Mel y los combustibles

Mel Zelaya

En su campaña política Mel prometió bajar el precio a los productos de la canasta básica, bajar el precio de los medicamentos, al transporte, a la energía… Decía: «Ayúdenme a bajar a los nacionalistas del poder para bajarle el precio a los productos.»

No sé cuantos hondureños habrán creído en esas promesas demagógicas. Hasta el día de hoy no estamos seguros que Mel haya ganado legalmente las elecciones.

El proyecto estrella de este gobierno del poder ciudadano era la licitación de combustibles dirigida por el «experto» norteamericano Robert Meyering (el «mago» Meyering). El prometía una rebaja substancial. Meyering «se echó a la bolsa» a muchas personas honorables con buenas intenciones, por que no pudo cumplir con lo prometido. Este fracaso debería hacernos cuestionar la excesiva credulidad hacia los auto-denominados expertos. Una dosis de escepticismo siempre es necesaria.

Y es que era fácil preveer el fracaso de la tan cacareada licitación. En primer lugar había que tener en cuenta el poco volumen relativo de la demanda hondureña de combustibles con respecto a la demanda mundial, lo que hacía parecer lejana la posibilidad de un sustantivo «descuento por cantidad» producido por una importación masiva. A ello había que sumarle las dificultades para el almacenamiento y distribución del producto de la licitación.

Pero el torpe «Poder Ciudadano» hizo las cosas alrevés: primero efectuó la licitación y luego se dedicó a investigar donde se habían de almacenar los combustibles. Decidieron -arbitriamente- expropiar la gasolinera Dippsa, cuyo gerente general, Henry Arévalo, desapareció por meses dejando sin efecto la orden de expropiación, la cual requería su presencia.

Después el asunto se fue olvidando. La atención mediática se centró en otros temas de actualidad, y ya nadie parece recordar el error monumental de este gobierno. No hay nadie que reclame responsabilidad administrativa.

¡Qué fácil es desviar la atención de los hondureños! Aquí los escándalos son pasajeros y pronto son eclipsados por otros escándalos más recientes. Vivimos en un circo permanente, o más bien, en una tragicomedia. Y somos espectadores, no actores.

Y ahora viene Hugo Chávez prometiendo combustibles con un módico financiamiento y con un interés tan bajo que Yani Rosenthal dijo que sería de tontos no aceptarlo.

Pero nos aclaran que el combustible no bajará de precio, en cambio, el ahorro en efectivo será destinado a «proyectos sociales», y que incluso parte de la deuda se podría pagar con productos agrícolas.

Y mientras tanto no se soluciona el problema del almacenamiento y la distribución.

¡A otro perro con ese hueso!

Nosotros no confiamos en que los fondos públicos se dediquen en forma eficiente a programas sociales. No confiamos en la gestión de este torpe gobierno que comete los errores más básicos de administración.

Y mucho menos cuando el último escándalo sobre la ley sobre el finaciamiento de los partidos políticos nos muestra el grado de cinismo al que pueden llegar los políticos al repartirse como una piñata los fondos públicos.

Es hora de reconocer la verdad: los precios de los combustibles no bajarán. Mel mintió al prometer lo que no podía cumplir.

4 comentarios en “Mel y los combustibles

  1. David Morán

    Es fácil desviar la atención de los hondureños mediante escándalos fugaces y conspiraciones políticas; ahora pretenden tapar la estrellada que se dió el proyecto «estrella» del ejecutivo con el negocio de petrocaribe. Ja, no todos olvidamos.

    Opino igual que elboby, por el otro lado del poder el legislativo conseguirá facilitar la corrupción a costa de nuestro propio pisto.

    Saludos.

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  2. Ardegas

    Es increíble el grado de cinismo al que ha llegado la clase política. Ellos están atenidos a la pasividad del pueblo hondureño.

    Cuando los políticos utilizan los recursos del pueblo para enriquecerse a la vista de todos, y con la oposición de todos, la democracia ha dejado de ser funcional. Las elecciones no son más que una farsa teatral para justificar el saqueo.

    Saludos.

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