Comentario sobre el himno a Lempira

Estatua de Lempira

El himno a Lempira es un claro ejemplo de lo que algunos llaman religión cívica, y específicamente de un culto laico a los héroes de la patria.

(Ver letra del himno a Lempira).

En este himno, al indio Lempira se le presenta como un semidiós en su afán libertario y se le alaba por su compromiso ético de defender la patria contra sus enemigos.

Podríamos pensar que el epíteto de semidiós que se aplica a Lempira es un tanto exagerado, lo que se conoce como el recurso literario de la hipérbole, pero esa exageración nos llama a prestar respeto a la figura del héroe.

Desde el principio se nos invita a entonar un himno a Lempira, porque fue un patriota de heroico valor.

Se exalta a Lempira como un héroe por guiar a su pueblo en la lucha contra la invasión extranjera y se le pide a los que escuchan el himno —y se sobreentiende que se dirige específicamente a los hondureños— a que participemos de esa exaltación del héroe cantando el himno a él dedicado.

Esto se puede entender como un culto a un héroe, un culto que el Estado de Honduras incentiva a través de la Secretaría de Educación, ya que a los niños y jóvenes se les enseña a cantar este himno en los centros educativos y, a entenderlo.

La figura de Lempira ocupa un lugar importante de la identidad nacional. Todos los que han pasado por el sistema educativo hondureño conocen la historia de Lempira, de como resistió a la invasión española, y cómo fue asesinado a traición.

Además, la moneda de Honduras se conoce como lempira. A Lempira se le rinde homenaje en el día consagrado a él, que es el 20 de julio de cada año. En ese día se hacen en las escuelas recreaciones teatrales de la muerte de Lempira, y se hacen concursos de belleza para niñas vestidas de indias.

La historia del indio Lempira, en la manera que se cuenta por el sistema educativo oficial, tiene un claro propósito de formación moral y cívica. Se nos pide que nos identifiquemos con Lempira y que imitemos su ejemplo de luchar por la patria. Lempira es un ejemplo de patriota.

El himno a Lempira recalca esto diciendo que fue grande con toda grandeza, y que fue puro con toda pureza. Todo esto es parte de una hipérbole que nos quiere llamar la atención sobre su ejemplo moral.

Su ejemplo moral contrasta con la emboscada de que fue víctima por parte de sus enemigos, quienes los llamaron para negociar la paz solo para ser asesinado a traición. El contraste es en blanco y negro: Lempira y su pueblo es bueno, y los españoles son malos.

El carácter de adoctrinamiento moral de esta historia resalta tanto, que algunos académicos sospecharon que la historia de Lempira pudo haber sido un mito inventado, que el indio Lempira mismo ni siquiera existió. Sin embargo, el historiador Mario Felipe Martínez descubrió un documento en archivos coloniales en España que confirma la existencia real del cacique Lempira.

La sorpresa es que el documento da otra versión del desenlace de la muerte de Lempira, que en lugar de ser asesinado a traición, muere al ser vencido limpiamente en un duelo, a manos de un español, que en el documento pide recompensa al rey de España por semejante proeza.

Sin embargo, el historiador Longino Becerra considera que la versión del antiguo documento de la muerte de Lempira puede ponerse en duda, ya que hay un claro interés pecuniario que mueve al redactor del documento a jactarse del asesinato del cacique. Becerra mismo acusa a los que dudan de la historia oficial de poseer una escasa fibra patriótica.1

Lo que queda fuera de duda es la existencia del cacique Lempira y de su lucha por la liberación de su pueblo.

Y más allá de la exactitud histórica, lo que importa para el sistema educativo oficial es el valor inspiracional y formativo del relato.

El relato de Lempira, el himno a él consagrado y las celebraciones alrededor de su figura forman parte de una religión civil hondureña, de un culto laico hondureño a los héroes y próceres de la patria.

Se podría objetar que Honduras no necesita un culto laico a los héroes ya que la mayoría de los hondureños profesamos la religión cristiana. La religión cristiana —en sus versiones católicas, protestantes y evangélicas— inspira el comportamiento ético de la mayoría de los hondureños, y esto sería suficiente en lo que se refiere a la formación moral de los hondureños.

El problema es que al ser Honduras un estado laico —al menos en lo que se refiere a las leyes y a las formas— no se puede impulsar abiertamente un adoctrinamiento religioso en el sistema educativo. Necesitamos entonces una enseñanza laica de valores morales, y para eso recurriremos a la figuras de héroes y próceres laicos.

Además, la religión cristiana misma es deficiente en lo que respecta a valores cívicos y a una exaltación de la identidad nacional. El catolicismo romano —su nombre lo indica— tiene un origen histórico y cultural específico que no responde a los intereses de Honduras, y otro tanto se puede decir de las iglesias evangélicas, que en su mayoría son de origen e inspiración estadounidense.

Necesitamos mitos de identidad propios, o al menos eso estima el sistema educativo.

Un problema con los mitos laicos de formación cívica es que al igual que los mitos religiosos pueden ser objeto de una deconstrucción o demolición téorica. El mito de Lempira no deja de ser problemático. La forma en que se presenta a los indios como buenos y a los españoles como malos no deja de ser una simplificación grosera de la realidad.

Lempira se nos presenta como un proto-hondureño, como un hondureño antes de que se formara el Estado de Honduras, pero es obvio que el cacique Lempira representaba a una identidad local indígena que no tenía nada que ver con el moderno Estado de Honduras. Dicho crudamente: Lempira no era hondureño ni se sentía hondureño.

Además, con el mito de Lempira se nos pide que nos identifiquemos con los pueblos indígenas y su lucha, y que por otro lado despreciemos la conquista española. El problema es que el pueblo hondureño es de herencia mixta, tanto genéticamente como culturalmente, y que al odiar nuestra herencia española estamos odiando a una parte importante de nosotros mismos. La realidad es que nuestra herencia cultural española pesa mucho más, no en vano la mayoría de los hondureños hablamos español y adoramos a Jesucristo.

Testimonio de la herencia cultural española son las danzas folklóricas hondureñas que promueve la Secretaría de Educación, que al igual que las de otros países hispanoamericanos, tienen su origen en la colonia española.

Quizás sería más saludable tratar de reconectarnos con el pasado español a tratar de fingir que somos indígenas pre-coloniales. El orgullo de celebrar ser un Estado independiente con su propia historia nos impide hacer eso. Estamos empeñados en celebrar nuestra independencia de España cada año, pero Honduras —como un Estado independiente— carece de una historia gloriosa de la que podamos tomar inspiración. La misma historia oficial de la independencia es un mito2.

Otro problema es el fracaso de Lempira. Lempira fracasó en su lucha por la soberanía de su pueblo indígena. Su sacrificio no sirvió de nada. El culto a Lempira promueve la exaltación romántica de causas fracasadas. Esto también va en la línea de otros mitos laicos hondureños, como la muerte de Morazán, y el verso del himno nacional que dice que serán muchos, Honduras, tus muertos, pero todos caerán con honor.


  1. Evolución histórica de Honduras. 2009. Longino Becerra. Editorial Baktún. Página 68. 
  2. El mito de la Independencia de Honduras en el 15 de septiembre de 1821 

Comentario sobre la poesía «Águilas Conquistadoras» de Luis Andrés Zúñiga

Esta poesía (ver texto completo) es una crítica al imperialismo de Estados Unidos en Latinoamérica, y particularmente en Honduras.

A principios del siglo XX Estados Unidos mandó marines a Honduras para salvaguardar los intereses de las compañías bananeras ante la inestabilidad política en Honduras, lo que provocó una reacción patriótica de algunos intelectuales hondureños como el escritor Froylán Turcios y el periodista Paulino Valladares.

En la poesía se recuerda la historia que representa el mito fundacional de Estados Unidos, con los peregrinos de Inglaterra huyendo de la persecución religiosa. También nos recuerda el ideal puritano de Estados Unidos como la nueva tierra prometida, como el nuevo Israel o el nuevo pueblo escogido de Dios, como la historia de la tradición bíblica escrita para una nueva generación.

En estimación del autor, Estados Unidos tuvo unos orígenes humildes que estaban basados en buenas intenciones, pero que se corrompió al aumentar su poder económico y militar, así como un torrente se ensucia al aumentar su caudal.

Por causa de esa corrupción ahora el imperio americano nos muestra ahora sus homicidas manos, queriéndose apoderar de los territorios de lo que algunos llaman el «patrio trasero» de Estados Unidos, desde México hasta el canal de Panamá, y lo hace con la violencia de las armas.

El poeta hace un llamado a todos los pueblos de herencia española en el continente americano a resistir con valor la invasión norteamericana, estando dispuestos a combatir sin importar si al final de la batalla los encuentra la amarga derrota y la aniquilación total, por que quizás al final del alma de la raza surgirá un resplandor. Este llamado de luchar hasta la muerte se hace eco de las palabras del himno nacional hondureño que nos dice que serán muchos Honduras, tus muertos, pero todos caerán con honor.

En la actualidad, sin embargo, la estrategia del imperialismo americano es mucho más sutil y pocas veces recurre directamente a invasiones militares para hacer valer sus intereses en el resto del continente americano, le basta hacer valer su influencia política y económica en forma indirecta y detrás de bambalinas. No va a poner a un gobernador político a gobernar directamente en nombre de Estados Unidos, sino que apoyará a los políticos locales que sean dóciles a sus intereses, utilizará medios indirectos, organismos internacionales como la OEA y el FMI para presionar a favor de sus intereses, intervendrá discretamente en los procesos electorales, perseguirá a sus enemigos utilizando el sistema judicial de los países, (sicariato judicial o lawfare) y apoyará discretamente golpes de Estado cuando sea necesario, como lo hizo en Honduras en el 2009.

El problema de Honduras, es que al ser un país pequeño, tendrá dificultad para luchar contra un gran poder hegemónico —como lo es Estados Unidos— para luchar por su independencia. Honduras se independizó de España solo para caer poco después en las garras del imperialismo americano. Se necesita el despertar de los pueblos de toda Hispanoamérica, combatir a las oligarquías locales aliadas del imperio, combatir la desinformación que nos sirven constantemente los medios de comunicación y una estrategia de lucha internacional para hacer retroceder la intervención americana en nuestros países.

Eso sería lo ideal, pero parece poco probable. Los pueblos latinoamericanos están divididos, tanto entre sí como a lo interno. Sin embargo, no todo está perdido. Existen indicios de que el imperio angloamericano se está debilitando día tras día por causa de su propia ineptitud. Existe el goteo constante de una migración masiva de gente de habla española que está entrando en Estados Unidos, ya sea legalmente o ilegalmente. Esta inmigración masiva cambiará la distribución demográfica de ese país. Los hispanohablantes seremos mayoría en ese país y dirigiremos sus instituciones. ¡El futuro pertenece a los que hablamos español!

Donald Trump llegó a la presidencia de Estados Unidos explotando los temores de la población nativa que teme ser desplazada, pero ha demostrado incapacidad para cumplir con sus promesas de campaña. Sus enemigos a lo interno son poderosos y quieren acoger a los migrantes con los brazos abiertos. ¡No hay nada que pueda detenernos! ¡Si el presidente Donald Trump no puede detener la inmigración nadie lo hará! Estados Unidos recibirá su justo castigo por su prepotencia imperial, y Honduras está tomando un papel protagónico en una invasión pacífica con sus ciudadanos que hará morder el polvo al imperio angloamericano a través de las caravanas de migrantes.

Águilas Conquistadoras

Por: Luis Andrés Zúñiga

Un día zarpó un barco de la vieja Inglaterra
Con rumbo al Occidente, hacia ignorada tierra
Que hallábase escondida tras las curvas del mar.
El barco iba cargado de tristes emigrantes
De Quakers que iban a esas tierras distantes
A buscar una patria y formar un hogar.

Nuevo pueblo de Israel, de místicos guerreros
Que de su patria huyeron, con penates y aceros,
De su conciencia oyendo la imperativa voz! …
… Al fin sus ojos vieron una costa florida
Fecunda y bella y vasta, la tierra prometida
Que en la América libre les reservaba Dios.

Como robusto roble que un día creciera
Y que la vasta sierra con sus ramas cubriera
O! singular producto de monstruosa aleación;
Lo que fue débil niño se tornó en un gigante.
Esa mísera tribu, en la tierra pujante
Se tornó de improviso en pujante Nación.

Y así como es muy limpio al nacer el torrente
Y que al crecer enturbia su linfa transparente
Hasta que llega, enorme, pero sucio hacia el mar,
Así ¡oh Yanquilandia, hija de puritanos!
Armadas nos enseñas las homicidas manos
Y nuestra noble tierra pretendes conquistar!

Se escucha un grito de águilas tras el lejano monte;
Los búfalos ya asoman por el vasto horizonte:
¡Son hijos de la bruma en las tierras del sol!
El quetzal ya revuela sobre la cumbre enhiesta
Y se escucha un rugir en la negra floresta:
¡Son los bravos cachorros del gran león español!

¡Oh, los hijos de Lincoln, que encendida
Nos mostráis una espada fratricida:
Vuestra espada es puñal!
¿Pensáis que nuestra aljaba está dormida?
¡Nunca duerme bajo el sol tropical!

Tenéis inmensas pampas, grandes lagos sonrientes,
El vórtice del Niágara y mil ríos rugientes
De un enorme caudal;
Dejadnos disfrutar nuestros torrentes,
Nuestro suelo nativo, nuestro sol tropical!

¡La conquista es un crimen! No fue que conquistamos
De tiempo inmemorial
Las fértiles campiñas que poblamos,
Esta tierra risueña. Nosotros heredamos
Nuestras costas floridas, nuestro sol tropical!

Hace siglos aquí fue que murieron
Los Lempira, que heroicos combatieron
En la batalla campal;
Irán ahora los hijos donde los padres fueron;
Combatiremos todos bajo el sol tropical!

Sois muy fuertes, pero injustos y arteros!
Somos muchos millones de guerreros
De México al Canal;
Dios pone en nuestras manos los aceros.
¡No será vuestro este sol tropical!

***

Así como se escucha, cual volcán que revienta
Cuando el cielo descarga la pesada tormenta
y abátense en las rocas los ímpetus del mar,
se oirán ruidos siniestros, de rugir de florestas,
De rocas desgajadas de las altivas crestas,
De huracán de guerreros que cruza un encinar.

¡Los clarines ya suenan, ya flota el estandarte!
¡Cada cumbre un castillo, cada roca un baluarte!
Centauro cada potro, cada soldado un león!
¡Los corceles ya piafan bajo el duro acicate!
¡Campesinos, al arma! ¡Se acerca ya el combate!
Y tú, valiente obrero: ¿Cuál es tu batallón?
Oh, vírgenes que lleváis también sangre gloriosa
De las bravas mujeres de la gran Zaragoza:
¡Contra la horda invasora cualquier arma es leal!

¡Seguidnos al combate! ¡Cubrid vuestra hermosura!
¡Cubrid vuestros encantos con guerrera armadura!
¡Pereced con nosotros en la lucha fatal!

¡Porque es lucha de razas! ¡Es el genio latino
Que al universo alumbra con su fuego divino,
En la lucha contra el Bóreas, nebuloso y brutal!
Tal vez por muchos siglos durará la refriega;
Más ganará el Derecho la batalla final.

Y si en la lucha enorme, nuestra Armada destruida,
Destruidos los hogares, nuestra patria vencida,
Bajo la planta quedan del grosero invasor;
Cuando del vasto incendio, extintas ya las luces,
Quede todo en escombros, sobre las tristes cruces
Del alma de la raza flotará un resplandor!

La evidencia del fraude electoral en Honduras 2017

Las elecciones del 2017 en Honduras están manchadas por las sospechas de fraude.

Las irregularidades se empezaron a notar cuando se tardó en dar el resultado preliminar la noche del 27 de noviembre, se esperó hasta la una de la madrugada para dar el resultado de que, teniendo el 57% de los votos contados, Salvador Nasralla aventajaba con cinco puntos porcentuales a Juan Orlando Hernández en el conteo de votos.

Hubieron problemas técnicos, el sistema informático «se cayó», y cuando se restableció la ventaja de Nasralla fue disminuyendo con el paso de los días hasta que Hernández quedó como ganador con menos de dos puntos porcentuales de ventaja.

Este desenlace desató acusaciones de fraude y protestas que fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad del Estado, en medio de graves abusos contra los derechos humanos de los manifestantes.

Hasta el día de hoy, continúa la sospecha de que el partido gobernante fraguó un fraude, lo que ha traído problemas para la estabilidad del país, con fuertes protestas que reaparecen periódicamente contra un gobierno que muchos consideran ilegítimo.

¿Pero realmente hubo fraude? ¿Cómo se explica el cambio de tendencia que al final favoreció al candidato oficialista?

Éstas son preguntas que merece la pena examinar a fondo.

La versión oficial

Según la versión del partido de gobierno, el cambio de tendencia se debió a que primero se contaron los votos en zonas que favorecían a Nasralla. Esto produjo una impresión engañosa de que Nasralla era el candidato ganador, pero que después se contaron los votos de las zonas que favorecían a Hernández.

Las zonas que favorecían a Hernández eran las zonas rurales, mientras que Nasralla habría ganado el voto urbano.

Al final, el voto rural inclinó la balanza hacia el candidato oficialista.

Esto tiene cierto sentido, ya que las zonas rurales tienden a ser más conservadoras, y Nasralla era un candidato en una situación política novedosa.

Las caídas del sistema y el cese en la transmisión de resultados se dieron por problemas técnicos en los que no había malicia alguna.

Además, los resultados de las actas físicas en poder de los partidos políticos no tenían muchas diferencias con los resultados oficiales del Tribunal Supremo Electoral.

Este es un punto importante. A pesar de sus alegatos de fraude, el Partido Libertad y Refundación no pudo presentar evidencia física de que Nasralla había ganado la presidencia.

La Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE UE) cotejó en forma aleatoria una muestra de las copias de las actas en poder del partido Libre con las publicadas en el sitio web del Tribunal Electoral y comprobó que no había prácticamente ninguna diferencia.1

Según Marisa Matías —la persona que dirigió a la MOE UE en Honduras— el problema que tiene Honduras en las elecciones es un problema de falta de confianza en las instituciones. El sistema podría haberse caído cinco mil veces y aparecer mil sospechas, pero toda disputa se habría podido solucionar con solo comparar las copias físicas de las actas con lo que publicó el servidor.2

Lo que la Alianza hizo fue pedir varios recuentos parciales, y en cada recuento que se hacía se confirmaba la victoria del candidato oficialista.3

El informe final de la MOE EU vino a confirmar la versión del gobierno y la Alianza de Oposición no pudo rebatir las conclusiones de ese informe.

Es importante notar que según la ley electoral, para declarar inválida una elección «la carga de la prueba recae en el denunciante y el TSE no realiza investigaciones de oficio».4 La Alianza de Oposición tenía el deber de probar el fraude y no lo hizo. En vez de eso intentó resolver la situación por medio de una insurrección popular, lo que trajo como respuesta la represión del gobierno y graves violaciones a los derechos humanos.

La incapacidad de la oposición de argumentar su caso con argumentos válidos y con capacidad técnica ha producido resultados lamentables para la sociedad hondureña.

Cuestionando la versión oficial

La versión oficial no es incuestionable, y a pesar de la falta de evidencia física contundente, la impresión inicial de que hubo fraude no es algo que se pueda desestimar fácilmente.

Un hecho importante de notar, es que ningún partido tenía la copia de todas las actas, ni siquiera el Partido Nacional, que es el partido en el poder.5

Esto menoscaba el argumento de Marisa Matías de que para arreglar la disputa sólo es necesario cotejar las actas. Esto se señala en el informe de la OEA sobre las elecciones que estamos analizando, en el que se advierte que la copia de las actas entregadas a los partidos políticos no es una medida de control infalible ya que los partidos políticos no tenían todas las actas, algunas de ellas fueron llenadas a mano, no tenían medidas de seguridad y presentaban discrepancias entre sí.6

A primera vista, el argumento del voto rural también resulta sospechoso. Al concentrarse la mayoría de la población en los centros urbanos, es de esperarse que el voto urbano tenga mayor peso en una elección. También al haberse contado más de la mitad de los votos, los votos restantes necesitan presentar un fuerte sesgo a favor del candidato oficialista para contrarrestar la victoria de la oposición.

La publicación «The Economist» en inglés, al consultar la opinión de una antropóloga especializada en Honduras encontró que no había ninguna correlación entre el carácter rural o urbano de un municipio y la tendencia a votar con marcada preferencia por Juan Orlando Hernández.7

Este punto es importante, porque si el Tribunal Electoral no puede explicar el cambio de tendencia a través del voto rural, no hay manera de que se pueda establecer la confiabilidad de las elecciones en la mente de la mayoría de los hondureños.

Por otra parte, el informe final de la MOE OEA menciona el trabajo del doctor Irfan Nooruddin, en lo que se refiere al análisis estadístico de las elecciones en Honduras.

Nooruddin encuentra que hay una anomalía en el último tercio del conteo de votos, ya que analizando cada departamento por separado, se encuentra que hay un aumento pronunciado en la participación electoral y en la votación a favor de Juan Orlando en todos los departamentos, y no sólo en los departamentos en los que ganó Juan Hernández.

Nooruddin termina diciendo que el patrón de comportamiento del conteo de votos —especialmente en lo que concierne a las tasas de participación electoral— es sospechoso; que hay una ruptura muy marcada en la colección de datos que es difícil explicar como un resultado puramente aleatorio, lo que le lleva a rechazar la conclusión de que el Partido Nacional haya ganado legítimamente estas elecciones a nivel presidencial.8

La señora Rosibel Pacheco, una docente especializada en estadística, confirma que en la UNAH un grupo de profesionales de la matemática y la estadística realizó un estudio estadístico de las elecciones y llegaron a conclusiones que están en la misma dirección de lo antes expuesto. Según ella, «la Matemática había hablado, pero ese lenguaje no tuvo validez para los que toman decisiones y dan recomendaciones»9.

El análisis académico de las elecciones publicado por la MOE OEA ya estaba disponible antes de que la MOE EU redactara su informe final, por lo que no tienen excusa para no haberlo incluido en su análisis. Tampoco el Tribunal Electoral ha intentado siquiera responder a estas objeciones, como tampoco lo ha hecho el gobierno, ni el Partido Nacional.

El Partido Nacional y todo el oficialismo se contenta con colocar la carga de la prueba en la oposición; pero es importante, para la estabilidad del país, aclarar —para la satisfacción de la gente razonable— si realmente hubo fraude o no. No es suficiente con que hayan elecciones limpias, también deben de parecerlo.

Sospecho que el oficialismo no ha intentado siquiera responder a estas objeciones eruditas porque realmente hubo fraude en las elecciones generales del 2017 y no tienen como justificar ese fraude.