¿Quién no ha oído el slogan «sueña y gana con La Diaria«? ¿O de las loterías del Pega 3 y la Loto? Nos hemos acostumbrado a los anuncios de Lotelhsa, y ya hay muchos compatriotas enganchados probando suerte comprando boletos de lotería de esta compañía en forma regular.
¿Qué de bueno le trae Lotelhsa al país? Lotelhsa nos ha bombardeado con su publicidad, y ha desplazado a la Lotería Nacional, que es una empresa pública de beneficio social.
Aunque se puede argumentar que Lotelhsa produce empleos, y que a nadie obligan a comprarle boletos de lotería de esta compañía, la verdad es que esta empresa no produce nada. No tiene justificación social para existir.
Es claro que Lotelhsa recibe del público más de lo que da, de lo contrario ya habría desaparecido, por que es una organización de lucro. Por lo tanto, esta es una organización parásita, que le extrae el dinero a muchos ingenuos, que esperan que la suerte les favorezca, sin trabajar individual y colectivamente para lograr sus sueños.
Es bueno tener sueños, pero no es bueno estar esperanzados al puro azar para conseguirlos.
Con estas empresas que venden sueños no funcionan las teorías que defienden el libre mercado. Muchas personas que viven esperanzadas a que la fortuna les favorezca están actuando en forma irracional, el dinero que invierten en rifas y loterías podría ser mejor invertido en algo productivo, o simplemente ahorrarlo.
Lotelhsa debe desaparecer
El diputado de Comayagua, Fabián Discua Carranza, ha presentado una moción para derogar el proyecto que le dio vida a Lotelhsa. ¿Por qué será que no hemos oído nada de esto en los medios de comunicación? ¿Será que la influencia financiera de Lotelhsa tiene silenciada a la prensa? Sabemos que Lotelhsa compra espacios publicitarios en los medios, los cuales no son baratos. Al hacer esto Lotelhsa compite por el espacio de publicidad con empresas que ofrecen productos que sí son útiles, encareciendo sus costos de producción. Al bloquear la censura en su contra, aunque no sea en forma deliberada, Lotelhsa perjudica a la libertad de expresión, y se coloca por encima del derecho de los hondureños de conocer sobre algo que les atañe como ciudadanos.