Como era de esperarse, la huelga de los fiscales no hizo mella en el sistema político corrupto que nos gobierna.
Los grupos de poder antes dejarán morir de hambre a los fiscales que entregarse a ser juzgados según la ley.
Es necesario utilizar la fuerza, es necesario hacer una revolución para que las cosas cambien.
El sistema democrático se ha demostrado incapaz de hacer frente al monstruo de la corrupción. La corrupción forma ya parte de los engranajes del sistema.
La democracia representativa es una burla cuando quienes gobiernan no representan los intereses del pueblo.
Es fácil echarle la culpa al pueblo por elegir malos gobernantes, y esperar que en las próximas elecciones el pueblo sí elija sabiamente.
Pero el sistema está podrido desde sus bases cuando es necesario dinero para las campañas políticas. Los que verdaderamente elijen a los gobernantes son los que tienen dinero. Aquel que no cuente con el respaldo de los grupos económicos influyentes no tiene chance de llegar al poder.
Sin embargo, considero sano manifestarse contra este sistema corrupto. Aunque parezca una quijotada, nunca hay que perder la esperanza.
Pero también hay que mantenernos alertas, para que los reclamos por un sistema más justo no sean utilizados por los que quisieran someternos a un despotismo aun mayor, como sucedió con los regímenes comunistas.
Estado de Derecho
Ante la huelga de fiscales, y las denuncias de los casos engavetados por el Poder Judicial, se ha hecho uso de la retórica del Estado de Derecho.
Los huelguistas, nos dicen, querían atentar contra el Estado de Derecho, y eso es algo que ninguna persona decente puede aceptar.
Pero los huelguistas solo pedían que se desengavetaran los casos y se cumplieran las leyes. ¿Es contra el Estado de Derecho pedir que se cumplan las leyes?
Presionar para que renuncien fiscales que no cumplen su deber de cumplir y hacer cumplir las leyes no es actuar contra el Estado de Derecho.
Esto debería ser obvio, como también debería ser obvio que este tipo de retórica busca favorecer a los corruptos.
Pero aun suponiendo que fuera cierto que se quiere atentar contra el Estado de Derecho, esto no es necesariamente «malo» si las leyes han sido diseñadas por grupos de poder económico con el fin de defender sus mezquinos intereses.
Si el Estado de Derecho lo único que hace es perpetuar un orden injusto, los ciudadanos tenemos el deber de oponernos a él.
Hay un viejo corolario que dice: «Cada pueblo tiene el gobierno que se merece». Cuando el pueblo este listo para un mejor gobierno lo tendra, lo exigirá y de ser necesario peleara por ello. Hasta que no dejemos de pensar en que si olimpia o motagua o que si liberal o nacionalista me temo que no nos merecemos mejor gobierno… triste pero cierto.