Archivo por meses: julio 2010

La historia del cacique Lempira

El cacique Lempira

Lempira fue un importante líder de la resistencia indígena contra la dominación española. Su zona de operaciones fue un extenso y áspero territorio en la mitad sur de lo que ahora es el departamento de Lempira en Honduras.

El cronista Antonio de Herrera describe a Lempira —cuyo nombre significa ‘Señor de la Sierra’— como “de mediana estatura, espaldudo y de gruesos miembros, bravo y valiente y de buena razón, nunca tuvo más de dos mujeres y murió de 38 a 40 años”.

En el año de 1537, después de la muerte del cacique Entepica, de quien fue lugarteniente, Lempira logró convocar a 200 pueblos para que pelearan unidos contra los españoles, incluyendo a la tribu de los Cares, tradicionales enemigos de la tribu de los Cerquines a la que pertenecía Lempira.

Lempira logró persuadir a 30,000 hombres para luchar por su libertad, y ofreció ser su capitán para conducirlos a la victoria, prometiendo afrontar los mayores peligros, porque consideraba inaceptable que tantos hombres valientes fueran sometidos por unos pocos extranjeros.

Los guerreros se posicionaron en sitios altos y fortificados, llamados “peñoles” por los españoles, a los que conducían a toda la comunidad con abundantes provisiones.

Los principales peñoles de la alianza indígena fueron el cerro Gualapa, el pico de Congolón, el cerro de Coyocutena, el Peñón de Cerquín, el cerro de El Broquel y las lomas de Gualasapa.

Pero el atrincheramiento más importante fue sin duda el Peñón de Cerquín, dirigido por el propio Lempira. El gobernador español de la provincia, Francisco Montejo, entendió que si se quería avanzar en el proceso de la conquista había que apoderarse de esta fortaleza, para lo cual designó al capitán Alonso Cáceres, quien con sus hombres sitió al peñol durante seis meses; pero los indios —que estaban con sus mujeres e hijos bien aprovisionados de víveres— resistieron valientemente el sitio, causando numerosas bajas españolas con sus fechas provistas de agudas piedras de pedernal.

Viendo la valiente resistencia indígena el capitán Alonso Cáceres decidió tomarse la fortaleza por medio de la traición. Para ello dispuso que un soldado se aproximase con su caballo a una roca donde Lempira estaba de pie, y que, mientras le hacía proposiciones de paz, otro soldado cabalgando a la grupa, le disparara con su arcabuz. La estratagema se cumplió al pie de la letra, y al morir el capitán indígena, la numerosa tropa que lo acompañaba se dispersó por los montes, y poco después se rindió a los españoles.

El cronista Herrera narra así el episodio de la traición: “el capitán Cáceres ordenó que un soldado se pusiese a caballo, tan cerca que un arcabuz le pudiese alcanzar de puntería, y que este le hablase, amonestándole, que admitiese la amistad que se le ofrecía; y que otro soldado estando a las ancas, con el arcabuz le tirase; y ordenado de esta manera, el soldado trabó su plática y dijo sus consejos y persuasiones, y el cacique le respondía que ‘la guerra no había de cansar a los soldados ni espantarlos, y que el que más pudiese vencería’; y diciendo otras palabras arrogantes, más que de indio, el soldado de las ancas le apuntó cuando vio la ocasión, y le dio en la frente, sin que le valiese un morrión, que a su usanza tenía, muy galano y empenachado”.

Por tradición se sostiene que Lempira cayó en el sitio de Piedra Parada, cerca de el Pico Congolón, aunque también hay otro sitio conocido como Piedra Parada cerca de Erandique; pero las investigaciones en el terreno conducen a pensar que el héroe indígena pereció en el propio Peñón de Cerquín.

El historiador hondureño Mario Felipe Martínez ha puesto en duda la versión de la muerte de Lempira de Antonio de Herrera, después de descubrir en el Archivo de Indias una probanza que presentó en 1558 ante las autoridades españolas de México el soldado Rodrigo Ruiz.

El documento es de suma importancia, porque confirma la existencia real de Lempira —al que algunos hondureños de escasa fibra patriótica consideran una leyenda— el nombre del cacique (al que se refiere como El Empira), la descripción de la guerra y el escenario de la misma.

El propósito del soldado Rodrigo Ruiz al escribir esta probanza era impresionar a las autoridades españolas con el fin de obtener una pensión para los últimos años de su vida. Allí Rodrigo cuenta la hazaña de haberse enfrentado solo ante Lempira, provisto de su espada y rodela, llevando su cabeza como trofeo y recibiendo en el camino muchas heridas de parte de los indios, heridas que casi le provocan la muerte.

Aunque Rodrigo apoya su dicho con el informe de varios testigos —algunos supuestamente presenciales— no se puede confiar totalmente en el testimonio de unos compañeros de guerra dispuestos a ayudar a su amigo en un hecho de unos veinte años atrás.

Por su parte el obispo Cristóbal de Pedraza —quien se destacara por su defensa de los indígenas— en una fecha tan fresca como lo es el 18 de mayo de 1539 informa desde Gracias a los Reyes de España que a Lempira fue necesario vencerlo con ‘cierta industria’, es decir, no en combate frontal, como dice Ruiz.

Fuente: Evolución Histórica de Honduras.
Longino Becerra. (2009)

Voucher de la Secretaría de Educación

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Actualizado en julio del 2019

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Estado de cuenta para docentes

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Las siglas del SACE significan Sistema de Administración de Centros Educativos. El SACE depende de la Secretaría de Educación.

Algunas personas escriben vaucher o baucher, pero la palabra correcta es voucher. Aunque lo más correcto es decir Estado de Cuenta, ya que eso es lo que obtiene usted en esta página.

La Casa de la Justicia

Por: Roberto Sosa

Entré
en la Casa de la Justicia
de mi país
y comprobé
que es un templo
de encantadores de serpientes.

Dentro
se está
como en espera
de alguien
que no existe.

Temibles
abogados
perfeccionan el día y su azul dentellada.

Jueces sombríos
hablan de pureza
con palabras
que han adquirido
el brillo
de un arma blanca. Las víctimas —en contenido espacio—
miden el terror de un solo golpe.

Y todo
se consuma
bajo esa sensación de ternura que produce el dinero.


Interpretación del poema

La Casa de la Justicia es un poema que forma parte de una colección de poesías en el libro «Los Pobres» del autor hondureño Roberto Sosa. El libro fue publicado por primera vez en Madrid en 1968, recibiendo el premio Adonais de poesía. El tipo de poesía de este libro se conoce como poesía social en España, que era un género de poesía de denuncia social con trasfondo político de izquierda. Más que poesía social se le puede considerar «poesía socialista»: el arte poético al servicio de una ideología marxista. Para 1968 este tipo de poesía ideológica ya se consideraba fuera de moda en España, por lo que causó cierto desconcierto la adjudicación de este premio a este libro. Quizá se pensó que el autor hondureño merecía cierta deferencia por el solo hecho de ser de origen tercermundista y estar comprometido con la línea de izquierda.

Sin tener un carnet que lo acreditara como miembro de un partido comunista, Roberto Sosa deja poco lugar a la especulación sobre la influencia política ideológica de sus obras. Las que son referencias veladas en sus primeras obras como Los Pobres y un Mundo para todos dividido se vuelven acusaciones directas en su obra panfletaria Secreto Militar, en la que se deshumaniza sin pudor y se insulta sin delicadeza a los caudillos y autócratas latinoamericanos que surgieron de la reacción anti-comunista contra el bolchevismo soviético, pero en la que se aprecia un silencio ensordecedor ante los crímenes de los regímenes totalitarios de inspiración marxista. La indignación —es fácil verlo— es selectiva.

En su obra poética, Roberto Sosa ve a la sociedad hondureña como una sociedad corrupta y corrompida por el capitalismo, lo que se refleja en la descripción de los paisajes y personajes que pertenecen a la élite social. Los parajes y vistas urbanas dan testimonio de esa corrupción, inspirando un sentimiento de desolación y tristeza, mientras que los personajes ricos y poderosos reflejan la deshumanización del sistema. Los pobres y marginados, en cambio, reflejan la esperanza de un mundo nuevo más justo y humanizado.

Es dentro de ese marco ideológico que Roberto Sosa inserta su poema sobre su visita a «la casa de la justicia de mi país». El sistema judicial estaría viciado por causa de los perversos incentivos monetarios del sistema capitalista, de ahí su idea de que «todo se consuma bajo esa sensación de ternura que produce el dinero». La solución, de acuerdo con su visión marxista, no sería aplicar una reforma judicial, ni formar a ciudadanos más honestos, sino realizar una revolución de tipo comunista.

Como efecto del sistema capitalista también existe el problema de la alienación y la despersonalización, de ahí sus versos en los que afirma que «dentro se está como en espera de alguien que no existe».

Los alegatos de los abogados son solo trucos de «encantadores de serpientes», es decir, de personas que hacen uso de las palabras para manipular al prójimo con fines que no son altruistas.

«Temibles abogados perfeccionan el día y su azul dentellada». El color azul tiene un significado ominoso en la poesía de Sosa. En versos que se encuentran en otro de sus libros de poesía social, Un mundo para todos dividido, sentencia: «El cielo aterroriza con sus cuencas vacías». «La guerra fría tiende su mano azul y mata». El cielo azul es indiferente ante el sufrimiento humano de los pobres. Dios no existe y la religión es un opio del pueblo. El templo de la casa de la justicia es el templo de un dios que no existe, de un dios que representa a un sistema falso y opresor.

A los jueces, como representantes de un sistema inhumano, se les presenta con caracteres sombríos: «Jueces sombríos hablan de pureza con palabras que han adquirido el brillo de un arma blanca». Las abstracciones del lenguaje legal pretenden ocultar la violencia estructural del sistema capitalista.

Ya en 1968, año de la invasión soviética a Checoslovaquia y del mayo francés, se podía apreciar que el marxismo soviético había fallado en su promesa de construir un paraíso en la tierra, es por eso que la poesía social ya se percibía como algo anacrónico; pero a los que se aferraban al comunismo como a un dogma y tabla de salvación les costó mucho tiempo asimilar la realidad de ese fracaso: años, décadas. La poesía socialista de Sosa es un ejemplo de esa lamentable ceguera.

Fuera de lugares comunes ideológicos, el problema de la corrupción de la justicia es algo ya conocido en la literatura y la cultura popular. Hay un dicho muy conocido en Honduras, que asegura que en este país: «La justicia es como las serpientes, sólo muerde a los pies descalzos». También se dice que Honduras es «un país en el que el plomo flota y el corcho se hunde». Lo que daría a entender que el problema de la corrupción es mayor que el que se da en otros países.

Un poema muy conocido por los hondureños, «Verdades Amargas», pone el dedo en la llaga en lo que respecta a la perversa influencia del dinero en la justicia:

La sociedad que adora su desdoro
persigue con saña al criminal,
mas si el puñal del asesino es de oro,
enmudece y el juez besa el puñal.

Una visión alternativa del problema de la corrupción de la justicia nos muestra que es un problema existencial del ser humano.

El problema de la alienación en el sistema judicial es un problema propio de todo sistema burocrático, y eso es algo que no cambiaría en un estado socialista.

«Estado se llama al más frío de todos los monstruos fríos. Es frío incluso cuando miente; y ésta es la mentira que se desliza de su boca: Yo, el Estado, soy el pueblo».
— Nietzsche

«¿Justicia? — Obtienes justicia en el mundo venidero. En este tienes la ley».
― William Gaddis, A Frolic of His Own

«Lo siento mucho por ustedes, pero es un mundo injusto, y la virtud triunfa solo en las representaciones teatrales».
― W.S. Gilbert, The Mikado

«Las leyes injustas son la telaraña a través de la cual pasan las moscas grandes y las más pequeñas quedan atrapadas».
— Honoré de Balzac

«Las leyes son siempre útiles a los que tienen y molestas para los que no tienen nada».
― Rousseau

«Es injusto ser justo, porque la vida es injusta».
― Farley Maglaya

Efemérides del mes de Julio en Honduras

Julio 1°, 1823 Las provincias que formaban el Antiguo Reino de Guatemala se declaran libres e independientes de España, de México y de cualquier otro país extranjero, así del antiguo como del nuevo mundo.
Julio 1°, 1950 Inicia sus operaciones el Banco Central de Honduras.
Julio 1°, 1950 Inicia sus operaciones el Banco de Fomento.
Julio 1°, 1985 Desaparece el Centro Regional de Entrenamiento Militar (CREM) y se forma el Décimo Quinto Batallón de Infantería, al mando del Teniente Coronel Ángel Ricardo Luque Portill.
Julio 4, 1983 Creación del departamento de Cortés.
Julio 4, 2009 La OEA suspende injustamente a Honduras de su derecho a participar en ese organismo interamericano luego de la sucesión constitucional del 28 de junio.
Julio 6, 1828 Morazán triunfa en Gualcho sobre las fuerzas comandadas por Vincente Domínguez.
Julio 11, 1893 Creación del departamento de Valle.
Julio 14, 1848 Nace en Tegucigalpa el Dr. Ramón Rosa.
Julio 14, 1969 Día de la alevosa agresión de El Salvador contra Honduras.
Julio 20, 1536 Fundación de la ciudad de Gracias por el Capitán Juan de Chávez
Julio 30, 1502 Cristóbal Colón, en su cuarto viaje, descubre la isla de Guanaja que él llamó “Isla de Pinos”.