Acuerdo No. 86
SOBERANO CONGRESO NACIONAL
CONSIDERANDO: Que es un deber de alta cultura pública conmemorar y perpetuar el hecho glorioso del Descubrimiento de América, declarando Día de Fiesta Nacional, el 12 de Octubre, aniversario de aquel trascendental acontecimiento a fin de tributar un homenaje de justa admiración al descubridor del Nuevo Mundo.
POR TANTO DECRETA:
Art. Único: Declárase Día de Festividad Nacional el 12 de Octubre, ANIVERSARIO DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA en homenaje a la memoria del inmortal marino Cristóbal Colón.
(f) Pedro A. Medal (Vice-presidente)
Al Poder Ejecutivo:
Por tanto EJECÚTESE:
Tegucigalpa, 27 de Marzo de 1914.
(f) Francisco Bertrand (Presidente)
(f) Froylán Turcios (Secretario de Estado en el Despacho de Gobernación por Ley).
Feriado Morazánico
A partir del año 2014 se celebra en Honduras el «feriado morazánico», que consiste en unificar tres días de feriado de octubre y hacer puente con el fin de semana para formar una sola semana de asueto para los empleados públicos. Los feriados que se han unificado son el 3 de octubre: día del soldado o día de Francisco Morazán, el 12 de octubre: día de la Raza o día de la Hispanidad, y el 21 de octubre: día de las Fuerzas Armadas. Esto se ha hecho para alentar el «turismo interno», el que se cree que produce una contribución al crecimiento económico.
A España
Por: Carlos Manuel Arita Palomo
(En el día de la Hispanidad)
Conserva de Espronceda la armonía,
de Azorín la fragancia tramontana,
de Cervantes el alma castellana
y de García Lorca la poesía.
De Juan Ramón Jiménez la ufanía,
de José Ortega y Gasset la fe humana,
del Doctor Marañón la sangre hispana
y de Emilio Castelar la sinfonía.
De Felipe Segundo la grandeza,
del Mar Mediterráneo la belleza,
de Cristóbal Colón la gran hazaña.
Es la tierra que canta y resplandece,
la de Carlos Quinto y Alfonso Trece
y su nombre inmortal es el de ESPAÑA!
El Descubrimiento de América
Por: Carlos Manuel Arita Palomo
Era un solo fulgor el mar Atlante,
el cielo más azul resplandecía,
la costa era como una pedrería
y el horizonte claro y fulgurante.
La tierra descubierta era un diamante,
la nave Capitana refulgía,
y en la proa, de la Santamaría,
atisbaba el insigne navegante.
Desciende el genovés, llega a la orilla
y alzando los pendones de Castilla
absorto se detuvo aquel instante;
y admirado ante tanta maravilla
inclinó reverente la rodilla
y prorrumpió a llorar el Almirante.