Archivo de la categoría: tegucigalpa

¡Ya vienen los Indios!

SAN MIGUEL ARCÁNGEL, PATRONO DE TEGUCIGALPA

Escribe: M. Antonio Rosa

El siglo diez y nueve —siglo del romance— viejo y achacoso, caminaba encorvado por una senda obscura apenas alumbrada por la luz parpadeante de unos cuantos luceros madrugadores que anunciaban el despertar del siglo XX.

La Tegucigalpa arcaica dormía plácidamente en el sube y baja de sus calles laberintosas, anidada caprichosamente en las faldas de El Picacho que sirve de valladar en tiempos huracanados, y de eficiente ventilador en los meses caniculares.

Serían como las tres de la madrugada, cuando regresaba de una fiesta a su hogar el general Florencio Xatruch, militar cuyo nombre ha recogido la historia centroamericana, como el del jefe más bravo que a la cabeza de una columna de hondureños, luchó con denuedo en Nicaragua, contra el ejército invasor del filibustero William Walker.

Al entrar Xatruch a su casa, se sorprendió al ver a su esposa sentada en la sala y bastante inquieta.

—¡Pero, mujer! ¡Qué demonios estás haciendo levantada a estas horas?

—Esperándote, Florencio, esperándote para decirte que te escondas, porque no tardan en entrar los INDIOS…

¡Ah! —expresó el general midiendo a trancos la sala y mesándose las barbas. ¿Xatruch va a esconderse de los indios? ¿Has olvidado acaso que estás casada con uno de los militares más fogueados de Honduras? Recuerda, mujer que soy de los pocos a quienes cada ascenso le cuesta una herida, y una herida recibida de frente. Bueno es que tomes nota también que en mi diccionario no figura la palabra… ¡miedo!

—Por Dios, Florencio: ¡No seas porfiado! ¡Escóndete!

—¡Deja de tonterías, mujer! Anda pronto y prepárame una taza de café bien cargado, capaz de chamuscarme la lengua; pero antes dime: ¿quién te dio esa información?

—Paula, hombre, Paula la cocinera. Anoche cuando ya habías salido, un muchacho le trajo un papelito de un tío suyo, en el cual le informaba que hoy en la madrugada entrarían los indios y que no sólo saquearían Comayagüela, sino también Tegucigalpa.

Xatruch no esperó una palabra más; urgido como estaba por averiguar por sí mismo la verdad, no perdió tiempo para cambiarse de ropa; únicamente echóse sobre los hombros su capa española de grueso paño negro, cogió su larga espada y montó rápidamente en la bestia que él mismo ensilló, dirigiéndose hacia la parte sud-oeste de la ciudad, zona por donde generalmente invadían los indios curarenes.

Su briosa yegua blanca, tan blanca como el armiño en época invernal, manoteaba en medio del chisporrotear de sus herraduras al herir el fino empedrado, con esa elegancia característica de las bestias de pura sangre…

Cabalgador y cabalgadura formaban una sola estampa fantástica, que desadormeciendo la quietud de la noche, atravesaba como un meteoro las tortuosas y mal alumbradas calles de Tegucigalpa.

Cuando al paso veloz de su yegua, Xatruch dejaba las últimas casas de Comayagüela, vio venir en la penumbra, cerca de la carretera, sobre las faldas y crestas de unas colinas cercanas, a centenares de hombres desnudos de la cintura para arriba, armados de machetes.

La luna que había permanecido oculta tras densas nubes plúmbeas, queriendo atisbar la escena, asomó un minuto nomás su cara bonachona, tiempo preciso para que los INDIOS CURARÉNES viesen en aquel jinete fantasma, la inconfundible figura de SAN MIGUEL ARCÁNGEL, quien ellos sabían que en otra ocasión había salido con igual indumentaria, a combatir victoriosamente numerosas tropas que pretendían tomar por asalto la plaza de Tegucigalpa.

El pánico cundió entre la indiada agresora, y como si se tratase de un movimiento ensayado, tiraron los machetes, se arrodillaron y bajaron la cabeza persignándose, en señal de sumisión.

La despejada inteligencia de Xatruch le permitió interpretar al instante la escena y supo aprovecharla.

Blandiendo su larga espada que los plateados rayos de la luna se encargaron de agigantar, gritóles con voz atronadora:

«INDIOS CURARÉNES! ¡Volved ahora mismo a vuestro pueblo!… ¡No tratéis de provocar nuevamente mi cólera, porque entonces sí os cortaré la cabeza!… Id, id con Dios, hijos míos, que esta vez quedáis perdonados!»

Y cuando las nubes plúmbeas volvieron a cubrir la faz del nacarado satélite, la neblina madrugadora se tragó la figura de «Xatruch, el SANTO»…

Tomado de «La Tribuna». Tegucigalpa, 4 de marzo, 1977.

¿Quién se robó la Turca?

El caso trágico de la bella Norma Zablah.

Recuerdos tristes de la Tegucigalpa de ayer.

Por: J. Augusto Irías Cálix

Transcurrían los plácidos años de las postrimerías del gobierno del Dr. y Gral. don Tiburcio Carías Andino en la ciudad de Tegucigalpa; cuando un acontecimiento vino a estremecer el ambiente social de aquellos días; y fue el desaparecimiento de una joven encantadora, de sonrisa angelical y alegre; que hacía sus estudios secundarios en el Instituto María Auxiliadora.

El impacto social y político fue por lo menos de 500 kilotones de T.N.T., y en los círculos sociales y políticos más destacados la pregunta era: ¿Quién se robó la Turca?

En cierta oportunidad nos encontrábamos reunidos en un salón del “Hotel Las Américas”, con los licenciados: Eliseo Pérez Cadalso, Hostilio Lobo Cálix, Esteban Mendoza y este servidor, cuando a alguien se le ocurrió decir:

“¿Por qué no consultamos con un fakir de la India que se encuentra hospedado en este hotel?”. Todos se rieron de la ocurrencia, y algunos dijeron: ¿por qué no?.

Así pasaron los días y el caso parecía no tener solución. Se decía que un alto personaje del gobierno la había raptado y secuestrado, y después, para hacer desaparecer las evidencias, su cadáver fue lanzado al mar desde un avión.

Antes de estos acontecimientos tuvimos la oportunidad de platicar con la deslumbrante y simpática Normita Zablah, a quién —junto a otros compañeros de estudios— la abordábamos cuando con un grupo de alumnas se dirigía a su centro de estudios, el Instituto María Auxiliadora.

Normita Zablah vivía en un establecimiento de sus padres, que estaba situado en la calle del comercio frente al Parque “La Merced”, y se llamaba Bazar Jerusalén, exactamente donde hoy se encuentra el edificio Midence-Soto.

Nadie puede conocer los sentimientos y pensamientos del ser humano, especialmente cuando se trata de una aberración por controlar y disfrutar del cariño y el amor de una bella mujer, la cual no puede ser conquistada por los medios tradicionales de atraer el cariño y el afecto cuando es correspondido por el mutuo consentimiento.

Los acontecimientos continuaron su curso, las suposiciones de los diferentes estratos sociales señalaban a un alto personaje de la administración pública, un destacado abogado, escritor y poeta. Por los medios radiales y de prensa se informó que este personaje había sido nombrado en el cargo de Cónsul General de Honduras en la Ciudad de Nueva York.

Este nombramiento suscitó muchos comentarios y suposiciones dentro de los diferentes círculos sociales y políticos de la Capital; y —cosa inesperada— de improviso la tragedia cobró otra víctima —que en este caso fue el antes mencionado abogado, escritor y poeta— quien no soportó la presión psicológica sobre su persona.

Ese trágico día, iba yo por la esquina de la Frutería “El Rábano”, cerca de la Farmacia Arles, como a las 10 de la mañana, acompañado del señor William Shoemaker —quién se desempeñaba como agente de Scotland Yard de Londres en Tegucigalpa— cuando escuchamos la fuerte detonación de un disparo de pistola automática. Cundió la alarma entre los vecinos del sector y la casa que estaba situada frente al Teatro Pálace. Todos nos dirigimos a investigar lo sucedido en la casa antes mencionada. Desgraciadamente, el hecho quedó comprobado. El señor antes mencionado, que era funcionario del gobierno, ¡se había suicidado!

Y como colofón decimos: Que el cuerpo de la turquita nunca apareció, y tampoco se pudo comprobar que en el crimen haya tenido participación directa el funcionario gubernamental que se suicidó, ya que muchas personas son supersensibles y pueden sufrir una profunda alteración psicológica.

Y los padres de la turquita se trasladaron a vivir a México, y hasta allá van nuestras sinceras condolencias, a través del tiempo y el espacio.

Y entonces, decimos nosotros: ¿Quién se robó la Turca?

Supermercados La Colonia

La Colonia Mega Boulevar SuyapaCon una larga experiencia que contar en donde sus clientes, la variedad, la economía y el mejor servicio han sido en todo momento protagonistas de esta historia. Todo comenzó en enero de 1975 cuando un grupo de empresarios con visión se unieron para construir una sociedad anónima, estableciéndose como Supermercados La Colonia S.A. de C.V., la cual abrió sus puertas en el mismo local que actualmente ocupa La Colonia Mega Bulevar Suyapa, más cariñosamente conocida como La Colonia #1.

En 1998, para satisfacer las necesidades de los habitantes del sur de la capital, La Colonia vio nacer su segunda tienda, La Colonia #2, actualmente llamada La Colonia Mega Las Torres.

Entre los años de 1995 y 2007, debido al gran prestigio, grandes ofertas, mejores precios, exitosas promociones y exigencias de los clientes, se comenzó la expansión de esta cadena de supermercados, abriéndose 10 establecimientos más, ubicados estratégicamente por toda la ciudad de Tegucigalpa y Comayagüela.

En los últimos 3 años, reiterando su compromiso con el desarrollo del país, Supermercados La Colonia ha tenido un impresionante crecimiento abriendo 5 tiendas más, con lo que ha iniciado su incursión en toda Honduras al abrir sus nuevas tiendas La Colonia Choluteca, La Colonia Comayagua y La Colonia Juticalpa.

Asimismo ha renovado todas sus tiendas, ofreciendo un ambiente más limpio, más cómodo, con nuevos sistemas de refrigeración, agrupación de productos y muchos servicios más para cada uno de sus clientes.

35 años después, La Colonia cuenta con 18 tiendas en 3 ciudades del país, y en un corto plazo se expandirá a muchas otras ciudades, con el afán de llevar toda la conveniencia, precios bajos, máxima calidad y servicio sin igual de productos en todo el país.

La Colonia ha impulsado grandes cambios dentro de sí implementando importantes proyectos. Uno de ellos es realizado con el fin de apoyar la protección del ecosistema del país y a su vez del mundo, a fin de mejorar la calidad de vida de las familias hondureñas.

Después de un muy elaborado proceso de investigación La Colonia es la primera empresa en Honduras en cambiar todas sus tradicionales bolsas plásticas por nuevas bolsas biodegradables.

Uno de los objetivos principales de este proyecto es servir de ejemplo para que otras empresas aporten su grano de arena a favor de la preservación de nuestro medio ambiente y así poder cuidar y amar al tesoro más valioso que tenemos: Nuestra Honduras.

Las bolsas biodegradables son utilizadas en Supermercados La Colonia de Tegucigalpa, Choluteca y Comayagua, lo que lo convierte en el primer supermercado ecológicamente responsable.

Otro proyecto que La Colonia mantiene vigente es el proyecto “Dar para educar” de la Fundación Ficohsa par la Educación Infantil en conjunto con los clientes de Supermercados La Colonia. Este programa nació con el fin de involucrar a la sociedad en general en una visión de país: Combatir los altos índices de pobreza apoyando la educación preescolar de los niños y niñas entre los 3 y 6 años de edad, de escasos recursos económicos que residen en zonas rurales y urbano-marginales de nuestro país, a través del redondeo de monedas.

Gracias a sus clientes, con las monedas recolectadas hasta el momento se han construido 7 centros de educación preescolar en las colonias Flor del Campo, Nueva España, Las Palmas, Ulloa, Flor #1, Aldea El Durazno y Nueva Era de Tegucigalpa, donde más de 420 niños y niñas de estas comunidades tienen acceso a una educación en condiciones dignas con mobiliario y materiales didácticos completos, botiquín médico, juguetes didácticos, merienda escolar para todos, y capacitación para sus maestros.

Esta gran cadena de supermercados también impulsa el proyecto “Honduras, Recursos para mi Tierra” en conjunto con Banco Ficohsa y Funder. Este programa de fideicomiso tiene como objetivo otorgar financiamiento, asistencia técnica, garantía de compra y garantía de precios de mercado para sus productos. De esta manera La Colonia les da la oportunidad a muchos compatriotas hondureños de poder aspirar a un mejor mañana. Asimismo los productores cuentan con un seguro agrícola para cualquier eventualidad que pueda suceder.

Este programa representará un beneficio para 450 productores y a la vez se verán beneficiados 2,350 compatriotas de forma indirecta. Entre las localidades beneficiadas se encuentran Güinope, Jutiapa, Lepaterique, Azacualpa e Izopo, Marcala y La Esperanza, comunidades que cultivan por lo menos 25 productos vegetales (papa, chile morrón, zanahoria, cebolla amarilla, lechuga, brócoli, coliflor, escarola amarilla, tomate pera, repollo, pepino, culantro de castilla, yuca parafinada, etc.

La Colonia siempre pretende beneficiar a sus comunidades vecinas. Esto se puede apreciar en la inauguración de La Colonia 5ta. Avenida de Comayagüela, cuya apertura generó las mejoras realizadas en las escuelas Lempira y Argentina de la capital. En estos centros escolares se pintaron y remozaron sus fachadas, creando un ambiente más limpio y digno para los cientos de niños y niñas que buscan aprender y mejorar sus vidas.

Son 35 años de éxitos continuos, en los que los clientes han sido parte fundamental por preferir a La Colonia. Por sus puertas mensualmente se atiende a más de 1 millón y medio de clientes que no quedarían satisfechos si no fuera gracias a los más de 1,200 colaboradores de La Colonia, quienes promulgan la nueva cultura de excelente servicio que ahora caracteriza a esta gran cadena de supermercados.

Tomado de La Tribuna, del 9 de agosto del 2,010.

La Colonia Kennedy

La Kennedy una ciudad que sigue creciendo

Es considerada la colonia más grande del país, y es que la colonia John F. Kennedy se ha convertido en uno de los centros poblacionales más importantes de esta capital, no sólo por el número de viviendas y habitantes, sino por el acelerado desarrollo socioeconómico que en los últimos años ha experimentado.

Este nombramiento se debe a que en Honduras no existe ningún barrio o colonia que cuente con todas las condiciones y servicios, ni la población que tiene la John F. Kennedy.

La populosa colonia se encuentra situada al oriente de Tegucigalpa, es considerada una ciudad dentro de la capital de la República, la que se levanta gracias al esfuerzo de todos, sus fuerzas vivas, el comercio, la industria y el gobierno, tanto estatal como local.

La Kennedy está de fiesta, cumple 43 años

Esta colonia fue fundada en la década del 60 y fue bautizada con el nombre del presidente de Estados Unidos

La colonia John F. Kennedy es una de las colonias de la capital de la República más grandes, tanto en extensión territorial como en población.

Su fundación se remota a la década del 60, como uno de los proyectos del Instituto Nacional de la Vivienda (INVA), que después de haber creado la Colonia 21 de Octubre y por la gran demanda habitacional que existía en la capital decidieron ejecutar otro proyecto.

Son cuatro décadas las que tiene esta populosa colonia del oriente del Distrito Central, que surgió en el período del gobierno del ex presidente de Honduras doctor José Ramón Villeda Morales en 1958 y 1963.

Por medio del Programa Alianza para el Progreso, que promovió el expresidente de Estados Unidos John F. Kennedy, el INVA obtuvo el primer préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dinero que fue utilizado para iniciar el proyecto.

El nombre que se le dio al ambicioso proyecto fue como agradecimiento al mandatario y propulsor del programa, John F. Kennedy.

El complejo habitacional fue construido en varias etapas y en dos modalidades, autoconstrucción y contrato directo.

De las tres mil 800 casas construidas se estimó que habitarían en toda la colonia unos 25 mil personas, cifras que se han superado.

Un ejemplo de organización y desarrollo

La colonia Kennedy cuenta con todas las estructuras comunitarias y organizaciones locales

Los habitantes de la «Kennedy» están muy bien organizados, desde su fundación cuentan con todas las estructuras comunitarias, organizaciones locales que trabajan arduamente, una de ellas es el patronato pro-mejoramiento que desde hace algunos años solicitan la independencia administrativa de la colonia ante la alcaldía municipal.

La organización que mantienen ha sido un factor importante en el desarrollo rápido y un crecimiento envidiable de esta colonia capitalina.

Esta colonia creada hace más de 40 años tiene algo muy particular, y es la fuerte zona comercial, entre ellos están los bancos, supermercados, tiendas de electrodomésticos, un mercado popular, farmacias, centros comerciales y restaurantes, entre otros, lo que hace que sus habitantes no tengan que salir a otras zonas de la ciudad para satisfacer sus necesidades.

«La Kennedy ha heredado varios problemas»

El presidente del patronato Germán Medina, aseguró que esta colonia también vive inmersa en serias dificultades

Para el presidente del patronato de la Kennedy, Germán Medina, esta colonia cuenta con muchos problemas que fueron heredados por otras colonias, fundadas sin ninguna condición habitacional.

«Para el caso la colonia Villa Nueva, que fue asentada sin tener ninguna condición adecuada de excretas, la tubería está completamente obsoleta y sin canalización de aguas lluvias, todo esto es lo que ha venido a perjudicar a la Kennedy».

El dirigente comunal expresó que antes no tenían este tipo de problemas y ahora hasta vecinos han dejado sus casas huyendo por las inundaciones que se dan en casi todas las súper manzanas.

Los colectores de aguas negras ya han colapsado, la tubería ya está obsoleta, ya que desde que se fundó la colonia en 1966 no se ha cambiado, detalló Medina.

«Hemos enviado notas a todas las instituciones involucradas, pero no hemos tenido ninguna respuesta».

Le recordó a las autoridades edilicias que la colonia Kennedy es la que más impuestos le proporciona a la comuna capitalina y al gobierno central.

«Nosotros estamos preocupados, lo que deseamos es que hagan un planteamiento para mejorar las condiciones precarias que tiene la colonia, estamos dispuestos a trabajar junto a ellos para solucionar la problemática y la más urgente lo de las inundaciones», señaló el dirigente de la Kennedy.

Tomado de «El Heraldo», del viernes 26 de junio del 2009.