El tema de las ciudades modelo es uno de los temas más candentes del momento en Honduras. Veamos algunas de las objeciones más comunes, y mis respuestas a las mismas:
“Charter City” significa “ciudad concesionada”, esto significa que la ciudad se dará en concesión a un gobierno extranjero.
Falso. La palabra charter se refiere al estatuto fundacional de la ciudad, similar a lo que se sería la escritura de constitución de una empresa.
Con las ciudades modelos se está entregando la soberanía de Honduras. Se está vendiendo al país.
No se está entregando la soberanía. En ninguna parte del dictamen actualmente discusión en el Congreso está implicada tal cosa. Lo que se está proponiendo son regiones especiales de desarrollo con una administración autónoma, con sus propias leyes, pero siempre dependiendo del Estado de Honduras. El territorio en el que se cree la ciudad modelo seguirá siendo hondureño, aunque se regirá bajo diferentes reglas, las cuales serán aprobadas por el Congreso Nacional.
Lo que el economista Paul Romer propone es entregar el territorio nacional a una potencia extranjera.
Como Romer habla mucho de el ejemplo de Hong Kong, que primero estuvo bajo dominio inglés, algunas personas han interpretado que lo que Romer propone es una especia de neocolonialismo. Esto es falso. Es cierto que él tiene una propuesta de que uno o varios estados sean garantes de que se cumpla los términos acordados sobre la ciudad modelo, pero esto no implica la venta de soberanía. Un garante extranjero no es necesario en el modelo de Romer. Lo básico para él es que haya buenas reglas que permitan la afluencia de la inversión.
Las ciudades modelo implican crear un estado dentro de otro estado. Esto es algo inaceptable. Esto es falso, porque la región especial estará regida por una autoridad nombrada por el gobierno central.
¿Porque no creamos un país modelo en vez de una ciudad modelo?
Por que es más fácil empezar de cero en nuevo territorio que tratar de cambiar el orden ya existente. Los cambios radicales producen una fuerte resistencia en contra, tanto de los intereses creados como de los reclamos populares. Resulta mucho más fácil y rápido crear una región especial en la que podremos experimentar un nuevo modelo que cambiar el que ya existe.
Las ciudades modelo no existen en ningún país del mundo.
La ciudad china de Shenzhen puede verse como un ejemplo exitoso de la ciudad modelo propuesta por Romer, y un modelo aproximado de lo que se piensa aplicar en Honduras. China decidió experimentar con las regiones especiales de desarrollo, con reglas diferentes al resto del territorio, obteniendo un éxito rotundo.
Otros proyectos de desarrollo que se intentaron en Honduras fracasaron. Lo más seguro es que este también fracasará. En Honduras ningún proyecto de desarrollo funciona.
Hay que valorar a cada proyecto según sus propios méritos. Si hacemos las cosas bien obtendremos resultados satisfactorios. Los hondureños no están por debajo de los demás seres humanos. Si queremos impulsar el desarrollo de Honduras lo podremos hacer tomando las medidas adecuadas.
La ciudades modelo van contra la ley y la Constitución.
Por eso se busca reformar las leyes, para que las regiones especiales sean legales.
No debemos modificar la constitución para hacer la ciudad modelo, porque por intentar cambiar la constitución derrocaron a Manuel Zelaya.
No es ilegal cambiar la Constitución si para ello se siguen los pasos que la constitución misma establece.
Con su propuesta de las ciudades modelo el presidente Lobo nos está diciendo que Honduras es un Estado fallido. Eso es algo inaceptable.
Un Estado fallido se da cuando no hay un gobierno que funcione. En Honduras sí funciona el gobierno, hay un Estado constituido por tres poderes.
No confío en el presidente Lobo ni en el Partido Nacional.
Este es un proyecto de Estado, para el beneficio de Honduras, no para el beneficio de un mandatario ni de un partido político. La confianza en el proyecto estará respaldada por su marco legal, no por la voluntad de individuos particulares.
Hay muchas preguntas sin respuesta. ¿Quienes financiarán la ciudad modelo? ¿Qué dimensiones tendrá? ¿Cual será su sistema de gobierno? ¿Qué se producirá allí? ¿Cuanto tardará su construcción? etc. Mientras estas preguntas no sean contestadas detalladamente la propuesta de la ciudad modelo no es más que un timo a los ciudadanos por parte del gobierno.
Los detalles se pueden ir resolviendo en el camino. Lo importante ahora es ofrecer un marco legal para que los inversionistas tengan incentivos para invertir.
La ciudad modelo será un fortín de oro rodeado de cinturones de miseria.
De la ciudad modelo saldrán fuentes de empleo que actualmente no existen, por lo que se reducirá la miseria.
La ciudad modelo será financiada por narcotraficantes, que la usarán como base de sus operaciones, sin que la ley los alcance.
Esto no sucederá, por que el gobierno, que mantiene su soberanía sobre la ciudad modelo, no lo permitiría.
No podemos permitir que Paul Romer nos use de conejillos de india para su experimento social.
La ciudad modelo no se hace para complacer a Paul Romer, sino para beneficiar a los hondureños.
La ciudad modelo será un lugar en el que dominará el capitalismo salvaje.
A nadie se le obligará a residir en la ciudad modelo contra su voluntad. Si a usted no le gusta el ‘capitalismo salvaje’ siempre tendrá la opción de ir a otra parte, pero no intente impedir que otros compatriotas tengan más opciones de donde elegir.
Las ciudades modelo serán un refugio para que los golpistas escapen de sus crímenes.
La ciudad modelo no brindará inmunidad contra ningún tipo de delitos, por que no es un estado indepediente.
Las ciudades modelo servirán para evadir impuestos.
En las ciudades modelo se cobrarán impuestos, y se pagarán impuestos al gobierno central.
Las ciudades modelo implican la venta de territorio hondureño a extranjeros, lo cual es prohibido por el artículo 107 de la constitución.
Lo que prohibe el artículo 107 es la venta de territorio a extranjeros dentro de la franja costera. Una ciudad modelo no necesariamente tiene que construirse en una zona costera, y aunque lo fuera, es posible salvar este obstáculo alquilando la tierra en vez de venderla.
La ley de la ciudad modelo se está aprobando muy rápido. Hay que darle más tiempo de reflexión al asunto. Tanta prisa despierta sospechas.
La prisa está justificada, porque si no se aprueba la ley en esta legislatura tendremos que esperar un año más para hacerlo, porque se trata de una reforma constitucional, y no es correcto hacer esperar al desarrollo de Honduras. Es preciso tener el marco legal ya, los detalles se pueden discutir después. La idea central de las ciudades modelos es bien sencilla y no se necesita pensarlo mucho.
Las ciudades modelos solo funcionan en regímenes comunistas, que usan mano de obra forzada.
Nadie será obligado a trabajar en una ciudad modelo.
Pepe Lobo está loco.
Pepe Lobo no se ha inventado esta propuesta, hay muchas personas cuerdas que la apoyamos.
No se puede atraer la inversión en Honduras mientras esté en el poder un régimen militar producto de un golpe de Estado.
En un Honduras no existe un régimen militar, sino un gobierno civil, con la clásica separación en tres poderes.