Himno al Pino

El himno al pino se acostumbra a cantar en las escuelas el día del árbol, el cual es el 30 de mayo.

El árbol del pino se encuentra por todas partes en Honduras, por ello se considera al pino como árbol nacional de Honduras, aunque no se ha especificado una especie específica del pino como árbol nacional. Para fines prácticos, puede considerarse a la especie de Pino Oocarpa, como el árbol nacional, ya que es el más abundante.

El autor de la letra, Rafael Coello Ramos, es también autor del conocido himno a la madre. Además, Rafael Coello Ramos es el autor de la canción Patriotismo en la cuna, cuya letra dice «qué dicha tan grande, nacer en Honduras, como lo desearan todas las criaturas».

El autor de la música, Luis Andrés Zúniga, también es autor de la letra del himno a Lempira y al Padre Reyes. Luis Andrés Zúniga es también conocido por ser el autor de varias fábulas.

La letra del himno es una alabanza al pino por la utilidad que le da al ser humano, desde la cuna a la tumba; desde su uso como madera para muebles, protección contra el calor del sol, leña que alimenta el fuego para preparar los alimentos y el olor agradable de su follaje.

Además de la utilidad del pino, el himno sugiere a mi parecer una relación casi mística y espiritual entre el ser humano y el pino, ya que está presente tanto en la cuna como en la tumba, del fuego producido por su leña nos alimentamos, y a su sombra nos acobijamos.

Es sabido que el culto a los árboles se dio desde tiempos antiguos entre los seres humanos (germanos, galos, romanos, griegos, celtas). La dendolatría (culto a los árboles) se refiere a la tendencia de muchas sociedades a lo largo de la historia de adorar o de crear mitos en torno a los árboles.

Letra: Luis Andrés Zúniga
Música: Rafael Coello Ramos

Coro

Viva el Pino por siempre en la tierra
Que benigna la vida nos dió,
Y por siempre se muestra imponente
A los besos radiantes del sol.
Viva el pino color de esmeralda
Con su suave y melifluo rumor,
Que después de arrullar nuestra cuna
Con amor nuestra infancia arrulló.

Solo

Es bendita la sombra insegura
Que en las ásperas sendas regó,
Y es bendito su tronco que abrigo
Compasivo brindó al viajador.
Su madera olorosa es bendita
Como el suelo que diole calor
Pues palacios y chozas y templos
con sus fibras el hombre formó.

Solo

Nuestra tierra su vida y la nuestra
paralelas y aún tiempo creó,
Nuestro hogar su existencia recuerda
Y los campos nos llena de olor.
Su madera la estufa alimenta
Crepitando en un trémulo son,
Y entre tablas de pino es que llevan
Nuestro cuerpo ya muerto al panteón.

19 comentarios en “Himno al Pino

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