salud y la educación, lo que puede ser rechazado por personas de izquierda, además de que una posible incursión del gobierno en el campo de la manufactura puede ser rechazado por sectores de derecha.

¿Qué tan educativo es el Canal Educativo?

Ten Canal Diez: Televisión Educativa Nacional, propiedad de Rodrigo Wong Arévalo, es un canal que tiene más noticieros que programas educativos en horario estelar, por lo tanto no es un canal educativo, sino un canal de noticias.

Era de esperarse que un canal realmente educativo no fuera rentable en Honduras.

Es posible pensar en noticieros que traten de educar al pueblo, pero es fácil comprobar que los noticieros de canal diez no se diferencian de los noticieros comerciales.

Los noticieros de Canal Diez están fuertemente parcializados a favor de los que apoyaron el golpe de Estado, y tratan de manipular descaradamente a la opinión pública, todo lo contrario de un enfoque «educativo», que podría ilustrar a la población sobre el transfondo del conflicto político.

Cabe destacar el uso de tele-encuestas por medio de teléfonos celulares, las que constituyen una considerable fuente de ganancias para el canal y para la empresa de telefonía Tigo, pero que no aportan nada al público, ya que dichas encuestas carecen de valor científico.

El uso de estas encuestas es una forma más de manipular a la audiencia. Las preguntas se redactan de manera que favorezcan a una respuesta predeterminada. Los noticieros buscan manipular a la opinión pública por medio de la desinformación y los comentarios parcializados, y luego cosechan respuestas con base en los prejuicios que ellos mismos siembran.

Una misma pregunta en otro medio con tendencia política opuesta (resistencia) recibirá un resultado totalmente diferente.

El Canal Diez apoyó decididamente el golpe de Estado del 28 de junio del 2009, y continúa viendo en Roberto Micheletti un ejemplo de dignidad nacional que el presidente Porfirio Lobo debería de seguir.

El Canal Diez está haciendo una fuerte campaña contra Porfirio Lobo, por abrir la posibilidad de la realización de una Constituyente en Honduras.

El Canal Diez, con esta campaña de miedo,está promoviendo efectivamente otro golpe de Estado en Honduras, por irracional que esto pueda parecer a cualquier persona sensata.

No es suficiente ofrecer programas con cierto sabor cultural para que un canal pueda ser considerado como educativo, tampoco es suficiente con hacer una campaña para aconsejar a los padres para que ayuden a sus hijos en sus tareas, como lo hacen con la «Iniciativa de Educación Paternal».

El Canal Diez bien puede ser investigado por defraudar al Estado, ya que ofreció ser un canal para educar a la población, y en vez de eso está concentrando sus energías en una campaña de miedo.

Sí fue Golpe de Estado, me retracto

Reconozco ahora que me equivoqué, y que lo que sucedió el 28 de junio del 2009 en Honduras fue un golpe de Estado.

En este blog he defendido la tesis de que el 28 de junio del 2009 se dió una sucesión constitucional, y que Roberto Micheletti era un presidente legítimo. Aunque inicialmente dije que sí fue un golpe de Estado, después me retracté, pero siempre seguí expresando mis dudas.

Este es un tema que ha dado vueltas en mi cabeza, y reconozco que mi profundo desprecio por la figura de Zelaya me llevó a apoyar a un régimen de facto en mi país.

Este es un tema que tenía algo relegado, pero las nuevas revelaciones de Wikileaks me han hecho ver la crisis hondureña en otra perspectiva.

No sé que tan confiable será Wikileaks, sostengo que no hay que creer algo solo porque lo diga un documento publicado por Wikileaks, pero los supuestos informes del embajador Hugo Llorens tienen mucho sentido para mí.

Tal parece que no hubo una orden de captura contra Zelaya, esta orden la fabricaron después los responsables del golpe. Los militares simplemente decidieron expulsar a Zelaya y abortar la consulta popular que se iba a realizar ese día. No tenían ninguna autoridad para hacerlo. Fue un claro acto de abuso de autoridad.

Con esto se derrumba el argumento del «estado de necesidad» de los militares, según el cual ellos justificaban la expulsión de Zelaya con la excusa de salvar vidas humanas. ¿Cómo se van a salvar vidas humanas con un golpe de Estado? Es absurdo.

La carta de renuncia de Zelaya fue una obvia falsificación, una torpe jugada de los responsables del golpe. El Congreso no estaba autorizado para destituir a un presidente, a pesar de la torcida interpretación de un informe legal de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.

El artículo 239 de la Constitución ha sido usado repetidamente para justificar el golpe de Estado. Se dijo que Zelaya estaba promoviendo la reelección presidencial, por lo que quedaba destituido automáticamente de la presidencia, de manera que cuando los militares secuestraron a Zelaya éste ya no era presidente.

Sin embargo, aunque esto fuera cierto, también existe en la Constitución el principio de presunción de inocencia. Todo hondureño tiene el derecho al debido proceso, pero este derecho se le negó a Zelaya al expulsarlo del país. Por lo tanto, Micheletti incurrió en el delito de usurpación de funciones y abuso de autoridad. Roberto Micheletti ejerció como un presidente de facto, porque el presidente legítimo seguía siendo Zelaya.

Roberto Micheletti no es un héroe que salvó al país de caer en las garras del comunismo. Roberto Micheletti violentó groseramente la Constitución pretendiendo salvarla. No hay ninguna justificación para este golpe de Estado, ninguna.

Se dijo que Zelaya tenía planeado disolver el Congreso y la Corte Suprema de Justicia, y convocar inmediatamente a una Asamblea Nacional Constituyente. Esta fue la justificación del golpe de Estado de Roberto Micheletti. Para afirmar esto se cita el decreto PCM-020-2009, pero el citado decreto se refiere a la instalación de una cuarta urna en las elecciones de Noviembre del 2009, no habla de convocar inmediatamente a una Constituyente. Por lo tanto Micheletti mintió para justificar el golpe de Estado y conspiró con los militares para dar el golpe de Estado. No había ninguna amenaza inminente que justificara un delito tan grave.

Pido perdón a mis lectores por haber apoyado un golpe de Estado. No soy un seguidor de Zelaya, y nunca lo seré, pero sostengo que los responsables del golpe de Estado, y los que apoyaron el golpe, también le deben disculpas al pueblo hondureño.

Golpe de Estado injustificado, revela Wikileaks

No había ninguna orden de captura contra Manuel Zelaya el día del golpe de Estado, según un reporte de Wikileaks atribuido al embajador Hugo Llorens.

Si bien se ha dicho que el Tribunal Supremo dictó una orden de arresto de Zelaya, el presidente de la Corte Suprema de Justicia nos ha dicho que esto no es cierto. La única orden de la que somos conscientes es de una expedida la tarde el 25 de junio o temprano el 26 de junio por un tribunal de primera instancia que ordena la incautación de material de votación.

Si esto es cierto, la orden de captura de Zelaya se hizo posteriormente para justificar el golpe de Estado.

De ser cierta esta afirmación, no habría ninguna justificación para el golpe de Estado. Se derrumba el argumento de «estado de necesidad» de los militares. Ellos argumentan que expulsaron a Zelaya del país para salvar vidas humanas, porque la otra opción sería encerrarlo en la cárcel, lo que hubiera producido violentos disturbios y pérdidas de vidas humanas.

Pero si no hay orden de captura, el secuestro de Zelaya no es más que un claro caso de abuso militar, no hay nada que lo justifique. No queda duda de que es un golpe de Estado.

En el mismo informe hace referencia a la excusa utilizada para justificar el golpe de Estado.

Parece que el Fiscal General y los militares conspiraron con Micheletti y otros líderes del Congreso para destituir a Zelaya en base al temor de que tenía previsto convocar una Asamblea Constituyente inmediatamente después de la encuesta del 28 de junio.

Ellos basan su afirmación de que él hubiera hecho esto sobre la publicación en el diario oficial La Gaceta del 25 de junio del decreto llamando a la encuesta. Los seguidores de Micheletti dicen que la publicación es una convocatoria de la Asamblea Constituyente. Sin embargo, esto es evidentemente falso; la publicación dice simplemente: «¿Está usted de acuerdo en que en las elecciones generales de 2009, haya una cuarta urna en la que el pueblo decida la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente?».

No había ninguna razón para pensar que Zelaya iba a disolver el Congreso y la Corte Suprema de Justicia, y convocar a una Asamblea Nacional Constituyente ese mismo día. No había ninguna justificación para dar un golpe de Estado.

¿Será posible que Micheletti y sus allegados se involucraron en un golpe de Estado por no leer bien un decreto?

Los responsables del golpe señalan el título de la encuesta en el decreto PCM-020-2009: «Encuesta de Opinión Pública Convocatoria Asamblea Nacional Constituyente». Esto implica, según ellos, que la convocataria a una constituyente se iba a realizar en ese mismo día. Pero hay que interpretar ese título en su contexto: la pregunta en la encuesta se refiere a una cuarta urna en las elecciones generales de Noviembre del 2009.

Es difícil pensar que Micheletti y sus asesores hayan sido tan torpes para malinterpretar este decreto en forma tan grosera, y creer sinceramente que esto ameritaba un golpe de Estado. Sospecho que Micheletti solo buscaba una excusa para ser presidente de facto.