El área Chortí, con Copán como centro cultural, fue la sede de la civilización del antiguo imperio Maya. el pueblo Chortí, encabezado por su cacique Copán Galel, presentó fuerte resistencia a la conquista española que culminó con su sometimiento.
El cacique Copán Galel fue un líder indígena rebelde del período de la conquista que los historiadores casi no mencionan y que actuó en tierras que ahora pertenecen a Guatemala y Honduras, en las zonas de Chiquimula y Copán. Copán Galel era el Cacique de Copán y cuando los españoles invadieron a Honduras inició la lucha contra ellos, solicitando el apoyo de los Señores o Caciques de Chiquimula y Esquipulas. Su ejército fue derrotado por los españoles y ya en desgracia y aconsejado de los suyos, resolvió rendir vasallaje al Rey de España. Su historia plenamente documentada se encuentra en la obra «Compendio de la Historia del Reino de Guatemala», por Domingo Juarros.
Los indígenas de habla Chortí pertenecen a los grupos Mayas meridionales y por ello están más estrechamente relacionados con los Mayas de Yucatán, Belice y parte norte de Guatemala. El grupo identificado como Choles que habita Chiapas son primos de los Chortí.
Históricamente, los Maya-Chortís de Honduras se localizaban en los departamentos de Ocotepeque, Copán y una estrecha franja del norte de los departamentos de Cortés y Santa Bárbara.
Actualmente, la mayor parte de estos indígenas están ubicados en Guatemala; Chiquimula (Jocotán, Esquipulas, Quezaltepeque, etc.) y departamento de Zacapa (La Unión); alcanzando una población de 60 mil personas.
La población Chortí del país vive en las zonas de difícil acceso como el Choncó, Colón Jubuco, San Rafael, Tapescos, Carrizalén y la Laguna en el municipio de Copán Ruinas. Su población es de unos 3,600 habitantes.
Los Chortís de Copán utilizan fundamentalmente el español como lengua de comunicación, quedando muy pocos hablantes de Chortí y los que lo hablan proceden de Guatemala.
Los límites territoriales entre Honduras y Guatemala han separado a la población Chortí de ambos países, lo que ha contribuido a la pérdida de la lengua y en general a su extinción étnica.
Su forma de vestir tradicional aún se mantiene. Su cultura musical está expresada por una serie de instrumentos como la teponagua, el cortín, el tambor, el pito, chinchín, sonaja y el cuerno. El rito más representativo es «El Baile de los Gigantes».
Su dieta alimenticia se reduce básicamente al uso del maíz y frijol. Es maíz es preparado en diferentes formas en bebidas como chilate, pozol, atole dulce y agrio (chuco), tortillas, tamal de viaje, el totoposte y bebidas embriagantes: chicha mezclada con jugo de caña o piña fermentada.
La mayoría de sus viviendas están construidas de madera y lodo conocido como bahareque, techo de paja y piso de tierra. Las casas tienen divisiones de tela o papel y algunos casos varas y zacate.
La actividad económica fundamental de los Chortís es la agricultura.
Elaboran una serie de artesanías como matates, mecapales, petates y canastos.
En el momento actual, la etnia Chortí no se encuentra unificada alrededor de una organización política que respalde sus luchas reivindicativas por la tierra y sus costumbres.
La región donde viven es montañosa y accidentada. En ningún sector de la región hay extensión de bosque virgen, debido a la densidad de la población y a la carencia de tierras no cultivadas. El bosque existente en la zona es de pino, roble, ceiba, cacao, copal, etc.
Los Chortís profesan culto y veneración a la naturaleza mediante los ritos a los dioses de la tierra y consagración a las simientes y en honor a los dioses del viento.