El mito de "Cinchonero"

Por: Segisfredo Infante

Don Medardo Mejía publicó, creo que allá por 1965, la obra de teatro, dividida en tres actos, llamada “Cinchonero”, bajo la idea de reinventar la personalidad de Serapio Romero. Don Medardo pensó que era oportuno oponer, a las huestes de José María Medina –más conocido como “Medinón”–, un personaje cuasi histórico sacado de los arrabales olanchanos y convertirlo, partiendo de la nada, en un revolucionario antifeudal. La idea, desde el punto de vista puramente literario, fue fructífera, considerando que Honduras era, todavía, un país brumoso, con atmósfera “medieval”, en donde había cabida para los “Robin Hood” de una anticipada modernidad.

El escritor le dio continuidad al drama decimonónico con la trilogía de “La Ahorcancina”, en donde se sacó algunos clavos personales en tanto que la soldadesca de Medinón había sacrificado la vida de antiguos familiares de don Medardo, quienes eran oriundos de la municipalidad del pueblo minero y ganadero de Manto, antigua cabecera departamental de Olancho. La personalidad imaginaria, y bastante díscola, de Serapio Romero, brindó la gran oportunidad literaria para que el escritor rehiciera la historia de mediados del siglo diecinueve hondureño al gusto del dramaturgo de tendencia marxista ocasional que era don Medardo Mejía.

Nosotros, lo hemos confesado muchas veces, admiramos sinceramente a don Medardo como uno de los mejores ensayistas, humanistas y prospectivistas hondureños del siglo veinte. Pero, como historiador científico y dramaturgo, percibimos algunas fallas y limitaciones en su obra que es imposible compartir. Por ejemplo, el famoso “Cinchonero” de don Medardo se encuentra muy lejos de la realidad histórica que le acompañó. En la década del setenta del pasado siglo veinte nosotros tuvimos la oportunidad de leer y estudiar el “Juicio Sumario” que se le hizo en Juticalpa al campesino y arriero Serapio Romero, y nada de sus actuaciones concretas dejan entrever al revolucionario antifeudal fabricado un siglo más tarde por el patriota don Medardo. El susodicho “Cinchonero” había sido, en primera instancia, un facineroso que, con machete en mano, se dedicaba al asalto de los pueblos colindantes con el valle del río Guayape.

Pero al margen de los posibles manipuleos de las declaraciones que en el “Juicio Sumario” le tomaron los escribanos al encausado Serapio Romero, tenemos que correr los telones teatrales a fin de averiguar aquello que realmente estaba ocurriendo en Olancho en los tiempos de “Medinón” y “Cinchonero”. Las tropas del presidente José María Medina incursionaron en los años sesentas del siglo diecinueve sobre el departamento de Olancho, porque ahí estaba organizando una molotera el valiente militar don Florencio Xatruch, quien obedecía las órdenes conspirativas del ultraconservador guatemalteco el presidente vitalicio Rafael Carrera. Este último conspiraba contra “Medinón” porque había incluido en su aparato de gobierno a algunos “liberales” como José Trinidad Cabañas. El caso es que Serapio Romero, es decir, el “Cinchonero”, en la vida real obedecía las órdenes de los sectores más ultraconservadores de América Central, los antiguos enemigos de José Cecilio del Valle, Dionisio de Herrera y Francisco Morazán Quesada. Por cualquier duda al respecto invitamos a los amigos a realizar una auténtica investigación histórica.

(sinfante1@yahoo.es).
Aldea de Cerro Grande, Distrito Central

Tomado de La Tribuna.

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