Francisco Morazán no era conservador, era más bien un revolucionario que buscaba un cambio radical en la sociedad en que vivía, una sociedad colonial que funcionaba según las ideas propias del feudalismo. Morazán quería una sociedad de tipo liberal, con libertad de expresión, libertad de cultos, sin privilegios para el clero, con elecciones libres, etc.
Estas son cosas que hoy damos por sentado, pero que en aquel tiempo había que luchar para conseguirlas.
Un revolucionario busca cambiar rápidamente la estructura de una sociedad, mientras que un reformista prefiere los cambios graduales. El problema de las revoluciones es que suelen ser violentas, por la gran resistencia al cambio que producen, y Morazán murió siendo víctima de esa violencia reaccionaria, por sus ideas, que en ese momento parecían radicales.
Pero todo esto no significa que Morazán hubiera apoyado un movimiento político autoritario que usa la retórica populista solo como un medio para consolidarse en el poder. Morazán, que buscaba la libertad de los pueblos, no hubiera estado de acuerdo con cambiar un tipo de servidumbre por otra.