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Cómo comprar por Internet en Honduras

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Actualmente podemos hacer compras en Internet fuera y dentro de Honduras.

Compras dentro de Honduras

Hay tiendas de electrodomésticos, muebles y aparatos electrónicos en las que podemos hacer compras por Internet en sus respectivos sitios web, como La Curacao, Diunsa, Mendels, El Gallo más Gallo, Jetstereo, Tecnocomp, Office Depot, etc. También podemos solicitar celulares en las página de Tigo y comprar medicinas en el sitio web de Farmacia Simán.

Para comprar en estos sitios necesitaremos una tarjeta de crédito o de débito. Lo más fácil es obtener una tarjeta de débito, ya que solamente necesitaremos abrir una cuenta en un banco y pagamos con el saldo que tenemos en el banco. También algunos sitios web de Honduras ya aceptan PayPal como forma de pago.

Al comprar en estas tiendas es necesario tener en cuenta que puede ser más difícil obtener el producto que necesitemos fuera de las principales ciudades del país, como ser Tegucigalpa y San Pedro Sula.

Una alternativa es comprar en la web de sompopo.com o en la aplicación Sompopo Shop para smartphone.

En sompopo.com podemos comprar una amplia gama de productos, y recibir el producto en un puesto de distribución cercano a nosotros en cualquier ciudad del país. Incluso podemos comprar al contado en efectivo, sin tarjeta de crédito o débito. Para hacer esto último primero hacemos la transacción en línea y luego pagamos en el punto de distribución. Esperamos luego a que nos manden el producto.

Otra alternativa es comprar en el Facebook Marketplace, especialmente para compras locales y productos usados. Dado que cualquiera se puede registrar como vendedor, es necesario tener especial cuidado al comprar algo por ese medio, para no ser estafado o robado. Es necesario contactar al vendedor y hacer la transacción en persona en un lugar público, por motivos de seguridad. No podemos pagar el dinero y esperar a que nos manden el producto.

Algo más seguro es hacer nuestras compras locales en Mercado Libre. Hay diferentes vendedores, pero hay más opciones de control para obtener mayor seguridad.

También podemos pagar servicios públicos, servicios de telefonía, recargas de Tigo y Claro, y televisión por cable directamente desde las cuentas en línea de algunos bancos. Para obtener una cuenta en línea de un banco necesitaremos abrir una cuenta en un banco y además pedir que nos abran la cuenta en línea. Desde allí podremos consultar nuestro saldo, movimientos de la cuenta, pagar servicios y hacer transferencias.

Compras fuera de Honduras

Se puede comprar una amplia gama de productos fuera de Honduras. Amazon y eBay son dos de los portales de compras por Internet más conocidos en el mundo.

Por cuestiones de seguridad es mejor comprar en tiendas en línea que gocen de cierto prestigio. En todo caso, siempre está el recurso de buscar en Google las opiniones de otros usuarios. Al hacer la compra siempre debemos verificar que la dirección del sitio web empiece con https, esto nos indica una dirección más segura para hacer transacciones.

Para comprar por Internet lo más aceptado es utilizar tarjetas de crédito o débito internacionales, como Visa, Credomatic y Mastercard. Las tarjetas de crédito pueden ser más seguras, especialmente cuando hay que hacer un reclamo o pedir un reembolso.

Para no tener que dar nuestros datos de tarjeta de crédito cada vez que hagamos una compra en Internet podemos utilizar un procesador de pagos como Paypal. Después de abrir y verificar nuestra cuenta en Paypal podremos comprar con ella en muchos sitios web, sin tener que dar nuestros números de tarjeta de crédito o débito.

Un problema con PayPal es que no puede ser usado para comprar en Amazon. Esto sucede porque PayPal pertenece a eBay, un rival de Amazon. Para comprar en Amazon tendremos que usar directamente nuestros números de tarjeta de crédito o débito, lo cual no resulta algo temerario ya que Amazon es una compañía confiable.

Hay que tener en cuenta que al precio final del producto debemos añadirle el flete, que es el costo del transporte. También está el caso de que Amazon y otras tiendas online están en Estados Unidos, y hay productos que no se envían fuera de los Estados Unidos.

Si el producto puede ser enviado directamente a Honduras, podemos recibir nuestra compra por medio del correo nacional: Honducor. Solo necesitaremos pagar unos 20 lempiras por gastos de bodegaje para recoger nuestro paquete. Por eso se recomienda siempre incluir nuestro número de teléfono en la dirección.

Si el producto no admite envíos internacionales hacia Honduras, podemos utilizar el servicio de compañías intermediarias, que teniendo una dirección en Estados Unidos, reciben el producto allá y nos lo mandan hacia nuestro país. Entre estas compañías tenemos a TransExpress, G-Box Mall, Aeropost/Aerocasillas, Viabox e Iguama. Estas empresas, por medio de servicios de courier, nos pueden hacer llegar nuestro pedido más rápido de lo que nos llegaría en correo normal, y hasta nos puede salir más barato que pedirlo directamente.

También, para los que no tienen una tarjeta de crédito o débito, en G-Box Mall nos ofrecen la opción de pagarles en efectivo, para que ellos se encarguen de hacer todas las transacciones con sus propias tarjetas de crédito.

En lo personal, he tenido una experiencia positiva con los servicios de G-Box Mall y TransExpress, usando una tarjeta de débito del banco Ficohsa. Como estoy en una ciudad en la periferia del país, en TransExpress me han cobrado una cantidad adicional por mandarme el paquete a mi ciudad, y para ello se han valido de la compañía Rápido Cargo. Para pagarles he tenido que ir a un banco para hacer el pago y enviarles un escaneo del comprobante de pago por correo electrónico. En ambos casos he tenido que ir a las oficinas de la compañía para recoger el paquete.

La ventaja de utilizar una tarjeta de débito es que no nos endeudamos, porque solo gastamos el dinero que tengamos en nuestra cuenta; y la ventaja de utilizar una cuenta en dólares es que no nos cobran por hacer el cambio de divisas y tenemos más seguridad a la hora de hacer un reclamo y pedir un reembolso.

Para los que hacen compras frecuentes en Amazon se recomienda que obtengan una membresía de Amazon Prime para obtener descuentos y cosas gratis. Amazon nos da 30 días para probar esta membresía de gratis.

Para ahorrar en la compra de libros se puede optar por comprar los libros en formato electrónico, lo que además nos ahorra tiempo, ya que obtenemos el libro en forma instantánea. Amazon tiene una gran variedad de libros electrónicos en formato Kindle. Para leerlos podemos usar gratis una aplicación en la computadora o celular o comprar un lector de Kindle en Amazon con tinta electrónica. Yo he comprado un lector de Kindle y lo considero una buena inversión. Amazon también ofrece una membresía de Kindle para lectores habituales de libros en formato Kindle.

Puede resultar más barato comprar productos electrónicos físicos por Internet en Estados Unidos que comprarlos en una tienda física en Honduras; sin embargo hay que tener en cuenta que la mayoría de ellos no tendrá garantía en nuestro país (a excepción de las computadoras Dell), y algunos no tendrán ni siquiera repuestos, por lo que, a pesar de que puedan resultar más caros comprarlos en nuestro país, hay productos que puede resultar más conveniente comprarlos en Honduras. Es cuestión de criterio y del riesgo que estemos dispuestos a asumir.

También es posible ahorrar en nuestras compras en línea fuera del país con productos de joyería y ropa, en comparación con los precios de los productos locales en los puestos de venta físicos.

Artículo actualizado en abril del 2019.

Supermercados La Colonia

La Colonia Mega Boulevar SuyapaCon una larga experiencia que contar en donde sus clientes, la variedad, la economía y el mejor servicio han sido en todo momento protagonistas de esta historia. Todo comenzó en enero de 1975 cuando un grupo de empresarios con visión se unieron para construir una sociedad anónima, estableciéndose como Supermercados La Colonia S.A. de C.V., la cual abrió sus puertas en el mismo local que actualmente ocupa La Colonia Mega Bulevar Suyapa, más cariñosamente conocida como La Colonia #1.

En 1998, para satisfacer las necesidades de los habitantes del sur de la capital, La Colonia vio nacer su segunda tienda, La Colonia #2, actualmente llamada La Colonia Mega Las Torres.

Entre los años de 1995 y 2007, debido al gran prestigio, grandes ofertas, mejores precios, exitosas promociones y exigencias de los clientes, se comenzó la expansión de esta cadena de supermercados, abriéndose 10 establecimientos más, ubicados estratégicamente por toda la ciudad de Tegucigalpa y Comayagüela.

En los últimos 3 años, reiterando su compromiso con el desarrollo del país, Supermercados La Colonia ha tenido un impresionante crecimiento abriendo 5 tiendas más, con lo que ha iniciado su incursión en toda Honduras al abrir sus nuevas tiendas La Colonia Choluteca, La Colonia Comayagua y La Colonia Juticalpa.

Asimismo ha renovado todas sus tiendas, ofreciendo un ambiente más limpio, más cómodo, con nuevos sistemas de refrigeración, agrupación de productos y muchos servicios más para cada uno de sus clientes.

35 años después, La Colonia cuenta con 18 tiendas en 3 ciudades del país, y en un corto plazo se expandirá a muchas otras ciudades, con el afán de llevar toda la conveniencia, precios bajos, máxima calidad y servicio sin igual de productos en todo el país.

La Colonia ha impulsado grandes cambios dentro de sí implementando importantes proyectos. Uno de ellos es realizado con el fin de apoyar la protección del ecosistema del país y a su vez del mundo, a fin de mejorar la calidad de vida de las familias hondureñas.

Después de un muy elaborado proceso de investigación La Colonia es la primera empresa en Honduras en cambiar todas sus tradicionales bolsas plásticas por nuevas bolsas biodegradables.

Uno de los objetivos principales de este proyecto es servir de ejemplo para que otras empresas aporten su grano de arena a favor de la preservación de nuestro medio ambiente y así poder cuidar y amar al tesoro más valioso que tenemos: Nuestra Honduras.

Las bolsas biodegradables son utilizadas en Supermercados La Colonia de Tegucigalpa, Choluteca y Comayagua, lo que lo convierte en el primer supermercado ecológicamente responsable.

Otro proyecto que La Colonia mantiene vigente es el proyecto “Dar para educar” de la Fundación Ficohsa par la Educación Infantil en conjunto con los clientes de Supermercados La Colonia. Este programa nació con el fin de involucrar a la sociedad en general en una visión de país: Combatir los altos índices de pobreza apoyando la educación preescolar de los niños y niñas entre los 3 y 6 años de edad, de escasos recursos económicos que residen en zonas rurales y urbano-marginales de nuestro país, a través del redondeo de monedas.

Gracias a sus clientes, con las monedas recolectadas hasta el momento se han construido 7 centros de educación preescolar en las colonias Flor del Campo, Nueva España, Las Palmas, Ulloa, Flor #1, Aldea El Durazno y Nueva Era de Tegucigalpa, donde más de 420 niños y niñas de estas comunidades tienen acceso a una educación en condiciones dignas con mobiliario y materiales didácticos completos, botiquín médico, juguetes didácticos, merienda escolar para todos, y capacitación para sus maestros.

Esta gran cadena de supermercados también impulsa el proyecto “Honduras, Recursos para mi Tierra” en conjunto con Banco Ficohsa y Funder. Este programa de fideicomiso tiene como objetivo otorgar financiamiento, asistencia técnica, garantía de compra y garantía de precios de mercado para sus productos. De esta manera La Colonia les da la oportunidad a muchos compatriotas hondureños de poder aspirar a un mejor mañana. Asimismo los productores cuentan con un seguro agrícola para cualquier eventualidad que pueda suceder.

Este programa representará un beneficio para 450 productores y a la vez se verán beneficiados 2,350 compatriotas de forma indirecta. Entre las localidades beneficiadas se encuentran Güinope, Jutiapa, Lepaterique, Azacualpa e Izopo, Marcala y La Esperanza, comunidades que cultivan por lo menos 25 productos vegetales (papa, chile morrón, zanahoria, cebolla amarilla, lechuga, brócoli, coliflor, escarola amarilla, tomate pera, repollo, pepino, culantro de castilla, yuca parafinada, etc.

La Colonia siempre pretende beneficiar a sus comunidades vecinas. Esto se puede apreciar en la inauguración de La Colonia 5ta. Avenida de Comayagüela, cuya apertura generó las mejoras realizadas en las escuelas Lempira y Argentina de la capital. En estos centros escolares se pintaron y remozaron sus fachadas, creando un ambiente más limpio y digno para los cientos de niños y niñas que buscan aprender y mejorar sus vidas.

Son 35 años de éxitos continuos, en los que los clientes han sido parte fundamental por preferir a La Colonia. Por sus puertas mensualmente se atiende a más de 1 millón y medio de clientes que no quedarían satisfechos si no fuera gracias a los más de 1,200 colaboradores de La Colonia, quienes promulgan la nueva cultura de excelente servicio que ahora caracteriza a esta gran cadena de supermercados.

Tomado de La Tribuna, del 9 de agosto del 2,010.

De cómo una transnacional atenaza a un pequeño país: Honduras

Esta es la tela de araña que la Standard Fruit Company ha formado sobre Honduras. Lo que aparece ante el público es solo la Standard, la bananera; pero toda esa tela de araña está a la sombra y es real y seguro que multiplica por muchas veces la fuerza de la bananera.

¿Quién duda que en un país tan pequeño y pobre como Honduras no puede mover un dedo sin permiso del pulpo? ¿Será aventurado decir que todos los productos agrícolas: bananos, piñas, azúcar, carne, aceite, que la Standard saca del país no le cuestan un dólar a la Standard, que se paga con creces con el resto que produce —el sudor de hondureño— y comercia en el país? Claro que da trabajo y sueldos; pero los sueldos son para que los brazos no se mueran. Y si le viene bien suplir los brazos por máquinas, pues lo hace y deja a los brazos muriéndose.

Lo que está saliendo del país son alimentos, y están saliendo de un país pobre, con hambre y miseria, y es llevado a países ricos que viven sobrealimentados.
La historia de estos pulpos no ha sido muy limpia: han puesto y han quitado gobiernos a su antojo, han corrompido a políticos y militares y han sido capaces de retirarse de una región, después de haberle quitado el jugo, llevándose en el último tren los rieles del ferrocarril que ya no van a usar y dejando a las gentes desesperanzadas, sin educación para seguir por sí mismas y con una infraestructura pensada sólo para el tiempo de permanencia de la transnacional.

La nota más amarga de la mala conducta de estas compañías la tiene Guatemala. La época probablemente más bonita de su historia —la revolución del 44 al 54— finalizó porque la United Fruit Company veía peligrar sus intereses por una ley sobre tierras ociosas que le afectaba, y por la apertura de una carretera que iba a poner al reino de la frutera en contacto con el resto del país. La UFCo movió la enorme maquinaria bélica del Reino del Norte, invadió Guatemala, puso de presidente al General invasor, Castillo Armas, y abortó una primavera.

Las bananeras entran a Honduras con el pretexto de hacer ferrocarriles. Hoy, después de 100 años, Honduras no tiene un solo kilómetro de ferrocarril. Las decisiones de estas compañías se toman, en San Francisco, a miles de kilómetros geográficos y a años luz de los intereses de Honduras. Una potencia como esta tela de araña da a entender, que hubiera sido muy capaz de producir desarrollo humano si hubiera sido su voluntad. La voluntad fue otra, como demuestra la carta que transcribimos a continuación:

La Carta Rolston

Tomado del libro “La Fábrica de la Miseria”.

La economía doméstica del pasado en Catacamas

Antiguo pueblo de Catacamas, cuando era una ciudad de indios.
Imagen: Memoria Gráfica de Honduras

Por: Winston Irías Cálix

Pujante en el pasado la Economía Doméstica

Durante siglos, y hasta mediados del siglo XX, las familias catacamenses elaboraban numerosos productos de uso doméstico, que han sido suprimidos por la mal llamada «civilización», que en muchos aspectos no ha significado más que la pérdida de la cultura tradicional.

Si bien los artículos modernos ofrecen mejor presentación y comodidad, la economía doméstica constituía un valioso factor para el nivel de vida de los pobladores, pues sus ingresos se han reducido debido a que antes elaboraban muchos productos en casa y ahora son adquiridos a altos precios en el mercado.

Es conveniente comparar que antes los alimentos eran frescos y naturales, mientras que en la actualidad en su mayoría son dañinos para la salud por el uso de preservantes, la práctica de procesos químicos que transforman las materias y el escaso o nulo valor nutritivo.

Me referiré sólo a algunos de esos productos:

  1. Jarabe de limón.

     Durante la abundante cosecha del «limón indio» era preparado un concentrado del jugo de este cítrico, que era embotellado para usarlo en el resto del año. Una o dos cucharadas disueltas en agua, según el gusto, adquieren el sabor de una fresca limonada, siempre con la riqueza de la vitamina C.

    Este proceso es similar al que era utilizado en Estados Unidos antes de que la Coca-Cola fuera embotellada. El jarabe de este producto se disolvía en los puestos de venta y allí mismo era consumido por la clientela.

  2. La tradicional horchata.

     En las fiestas populares, durante la feria y al final de los actos cívicos del 15 de Septiembre nada era mejor que consumir un vaso de horchata, elaborada de arroz; le añadían pedacitos de cáscara de limón para darle mejor sabor; y en verdad es exquisita, saludable y alimenticia.

    El jarabe de limón, al igual que la horchata, eran muy populares; el primero fue olvidado y la segunda dejó de usarse casi totalmente cuando apareció en el mercado local el refresco de botella; penetró tanto este producto en los años 1950 que muchísimas personas, especialmente de escasos recursos económicos, se vanagloriaban cuando la consumían, a pico de botella, ese tipo de bebida.

  3. Vino de uva.

     Del producto de los gigantescos árboles de uva, que se extinguieron de los solares de las casas a mediados del siglo XX, algunas familias elaboraban vinos que añejaban para el consumo hogareño.

  4. Achiote.

     Al igual que una planta de limón, décadas atrás no faltaba en casa un arbusto de achiote; de la semilla preparaban una pasta, que era envuelta en tusa, para condimentar el arroz, la masa de los nacatamales y otros alimentos.

    En aquel tiempo se usaban también los cominos y la pimienta, el chile, tomate, cebolla y ajo para condimentar las comidad, que adquirían un sabor natural; no había pastas de tomate, cubitos, sopas en bolsa ni paquetitos de achiote.

  5. Esencia de Chile.

     En casa cocinaban el chile picante, pequeño, que era diluido y envasado duraba todo el año; también se usaba en forma directa, al igual que el chilpete, de pequeño tamaño. Nadie compraba el producto industrializado.

  6. Café tostado.

     Nada más estimulante que una taza de café de palo, esto es el fruto del arbusto tostado en casa, al que añadían pequeñas cantidades de dulce en rapadura. Sólo este tipo de café se consumía en Catacamas, hasta que a partir de los años 1960 la ciudad fue invadida por los productos de bolsa.

  7. Chocolate.

     Era muy apetecida la bebida de este producto elaborado del fruto del cacao, muy abundante antes en los solares de las casas y cultivado en pequeña escala en la montaña

  8. Tallarines.

     Los preparaban en casa, de masa de harina extendida sobre la artesa con el braso de una piedra de moler; los condimentaban con tomate y los servían revueltos en mantequilla ácida.

  9. Desde siglos, hasta que los comerciantes introdujeron las mantecas vegetales, los catacamenses consumieron exclusivamente la manteca de cerdo para freir frijoles, huevos carnes y chorizos, y cocinar arroz y otros alimentos; ahora casi sólo se usa para darle mejor sabor a la masa de los nacatamales.
  10. No existían los churros; en su lugar se elaboraban continuamente en casa o se compraba chicharrón con yuca, pasteles fritos, hechos de masa de maíz con carne, papas y arroz en su interior y enchiladas de tortilla frita con carne, ensalada y recubiertas con queso y una rebanada de huevo cocido.
  11. En casa se elaboraban tortillas de maíz y de harina; las mujeres solían ir cada tarde al río a lavar el nixtamal, el maíz cocido con lejía de ceniza. El grano era molido en piedra, posteriormente en molinos de mano, hasta que en los años 1960 se instalaron en la ciudad los primeros molinos artesanales.
  12. Pan blanco.

     Era elaborado en muchos hogares, antes de la industrialización de este producto.

  13. Mascaduras, pan dulce y galletas caseras;

     eran horneados en todos los hogares, aunque las mascaduras de Santa María de El Real siempre han sido las más apetecidas.

  14. Alfeñiques, colmenas, pirulines y huevos de mico.

     En casi todas las casas había un grueso clavo en una pared para batir, una y otra vez, la masa elástica de dulce de rapadura, disuelta en agua hirviente, que endurecía progresivamente hasta convertirse en el famoso y popular alfeñique; por los años 1950 solo valían un centavo y antes de que llegaran los confites eran los preferidos de los niños, lo mismo que los pirulines, las colmenas y los huevos de mico, que son esféricos y confeccionados de dulce.

    También se consumían en abundancia coyoles y mangos en miel, tableta de la cáscara y de la tripa de la naranja agria, pan de rosa, zapotillos y alborotos o sopapos, elaborados de maicillo con dulce.

  15. Jaleas de mango, piña, guayaba y de tomate;

      fueron reemplazados por productos envasados, de diferentes sabores.

  16. Dulce en rapadura.

     En los alrededores de Catacamas abundaban las moliendas, para procesar la caña, cultivada con profusión. Los frescos, jaleas y frutos en miel, lo mismo que el café, eran endulzados con dulce en rapadura. El azúcar, alimento preparado después de carbonizar la miel de caña, era desconocida en Catacamas a mediados del siglo XX.

  17. Chicha y cususa.

     Los catacamenses no pagaban impuestos por consumo de bebidas alcohólicas; bebían chicha elaborada generalmente de maíz nacido y cususa, aguardiente no refinado procesado en alambiques y conocido con el sugestivo nombre de «Gato de Monte», porque se le esconde para que no sea descubierto por las autoridades. A mediados del siglo XX la policía capturó a las «chicheras» -elaboradoras y vendedoras de chicha- y las obligó a desfilar sosteniendo en sus cabezas las tinajas de la famosa bebida; les quebraron los recipientes, les impusieron fuertes multas y las amenazaron con detenerlas nuevamente si continuaban esa práctica.

  18. El mezcal.

     Esta planta abundaba en Catacamas y se le utilizaba para elaborar cabulla, lazos, sacos, alforjas, matates y hamacas.

  19. Candelas de cebo.

     Antes de ser introducidas las candelas de espelma, ya en moda a mediados de los años 1959, los catacamenses se iluminaban con candelas elaboradas con el cebo de las vacas; la grasa se hervía y con ella se «bañaban», una y otra vez, un cáñamo (la mecha) que se iba engrosando a medida que se enfriaba el cebo; en algunas pulperías continuaban vendiéndolas hasta los años 1970.

  20. Jabón de tripa.

     Elaborados con los intestinos del cerdo; se usaba para el aseo corporal -jamás permitía la caspa- y para lavar la ropa.

  21. Monturas, jáquimas y fajas.

     Eran fabricadas en los pocos talleres de talabartería existentes en Catacamas

  22. Calzado.

     Zapatos y caites de puro cuerpo eran elaborados en los talleres de la ciudad; después de años de decadencia esta actividad ha florecido y existen varias fábricas de calzado en Catacamas.

Tomado del libro «Catacamas – del ayer al año 2000», de Winston Irías Cálix.