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Bajo el Almendro, Junto al Volcán (resumen del libro)

En este libro sobre la guerra de 1969 entre Honduras y El Salvador, Julio Escoto nos presenta su perspectiva del conflicto a través de la historia sobre el Capitán Centella, quien es el protagonista del relato.

“Capitán Centella” es el nombre de guerra que adoptó Nicanor Mejía, el alcalde de un municipio no identificado del departamento de Santa Bárbara. Mejía también es un agricultor dedicado al cultivo de naranjas.

Ante la amenaza salvadoreña, el Capitán Centella, con más entusiasmo que acierto, decide entrenar por su propia cuenta a un grupo de humildes campesinos para defender sus dominios, obteniendo cómicos resultados.

Para remediar su ignorancia sobre los asuntos militares, el Capitán se desvela por las noches leyendo literatura militar, sin comprender mucho los textos, los cuales están llenos de palabras complicadas y tecnicismos. Pero él se motiva por la profunda admiración que siente por el quehacer militar.

El campesino Guillermo, quien no vuelve a aparecer en la historia, resulta ser el medio que utiliza Julio Escoto para expresar su opinión sobre la guerra. En su discurso Guillermo interpreta que la guerra entre El Salvador y Honduras se debe a la expulsión de miles de campesinos salvadoreños del territorio hondureño. La guerra fue el medio que la oligarquía salvadoreña utilizaba para para evitar que estallara un conflicto interno.

Pero, más que en denunciar a la oligarquía salvadoreña, Julio Escoto está interesado aquí en desprestigiar a la profesión militar. Por boca de Guillermo afirma que “los ejércitos han sido creados para defender a los poderosos y a los terratenientes y no al pueblo”. En referencia al ejército de Honduras dice: “siempre fracasaban en las guerras contra otros ejércitos, pero triunfaban cuando se trataba de apalear estudiantes y amarrar campesinos”.

Con toda su admiración por los militares, el Capitán Centella se desilusionó de ellos cuando un grupo de soldados hondureños acampó en la plaza central, la que había sido “su orgullo de alcalde”, ya que las obras que realizó en ella le dieron un prestigio que permitió su reelección.

Cuando miró los destrozos que los soldados le hicieron a su amado parque el Capitán Centella montó en cólera y confrontó al Mayor Gavilán, quien hablando a nombre de las Fuerzas Armadas de Honduras expresó un discurso lleno de cinismo contra la democracia. El Mayor Gavilán culminó su exposición con esta frase memorable: “En este país, alcalde, se puede vivir con medio cerebro”. A lo que el Capitán Centella respondió: “es cierto, pero nunca lo va a poder gobernar mientras otros lo tengamos completo”.

De particular interés es el episodio del encuentro de los seguidores del Capitán Centella con un grupo de cirqueros, por lo extraño e inesperado del evento. Este evento no resulta ser más que una forma pintoresca de ilustrar el concepto limitado de una democracia puramente electorera, del show mediático que montan siempre los políticos hondureños, según se desprende del último discurso del Capitán Centella.

Bajo el Almendro, Junto al Volcán fue la inspiración para una obra teatral del mismo nombre.

Este libro está disponible para comprar en Amazon, pero las existencias son limitadas (menos de cinco ejemplares).

Ética para jóvenes de Longino Becerra (Resumen)

El libro “Ética para Jóvenes” de Longino Becerra pretende ser un manual práctico de orientación ética; no es un libro académico sobre diferentes teorías filosóficas sobre la ética, tampoco es un libro religioso.

Y esto último puede sorprender a más de alguno, ya que en nuestra sociedad es muy común identificar los valores éticos con los valores religiosos, de tal manera que muchos piensan que el que no tiene religión no tiene ética.

Pero Longino Becerra no necesita echar mano de la religión para hablar de ética, de hecho, él expresa en este libro su creencia de que no hay vida después de la muerte, y que con más razón la vida humana es un valor supremo.

Tampoco se dedica Longino Becerra en este libro a atacar la religión –como lo hacen muchos ateos fanáticos– aunque él defiende su ética secular como superior a la ética cristiana, ya que en su opinión, esta última se basa en el temor y obediencia ciega a una autoridad exterior: Dios, y no a la interiorización de una recta conciencia ética, en la que la autoridad moral está dentro de sí y no fuera de sí.

Según Becerra, un cristiano diría: “no actúo de esta manera porque me castiga Dios”, cuando lo correcto es decir: “no hago esto o aquello porque mi conciencia me dice que no lo haga”.

A pesar de su secularismo, Becerra rechaza el relativismo ético, y sostiene la tesis de una ética objetiva para todos los tiempos, ya que en su opinión, los valores éticos fundamentales no cambian, lo único que cambia es su aplicación.

Citando extensamente al sociólogo Alvin Toefler con el fin de analizar la crisis de valores actual, Becerra divide la historia de la humanidad en cuatro períodos básicos: 1) Período de la caza y recolección, 2) Período de la Revolución Agrícola, 3) Período de la Revolución Industrial, y 4) Período de la Revolución Informática.

La primera crisis de valores que analiza Becerra es el paso del período agrícola al período industrial, en el que se pasa de la familia extendida a la familia nuclear; y la segunda crisis de valores cuando pasamos de la Revolución Industrial a la Revolución Informática, en la cual nos encontramos ahora. En este lapso de tiempo la vida se ha ido acelerando, al par que los valores tradicionales se han ido erosionando.

A pesar de estos cambios, Becerra considera que la familia es un valor fundamental que nunca cambia, porque está anclado en la misma naturaleza humana.

Becerra rechaza la visión católica del sexo como algo pecaminoso promulgada por San Agustín, pero también rechaza considerar el sexo como la satisfacción de una necesidad puramente biológica. “No hay que satanizar al sexo, pero tampoco hay que animalizarlo”, nos dice. Hay que rechazar la promiscuidad y optar por hacer del sexo una expresión del amor.

Longino Becerra cree que el amor de pareja es un valor fundamental. El amor tiene un fundamento firme en las afinidades que existan en los miembros de la pareja. La meta de todo joven sano debería ser casarse y tener hijos, aunque no sin antes tener los recursos necesarios para sostener una familia, aunque no sea con holgura de medios.

Rechazando ciertas tendencias modernas, Becerra rechaza la homosexualidad, la pederastia, el sadomasoquismo, el travestismo, etc., como desviaciones sexuales, y nos advierte: “El que padece desviaciones sexuales, cualesquiera que éstas sean, es, a no dudarlo, un candidato no solo para la infelicidad, sino también para la tragedia. Recuerda esto siempre”. También rechaza las relaciones sexuales con prostitutas como algo opuesto a la ética.

Para Becerra, la manera más efectiva de formar una sólida conciencia ética es primero formar una conciencia social, es decir, interiorizar los valores de la sociedad en que vivimos, haciendo nuestro todo aquello que es bueno para el grupo social al que pertenecemos.

Cada joven debe tener un proyecto de vida, y buscar un equilibrio entre el ser y el tener. Debe buscar preparse, buscar una fuente de ingresos con la que ayudar a sus padres y formar su propia familia.

Hay que rechazar la holgazanería y aprovechar bien el tiempo preparándose aacadémicamente, trabajando en algo útil o formándose éticamente. En el ámbito del trabajo hay que mantener la disciplina laboral y buscar la excelencia en todo lo que hacemos, cumpliendo sin reservas las obligaciones que nos impone el trabajo.

Debemos escoger a nuestras amistades, que sean personas con valores, y evitar a aquellas que dan un mal ejemplo. Debemos escoger a nuestra pareja, una persona con la que tengamos afinidades y a la que amemos. Cultivar una buena reputación, un buen nombre. Honrar a los padres, honrar a la patria, proteger nuestro entorno, formar una conciencia ecológica, luchar por el bien común.

Becerra rechaza la idea de que el patriotismo es un valor obsoleto. Siguiendo a Heinz Dieterich, Becerra cree que existe un “protogobierno formado por el G-8 que busca una globalización manipulada con el fin de potenciar los monopolios globales que se han constituido en dichas naciones”.

En contraste con la globalización que promueve el protogobierno, la planetización es un fenómeno natural inevitable, pero aun en este último caso, las diferencias regionales constituyen las unidades de construcción básicas que hacen posible la estabilidad de una sociedad planetizada, por lo que el patriotismo jamás será un valor obsoleto.

Visitación Padilla (poema)

Visitación Padilla

Por: Carlos Manuel Arita

Era ella una mujer extraordinaria,
tenía el fuego vivo en la mirada,
su alma era como una barricada
y su númen llameante luminaria.

Fue nuestra abanderada legendaria
siempre que hubo una cívica jornada
y su verbo fulgente era una espada
y su prosa gallarda y visionaria.

Su vida fue como una hermosa ofrenda
con mucho de ilusión y de leyenda
y de ensueños, de glorias y de ideales;

y al conquistar los reinos de lo arcano
llevaba floreciendole en la mano
un manojo de rosas inmortales.

Tomado del libro Laureles Patrios, de Carlos Manuel Arita.

Las Pastorelas del Padre José Trinidad Reyes

Por: Rómulo E. Durón

Nueve Pastorelas escribió el Padre Reyes:

Noemí; que todas las personas de su tiempo, que le sobreviven, reconocen por la más antigua.

Micol; que según la copia de fecha más remota, que obra en mi poder, fue escrita el 15 de diciembre de 1838. Esta fue dedicada a las señoritas Rafaela y Juana Rovelo, y se estrenó, a lo que recuerdan algunas personas, en 1841, aunque es de presumir que se haya estrenado antes, dada la fecha de su composición.

Neftalia, la que compuso para las señoritas María Antonia e Isidora Reyes, la segunda de las cuales fue escogida para el papel de Séfora.

Zelfa, dedicada a las señoritas Manuela Vega (después de Ugarte); Juana Vásquez (después, de Bonilla); y Maclovia Bonilla (después de Dávila).

Rubenia, dedicada a las mismas personas a quien dedicó Zelfa. En varias representaciones se ha suprimido el acto primero, o sea, las Posadas de José y María, que han creído algunos obra independiente; pero la intervención de estos personajes en el último acto, que también han acostumbrado suprimir, quita toda duda de que las Posadas forman parte de Rubenia. Por lo demás así consta en el manuscrito más antiguo que poseo.

Elisa, que compuso para las señoritas Juana y Jerónima Godoy, se estrenó el 2 de febrero de 1851, día de Candelaria. La señorita Teodora González (despues, de Vigil) y don Juan Ramón Jereda, primeros que la estrenaron, sacaron copia de ella por saberla de memoria: el original quedó en poder de la familia Godoy, y se perdió.

Albano, que dedicó a la señorita Raimunda Milla (después, de Moncada). Refiérese que se iba a estrenar en 1851, pero que se quedó ensayada y no se representó por haberse anunciado que apedrearían a los pastores por las alusiones a ciertos personajes políticos. Otros afirman que, no obstante la amenaza, se dio la representación.

Olimpia, la cual dedicó a la señorita Trinidad Borjas, y se estrenó en 1855. Al representarse por segunda vez, se perdió el original.

Y finalmente Floro, o sea la Pastorela del Diablo, la cual casi no parece del Padre Reyes, tan defectuosa es la copia que de ella se conserva. De ésta, don Miguel R. Ugarte me ha informado que se imprimió en vida del Padre Reyes: ¿se habrá salvado algún ejemplar impreso? ¡Dios lo quiera!

Tomado del libro José Trinidad Reyes: Rubenia, Olimpia. Biblioteca Básica de Cultura Hondureña.