Desde finales de octubre ya hay empresarios que anuncian promociones navideñas. La publicidad alusiva a la navidad se va incrementando a medida que ésta se acerca. Se van decorando los negocios y las casas con motivos navideños desde el 1 de diciembre o antes.
No pueden faltar los árboles de navidad, y en menor medida los nacimientos. Particularmente famoso es el nacimiento elaborado por el arquitecto Fernando Martínez en Tegucigalpa, en el cual se recrean los acontecimientos más importantes que se han dado durante el año, en Honduras y en el mundo.
En diciembre muchos grupos de empleados y grupos religiosos participan en juegos de “amigo secreto”, también conocidos como “cuchumbos“, donde para no gastar demasiado en regalos se elige al azar quién debe regalar a quién, y no se hace del conocimiento de los interesados hasta que se hace entrega del regalo.
En Honduras se hace énfasis en la celebración de la noche del 24 de diciembre, conocida como Nochebuena. Ese día se celebra en familia, muchas personas viajan a sus lugares de origen para reunirse con sus parientes. El 25 de diciembre es día de asueto.
En la cena navideña del 24 no pueden faltar los nacatamales y las torrejas. Los nacatamales son carne envuelta en masa de maíz, y las torrejas se hacen con pan de yema de huevo.
En la noche del 24 de diciembre los más creyentes van a las iglesias, otros salen a fiestas bailables, y hay quienes combinan las dos actividades. Ese noche hay un aumento en el consumo de alcohol, aunque la mayoría de los evangélicos rechazan consumirlo, aduciendo que es pecado. Los evangélicos también condenan los bailes, especialmente los más sensuales y morbosos.
Muchos niños y adultos disfrutan quemando pólvora, haciendo explotar los cohetes, que aquí se conocen como “cuetes”, estos son pequeños atados de papel periódico con pólvora y una mecha. Se prende la mecha y se tira el cuete.
A los cuetes más grandes se les llama “morteros”, y son muy potentes. También están los silbadores, que se les llama así por el sonido que hacen. Las “luces de bengala” son varitas con un recubrimiento de pólvora que produce unas vistosas luces al consumirse por el fuego. Igualmente vistosos son los volcanes, que son unos conos de papel que tiran luces. También hay unas bolitas de pólvora envueltas en papel que al tirarse al suelo explotan; se les conoce como tronadores.
En la noche del 24 se pueden escuchar los cuetes explotando por todas partes, las explosiones aumentan a medida que se acerca la medianoche, y puede sentirse en el ambiente el olor a pólvora.
Debido a los numerosos casos de quemaduras en niños por causa de la pólvora en estos días, las autoridades del gobierno hacen campaña contra la quema de pólvora, y la alcaldía de Tegucigalpa ha llegado hasta prohibir la venta de cuetes. Pero esta práctica tan arraigada se resiste a morir.
Antes habían muchas personas que hacían disparos al aire, pero con las campañas de concientización eso ha venido disminuyendo.
A muchos hondureños les gusta estrenar ropa en navidad, y comprar electrodomésticos. Los niños esperan sus regalos en Nochebuena, pero ya son pocos los que creen realmente en Santa Claus; aunque tampoco se acostumbra a pedirle regalos al “Niño Dios”, como se hacía antiguamente.
Los hondureños son un pueblo muy cristiano. La celebración navideña se hace en homenaje a Jesús. Santa Claus es solo un personaje para hacer publicidad comercial.
El día 25 de diciembre es un día tranquilo, las calles están vacías, las personas están en sus casas. La celebración ha terminado… por el momento, por que ahora hay que despedir al año viejo y celebrar la llegada del año nuevo.
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