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La Casa de la Justicia

Por: Roberto Sosa

Entré
en la Casa de la Justicia
de mi país
y comprobé
que es un templo
de encantadores de serpientes.

Dentro
se está
como en espera
de alguien
que no existe.

Temibles
abogados
perfeccionan el día y su azul dentellada.

Jueces sombríos
hablan de pureza
con palabras
que han adquirido
el brillo
de un arma blanca. Las víctimas —en contenido espacio—
miden el terror de un solo golpe.

Y todo
se consuma
bajo esa sensación de ternura que produce el dinero.


Interpretación del poema

La Casa de la Justicia es un poema que forma parte de una colección de poesías en el libro «Los Pobres» del autor hondureño Roberto Sosa. El libro fue publicado por primera vez en Madrid en 1968, recibiendo el premio Adonais de poesía. El tipo de poesía de este libro se conoce como poesía social en España, que era un género de poesía de denuncia social con trasfondo político de izquierda. Más que poesía social se le puede considerar «poesía socialista»: el arte poético al servicio de una ideología marxista. Para 1968 este tipo de poesía ideológica ya se consideraba fuera de moda en España, por lo que causó cierto desconcierto la adjudicación de este premio a este libro. Quizá se pensó que el autor hondureño merecía cierta deferencia por el solo hecho de ser de origen tercermundista y estar comprometido con la línea de izquierda.

Sin tener un carnet que lo acreditara como miembro de un partido comunista, Roberto Sosa deja poco lugar a la especulación sobre la influencia política ideológica de sus obras. Las que son referencias veladas en sus primeras obras como Los Pobres y un Mundo para todos dividido se vuelven acusaciones directas en su obra panfletaria Secreto Militar, en la que se deshumaniza sin pudor y se insulta sin delicadeza a los caudillos y autócratas latinoamericanos que surgieron de la reacción anti-comunista contra el bolchevismo soviético, pero en la que se aprecia un silencio ensordecedor ante los crímenes de los regímenes totalitarios de inspiración marxista. La indignación —es fácil verlo— es selectiva.

En su obra poética, Roberto Sosa ve a la sociedad hondureña como una sociedad corrupta y corrompida por el capitalismo, lo que se refleja en la descripción de los paisajes y personajes que pertenecen a la élite social. Los parajes y vistas urbanas dan testimonio de esa corrupción, inspirando un sentimiento de desolación y tristeza, mientras que los personajes ricos y poderosos reflejan la deshumanización del sistema. Los pobres y marginados, en cambio, reflejan la esperanza de un mundo nuevo más justo y humanizado.

Es dentro de ese marco ideológico que Roberto Sosa inserta su poema sobre su visita a «la casa de la justicia de mi país». El sistema judicial estaría viciado por causa de los perversos incentivos monetarios del sistema capitalista, de ahí su idea de que «todo se consuma bajo esa sensación de ternura que produce el dinero». La solución, de acuerdo con su visión marxista, no sería aplicar una reforma judicial, ni formar a ciudadanos más honestos, sino realizar una revolución de tipo comunista.

Como efecto del sistema capitalista también existe el problema de la alienación y la despersonalización, de ahí sus versos en los que afirma que «dentro se está como en espera de alguien que no existe».

Los alegatos de los abogados son solo trucos de «encantadores de serpientes», es decir, de personas que hacen uso de las palabras para manipular al prójimo con fines que no son altruistas.

«Temibles abogados perfeccionan el día y su azul dentellada». El color azul tiene un significado ominoso en la poesía de Sosa. En versos que se encuentran en otro de sus libros de poesía social, Un mundo para todos dividido, sentencia: «El cielo aterroriza con sus cuencas vacías». «La guerra fría tiende su mano azul y mata». El cielo azul es indiferente ante el sufrimiento humano de los pobres. Dios no existe y la religión es un opio del pueblo. El templo de la casa de la justicia es el templo de un dios que no existe, de un dios que representa a un sistema falso y opresor.

A los jueces, como representantes de un sistema inhumano, se les presenta con caracteres sombríos: «Jueces sombríos hablan de pureza con palabras que han adquirido el brillo de un arma blanca». Las abstracciones del lenguaje legal pretenden ocultar la violencia estructural del sistema capitalista.

Ya en 1968, año de la invasión soviética a Checoslovaquia y del mayo francés, se podía apreciar que el marxismo soviético había fallado en su promesa de construir un paraíso en la tierra, es por eso que la poesía social ya se percibía como algo anacrónico; pero a los que se aferraban al comunismo como a un dogma y tabla de salvación les costó mucho tiempo asimilar la realidad de ese fracaso: años, décadas. La poesía socialista de Sosa es un ejemplo de esa lamentable ceguera.

Fuera de lugares comunes ideológicos, el problema de la corrupción de la justicia es algo ya conocido en la literatura y la cultura popular. Hay un dicho muy conocido en Honduras, que asegura que en este país: «La justicia es como las serpientes, sólo muerde a los pies descalzos». También se dice que Honduras es «un país en el que el plomo flota y el corcho se hunde». Lo que daría a entender que el problema de la corrupción es mayor que el que se da en otros países.

Un poema muy conocido por los hondureños, «Verdades Amargas», pone el dedo en la llaga en lo que respecta a la perversa influencia del dinero en la justicia:

La sociedad que adora su desdoro
persigue con saña al criminal,
mas si el puñal del asesino es de oro,
enmudece y el juez besa el puñal.

Una visión alternativa del problema de la corrupción de la justicia nos muestra que es un problema existencial del ser humano.

El problema de la alienación en el sistema judicial es un problema propio de todo sistema burocrático, y eso es algo que no cambiaría en un estado socialista.

«Estado se llama al más frío de todos los monstruos fríos. Es frío incluso cuando miente; y ésta es la mentira que se desliza de su boca: Yo, el Estado, soy el pueblo».
— Nietzsche

«¿Justicia? — Obtienes justicia en el mundo venidero. En este tienes la ley».
― William Gaddis, A Frolic of His Own

«Lo siento mucho por ustedes, pero es un mundo injusto, y la virtud triunfa solo en las representaciones teatrales».
― W.S. Gilbert, The Mikado

«Las leyes injustas son la telaraña a través de la cual pasan las moscas grandes y las más pequeñas quedan atrapadas».
— Honoré de Balzac

«Las leyes son siempre útiles a los que tienen y molestas para los que no tienen nada».
― Rousseau

«Es injusto ser justo, porque la vida es injusta».
― Farley Maglaya

Al General Cabañas

José Trinidad Cabañas

Por: Rafael Heliodoro Valle

Su vida fué como la luz del día;
todos dicen que a nadie le hizo mal;
y en su honor todo el mundo repetía:
«¡Qué manos tan puras las del General!»

Tal como el bronce, así era de trigueño;
y por honrado, tal como la miel.
¡Dicen que de estatura era pequeño,
pero un gigante sobre su corcel!

En su talón sintió la espina ingrata
y en sus sienes el lirio del decoro.
¡Y su barba de plata
y la espada de oro!

Merece el mármol porque no mentía
y así tan buenos pocos pueden ser;
¡Tuvo su ancianidad, la lejanía
de una montaña en el atardecer!

Ahora Honduras su retorno espera;
nos hace falta el sol de su Ideal:
¡En lo blanco y lo azul nuestra bandera
se parecía mucho al General!

Tomado del Libro de Lectura de Quinto Grado de Miguel Navarro. 1945.

Decreto del Día del Idioma Español en Honduras

Decreto N° 79 del Congreso Nacional

Artículo N° 150

Ley Orgánica de Educación

Con el objetivo de velar por la conservación, pureza y enriquecimiento de la Lengua Oficial de la República, se establece el 23 de Abril, como Día del Idioma Español. Con tal motivo la Secretaría de Educación Pública organizará anualmente concursos de lenguaje y literatura escolares y extra-escolares cuyos premios se otorgarán en la fecha indicada.

Tomado de la «Antología de las Fiestas Escolares Hondureñas», de la Profa. Alma Nubio Briceño de Zúniga, y el Prof. Hernán Zúniga Reyes. (Colección Artística).

Día del idioma español

El día del idioma Español se celebra el 23 de abril en honor al escritor Miguel de Cervantes de Saavedra. El escritor murió un 23 de abril de 1616, y en base a esa efemérides y en honor a él se conmemora el día de la lengua española.

Miguel de Cervantes es muy conocido en el mundo entero por su obra El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, con la que puso el alto la lengua castellana por todo el mundo.

Esta efemérides se comenzó a celebrar en Valencia, España, para luego difundirse por todo España y después por otros países de habla hispana. En Honduras se establece la celebración del día del idioma con un artículo de la constitución de 1965 (ver arriba). En el año 2010 Naciones Unidas aprobó la celebración mundial del idioma español en esa misma fecha, el 23 de abril.

El idioma oficial de Honduras de Honduras es el español producto de la herencia hispana que nos dejó el imperio español en el continente americano. Honduras fue durante siglos parte del territorio de España, como provincia de la Capitanía General de Guatemala.

El español es idioma oficial de 20 países del mundo: 18 en América, uno en Europa (España) y uno en África (Guinea Ecuatorial).

El idioma español, conocido también como castellano, mantiene su unidad en todo el mundo gracias a la Real Academia Española (RAE).

Himno al idioma español

Por: Francisco A. Medina

¡Oh qué bello es hablar nuestro idioma!
nuestra lengua que ya es oficial
respetemos sus reglas y normas
que nos da la Academia Real.

Su matriz de raíz castellana
nuestra patria de España heredó
como un rayo de luz catalana
hasta nuestras fronteras llegó.

Nuestro idioma es la lengua materna
que Miguel de Cervantes habló
con su musa y el sol de Minerva
en La Mancha el Quijote escribió.

¡O qué bello es hablar nuestro idioma
con guapeza y arte señorial
respetemos sus reglas y normas
que nos da la Academia Real.

A la lengua castellana

Por: Francisco A. Medina

Demos gracias a la Patria castellana
por su idioma nuestra lengua nacional,
que campea en esta tierra americana
cual antorcha inmaculada sideral.

Ella es lumbre del que aflora sus ideas
con palabras en acento provincial
aplaudiendo los valores y las teas
con las reglas de su voz gramatical.

Don Miguel de Cervantes de Saavedra

Por: Francisco A. Medina

Nació en Alcalá de Henares (Madrid) el 29 de septiembre de 1547. Perteneció a la armada española y el 7 de octubre de 1571 participó en la batalla de Lepanto, dónde resultó herido y perdió el movimiento del brazo izquierdo, de ahí se le conoció con el sobrenombre de Manco de Lepanto. Entre sus numerosas obras figuran: La Galatea (1585), la primera parte de El Quijote de la Mancha (1605), Novelas Ejemplares (1613), el Viaje del Parnaso (1614), Ocho comedias y Ocho entremeses (1615), la segunda parte de El Quijote (1615), Persiles y Segismunda (1617), publicación póstuma. Don Miguel de Cervantes de Saavedra falleció en Madrid el 22 de abril de 1616, siendo enterrado el día siguiente. Su obra cumbre, el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, es traducida en más de 50 idiomas y es después de la Biblia la obra más leída en el mundo.

Canción de la Espera Infinita

Imagen por @flipped out

Por: Jorge Federico Travieso

Pesa a veces la vida y el hombre desespera.
Pesa el pesar y pesa la dicha que no fue;
la esperanza musita: espera, espera, espera,
y el corazón cansado responde: ¿para qué?

¡Cuando yo sea grande! oh, frase verde y fresca
que florece en los labios cuando principia abril,
¡cuando yo sea grande! espera, espera, espera,
y la niñez se prende perdida al porvenir.

¡Cuando tenga dinero! ¡Cuando ella me sonría!
¡Cuando lleguen las glorias por caminos de ayer!
¡Cuando tenga el secreto de la muerte y la vida!
¡Cuando Dios me visite tras un atardecer!

Y las cosas que llegan ya no tienen aroma,
el corazón cansado pregunta: ¿para qué?
Espera, espera, espera, la esperanza pregona
y otra vez nos ponemos a esperar y a creer.

Pero un día se hiela la canción en la boca,
la esperanza no tiene ni aguijón ni poder,
el amor está lejos, como estrella en derrota,
y Dios está lejano como sol por nacer.

Erguido ante el poniente el corazón enreda
su pregunta de siempre, ¿para qué?, ¿para qué?
Y musita la muerte: espera, espera, espera,
¡y otra vez nos ponemos a esperar y a creer!

Tomado del libro “100 Poesías Famosas del Mundo y de Honduras”. Primera edición. Graficentro Editores.


Citas relacionadas

«La vida humana debe ser algún tipo de error. La verdad de esto será lo suficientemente obvia si tan solo recordamos que el hombre es un complejo de necesidades difíciles de satisfacer; y que incluso cuando están satisfechas, todo lo que obtiene es un estado indoloro, donde no queda nada más que abandonarse al aburrimiento. Esta es una prueba directa de que la existencia no tiene valor real en sí misma; ¿Porque qué es el aburrimiento sino el sentimiento de la vacuidad de la vida? Si la vida —el deseo por la cual es la esencia misma de nuestro ser— tuviera algún valor intrínseco positivo, no habría tal cosa como aburrimiento en absoluto: la mera existencia nos satisfaría en sí misma, y no deberíamos necesitar nada».
— Arthur Schopenhauer

«Alcanzar algo deseado es descubrir lo vano que es; y … aunque vivimos toda nuestra vida con la expectativa de mejores cosas, a menudo al mismo tiempo nos lamentamos por lo pasado. El presente, por otro lado, se considera algo bastante temporal y sirve solo como el camino hacia nuestra meta. Es por eso que la mayoría de los hombres descubren cuando miran hacia atrás en su vida que han vivido todo el tiempo de manera interina, y se sorprenden al ver que lo que dejaron pasar tan despreocupadamente e indiferentemente era precisamente su vida, era precisamente la expectativa en la que ellos vivieron.»
– Arthur Schopenhauer

«Cierto es que el trabajo, la preocupación, el afán y los problemas forman parte de la suerte que les toca a casi todos los hombres durante toda su vida. Pero si todos los deseos se cumplieran tan pronto como surgieran, ¿En qué ocuparían los hombres sus vidas? ¿Qué harían con su tiempo? Si el mundo fuera un paraíso de lujo y comodidad, una tierra en la que fluye leche y miel, donde todos los Jack obtuvieran a su Jill a la vez y sin ninguna dificultad, los hombres morirían de aburrimiento o se ahorcarían; o habría guerras, masacres y asesinatos; para que, al final, la humanidad se infligiera más sufrimiento que el que ahora tiene que aceptar a manos de la Naturaleza.
— Arthur Schopenhauer

«La vida es lo que sucede mientras estás ocupado haciendo otros planes.
— John Lennon

«Nuestra situación no es muy diferente de la de un burro que tiene una zanahoria colgada justo delante de sus ojos; nuestra zanahoria se llama felicidad; persiguiéndola, corremos como tontos en busca de algo que nunca alcanzaremos. Tenemos la impresión de que nacemos para ser felices porque estamos visceralmente atrapados en la lógica interna de nuestra naturaleza biológica; la condición de ser vivo nos impone como referenciales supremos el placer y el sufrimiento. Sin embargo, el placer es sólo un mecanismo psicológico para influenciar nuestro comportamiento, no una realidad a la que estamos caminando. Esto queda claro si consideramos el hecho de que, al alcanzar la satisfacción de algún deseo, tendremos sólo unos instantes de placer como recompensa y, a continuación, ya nos empiezan a molestar nuevas necesidades que nos volverán inquietos; no pasará mucho tiempo para que partamos nuevamente a la acción, en un ciclo de insatisfacción que sólo terminará con la muerte del individuo o con la adquisición de un grano de sentido común.
— André Cancian