Archivo de la categoría: cuarta urna

Canción de la Cuarta Urna

Cuarta Urna, continuismo
cuarta urna, dictadura
cuarta urna, pitichavismo
cuarta urna, comunismo

Cuarta urna, grupos de poder
cuarta urna, te van a joder
cuarta urna, poderes fácticos
cuarta urna, errores tácticos

Poder Ciudadano, Poder Chabacano
Asamblea Nacional Prostituyente

Cuarta urna, cuarta burla
cuarta urna, la urna del engaño
cuarta urna, la urna del continuismo
cuarta urna, la urna de Mickey Mouse
dale delete con el mouse.

Cuarta urna, burguesía
cuarta urna, pobreza en demasía
cuarta urna, autoritarismo
cuarta urna, terrorismo

Cuarta urna, pueblo pendejo
cuarta urna, que le pongan el aparejo
cuarta urna, pueblo inteligente
cuarta urna, que se comporte como la gente

Cuarta urna, indios con machete
cuarta urna, beso en el cachete
cuarta urna, gripe porcina
cuarta urna, fiebre asesina

Cuarta urna, cuarta burla
cuarta urna, la urna del engaño
cuarta urna, la urna del continuismo
cuarta urna, la urna de Mickey Mouse
dale delete con el mouse.

Cuarta urna, Estado de Derecho
cuarta urna, están al acecho
cuarta urna, fuera de la ley
cuarta urna, tendremos un rey

Cuarta urna, demencia
cuarta urna, violencia
cuarta urna, derramamiento de sangre
cuarta urna, país exangüe
cuarta urna, secuestro
cuarta urna, te arresto

Cuarta urna, en el desayuno
cuarta urna, digo no
cuarta urna, en el almuerzo
cuarta urna, hago un esfuerzo
cuarta urna, en la cena
cuarta urna, me da pena
cuarta urna, en el baño
cuarta urna, yo mismo me hago daño

Cuarta urna, cuarta burla
cuarta urna, la urna del engaño
cuarta urna, la urna del continuismo
cuarta urna, la urna de Mickey Mouse
dale delete con el mouse.

Cuarta urna, en Honduras
cuarta urna, las veremos duras
cuarta urna, la gritan las maras
cuarta urna, la gritan las turbas
cuarta urna, pensando en ella te masturbas

Cuarta urna, fraude electoral
cuarta urna, engendro del mal
cuarta urna, de los patricios
cuarta urna, falsos comicios

Cuarta urna, Tribunal Supremo
cuarta urna, pensando en ella blasfemo
cuarta urna, príncipe de Olancho
cuarta urna, montanda en un chancho

Cuarta urna, cuarta burla
cuarta urna, la urna del engaño
cuarta urna, la urna del continuismo
cuarta urna, la urna de Mickey Mouse
dale delete con el mouse.

Cuarta urna, en la tele
cuarta urna, Carmen y el Chele
cuarta urna, intolerancia
cuarta urna, perdemos la paciencia

Una Constituyente sin Partidos Políticos

Un blog pepista trajo a mi atención un viejo artículo escrito por Segisfredo Infante titulado El Juego de la Confusión.

En ese tiempo, las especulaciones de Patricia Rodas sobre una Constituyente parecían demasiado alocadas para ser tomadas en serio. Pero hoy vemos que esa locura quieren convertirla en realidad.

En un artículo de La Tribuna del 13 de Noviembre del 2008, Patricia Rodas expresaba que debe de crearse una Constituyente, pero sin los partidos políticos, para poder crear un nuevo sistema «que no sea excluyente».

Esto quiere decir que Patricia Rodas aboga por la destrucción de su propio partido, lo que no resulta tan sorprendente si tomamos en cuenta que Patricia Rodas no ha pertenecido al Partido Liberal. Lo curioso es que los liberales no defienden a su propio partido de su auto-destrucción a manos de esta idéologa (ideoloca).

En vez de partidos políticos, los que redactarían la nueva constitución serían los «gremios» y «organizaciones sociales», debidamente controladas por el gobierno. Se entiende que las «cúpulas» de las organizaciones empresariales y demás organizaciones desafectas del gobierno quedarían excluidas de la redacción de la Constitución, ya que estos grupos «son oligarquías que han hecho un profundo daño a la sociedad».

El escenario para un aumento en el nivel de confrontación está servido, y no sabemos hasta donde nos pueda llevar el aventurismo de este grupo de seguidores de Patricia Rodas.

Pepe Lobo, por su parte, al parecer sigue el mismo esquema que Patricia.

Chequen este artículo de El Heraldo: Mel confiesa que el objetivo es cambiar la forma de gobierno, en donde se confirma esta intención de desestimar a los partidos políticos, a cambio de una dudosa «democracia de gremios».

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El juego de la confusión

Por Segisfredo Infante publicado en diario La Tribuna, 20 Noviembre 2008

No queda ninguna duda que la licenciada Patricia Rodas ha planteado en forma casi directa la posibilidad de un golpe de Estado en contra de los partidos políticos y del frágil modelo democrático de Honduras. Sus declaraciones reproducidas en LA TRIBUNA del día jueves trece de noviembre del año en curso (página 71) son contradictorias pero al mismo tiempo contundentes. Lo más paradójico del caso es que la propuesta de organizar una “Asamblea Nacional Constituyente” proviene de los labios de la presidenta del partido legal que se encuentra usufructuando el poder.

Patricia Rodas expresó que se debe organizar “una Constituyente pero sin los partidos políticos, para poder crear un nuevo sistema que no sea excluyente”. Debemos suponer que su propio Partido Liberal quedaría por fuera de la ley y de igual forma los mismos partidos de “izquierda” (legales e ilegales) que existan en este momento o que pudieran llegar a existir en un futuro cercano. La pregunta respecto de la persona que podría llegar a dirigir tal institución de facto, conduce hacia la misma individualidad que ha hecho tal propuesta; o hacia alguno de los amigos más cercanos de ella, toda vez que jamás ha estado sola en semejantes cavilaciones y que el actual presidente de la República “Mel” Zelaya Rosales ha declarado simultáneamente (en la misma página) que “no se pretende prolongar ni un solo día, ni un solo minuto, las elecciones internas para el 30 de noviembre y mucho menos las elecciones generales del próximo año”.

Debemos aprender a deletrear las declaraciones y las insinuaciones entrelineadas de algunos dirigentes políticos de Honduras y evitar, en lo posible, las enormes ingenuidades en que caen algunos de los “opositores”. La licenciada en Historia doña Patricia Rodas añade veintidós párrafos adelante de su declaración pública, que “hay que recordar que nosotros no creemos en el continuismo aunque personalmente sí creo que pronto nuestras sociedades van a aceptar la reelección como lo hacen todos los países incluyendo los Estados Unidos y el continuismo es cuando alguien quiere continuar a la fuerza pero cuando se reelige eso no es continuismo”.

Por razones históricas es pertinente recordar que en Honduras el continuismo presidencial ha seguido, por regla general, dos caminos: El primero ha sido el de la imposición de las candidaturas oficialistas en contra de la voluntad del mismo partido de donde procede el candidato de ocasión. El doctor Policarpo Bonilla impuso, en 1899, la candidatura del topógrado Terencio Sierra, en contra de los deseos de los “manuelistas” (seguidores del general olanchano Manuel Bonilla) que eran la mayoría en el Partido Liberal. Ahí por 1902 el mismo Terencio Sierra impuso la candidatura del señor Juan Ángel Arias, provocando el resentimiento de casi todos los liberales (entre ellos Juan Ramón Molina y Froylán Turcios) que más tarde se alzaron en armas en tanto que el general olanchano había ganado las elecciones limpiamente. Para la ronda electoral de 1923 el gobierno de López Gutiérrez y de Ángel Zúñiga Huete, vuelven a imponer la candidatura oficialista del eterno perdedor Juan Ángel Arias, provocando, en los primeros meses de 1924, la guerra civil más sangrienta de toda la historia hondureña, en tanto que el profesor de aritmética Tiburcio Carías Andino había ganado las elecciones y los gobernantes de turno le impidieron el acceso pacífico al poder. En aquella fatídica fecha se aliaron los nacionalistas del general Carías con las fuerzas “coloradas” que seguían al doctor Policarpo Bonilla, fundador de por lo menos dos partidos liberales.

El segundo camino del continuismo político ha sido el de la dictadura, en donde el inquilino del poder público inventa unas circunstancias propicias para perpetuarse en el trono presidencial, sea por medios pacíficos más o menos fraudulentos, o por la vía de la violencia. En Honduras tenemos los casos del “conservador” José María Medina (protector del general morazanista José Trinidad Cabañas) a mediados del siglo diecinueve, y el de la reelección pacífica del general Tiburcio Carías Andino, durante el año de 1936. No queremos hablar de las dictaduras militares porque tal cosa sería como harina de otro costal. Pero el hecho es que en la mayoría de las situaciones en que se organiza una “Asamblea Constituyente” post-republicana, es para disolver un Congreso, legitimar un golpe de Estado o porque tal vez el grupo de que se trate tiene planes de finalizar su mandato de facto a fin de transitar hacia un nuevo régimen constitucional.

Cuando la amiga Patricia Rodas habla de continuismos electorales (o no electorales según sea el galimatías que se pretenda utilizar), sería interesante saber cuál es el nombre de la persona que ella está imaginando para continuar en el poder. En este caso el camino más expedito sería el de de la inestabilidad institucional y de la confusión en todos los niveles políticos y espirituales de Honduras, retrocediendo a las viejas “Asambleas Constituyentes” antidemocráticas de los siglos diecinueve y veinte. (sinfante1@yahoo.es)

La cuarta urna produce "mala vibra"

Esta caricatura, que apareció en diario El Tiempo, ilustra la clase de prejuicios irracionales que promueven los defensores de la cuarta urna.

Omar Edgardo Rivera es un intelectual pro-gobierno que está apoyando el proyecto de la cuarta urna. Rivera publica sus artículos en diario El Tiempo, el periódico del Poder Ciudadano y en su perfil personal de Facebook.

En esta ocasión me referiré a su artículo La necedad de los opositores a la consulta popular.

Según Omar Rivera, es irracional oponerse la reforma de la Constitución propuesta por el presidente Mel Zelaya sólo por que éste señor no nos inspire confianza. Sería algo irresponsable, oponernos a la cuarta urna, solo por que consideremos que Mel nos genere «mala vibra».

Rivera también considera que son pueriles los argumentos en contra de la cuarta urna que tratan de mostrar la ilegalidad del proyecto del presidente, o de que ésta de alguna manera entorpecería el desenvolvimiento del proceso electoral.

En lo personal, el señor Mel Zelaya no me simpatiza en lo absoluto. Pero esta opinión no se basa en un capricho personal de mi parte, sino que se basa en su conducta y gestión presidencial, la cual considero que ha sido pésima. Y para respaldar esta opinión, he hecho una lista de algunos desaciertos del presidente Zelaya a lo largo de este período.

La pregunta sería: ¿Es importante tener en cuenta la gestión de Mel Zelaya a la hora de decidirnos a apoyar o no su proyecto de la cuarta urna? ¿Es importante o no tener en cuenta el contexto político e ideológico de la propuesta del presidente a la hora de decidir si debemos apoyarla o no?

Al parecer, Omar Rivera piensa que no, que es irrelevante si la gestión de Zelaya ha sido eficiente o no, y que no importa ver el contexto político o ideológico de Mel Zelaya para decidir si debemos apoyar su propuesta o no. Que todo lo que importa es un debate académico sobre cuales son los cambios que se podrían hacerle a la constitución.

Pero tal vez ni eso. Por que Rivera considera pueril discutir la legalidad de la propuesta. Pero debería ser obvio para Rivera, que al parecer ha estudiado derecho, la importancia de la existencia de una Estado de Derecho para una adecuada armonía y progreso social. Por lo que no se puede descartar la legalidad de una convocatoria a una consulta para derogar la Constitución como un «argumento pueril».

Si Mel Zelaya no ha sido capaz de hacer un buen gobierno, como es mi opinión, mucho menos se puede pedirle que lidere un proceso exitoso de reforma constitucional. Zelaya se caracteriza por su carácter confrontativo y autoritario, y por respaldar regímenes que tienen las mismas tendencias. Es de esperarse entonces que en vez de unir a la sociedad hondureña, un proceso de reforma constitucional la divida aun más, provocando el desorden y el descontento.

No es pueril el oponerse a la cuarta urna por temor a que el señor Zelaya decida continuar con su mandato. Las aseveraciones de Zelaya asegurando lo contrario no son suficientes. Es claro que la tendencia de los regímenes que Zelaya admira es la de tratar de aprovechar cualquier oportunidad para perpeturarse en el poder. No podemos empeñar el destino de este país a la dudosa palabra de un político. Una Asamblea Constituyente tiene el poder para prolongar el período presidencial de Manuel Zelaya. Si apoyamos una derogación de la Constitución este es un peligro que corremos.

¿Pero que hay de malo en que un presidente pueda continuar en su mandato, sí el pueblo así lo decide?

Un vistazo a la historia reciente de Honduras debería hacer evidente los problemas que produce el continuismo presidencial. Lo que sucede es que el gobierno trata de utilizar su poder para continuar en él, haciendo un mal uso de los recursos públicos en su afán continuista. Por eso, sabiamente, la Constitución actual prohibe la reelección.

Rivera descarta los temores de un continuismo como un asunto de mera «mala vibra personal», pero, en ese mismo tono, se podría cuestionar la «confianza ciega» que tienen los que apoyan la cuarta urna, de que Mel no intentará quedarse en el poder, o de que no abusará de la oportunidad de hacer cambios en la forma de gobierno de Honduras, sin la debida consulta con el pueblo.

Por otra parte, esta acusación de «mala vibra» se les puede devolver a los defensores de la cuarta urna, que recurren al gastado cliché de la «lucha de clases» sugiriendo que los que nos oponemos a la cuarta urna representamos a los «grupos de poderes fácticos», a la política conservadora, a los grandes burgueses y a las transnacionales. Es ese tipo de «mala vibra» justamente la que impide un debate racional sobre el asunto.

Por una parte se sospecha de nosotros, por defender a la oligarquía y al orden establecido, y por otro lado nosotros sospechamos de ellos, por intentar establecer un régimen dictatorial. ¿Qué hacer?

La forma apresurada en que se trata de imponer la cuarta urna no inspira mucha confianza que digamos. Son los defensores de este proyecto, que intenta romper con el orden establecido, los que deben de ganarse nuestra confianza. Nadie quiere pasar de zapato a caite, de calentarse en el brasero a arder en el infierno.

Es acertada entonces la crítica de que una cuarta urna entorpecería el proceso de elecciones, por que, dada el enorme gasto publicitario del gobierno en favor de esta propuesta, algunos hondureños estamos con la duda de si el presidente quiere continuar en el poder o no, y si eso es cierto, ¿que sentido tiene votar en las otras urnas?

No quieren comida rápida, ni colegios bilingües

Hay personas que militan en grupos de izquierda que tienen unas ideas un tanto extravagantes y chauvinistas.

Y hay personas en grupos que dicen defender los intereses de los trabajadores que están alucinados con estas ideas.

Y es costumbre, que en el día del trabajo, algunas de estas personas se dediquen a pintar graffittis con sus curiosas consignas en las instalaciones de las comidas rápidas.

Hoy vi en Dunkin Donuts del centro esta leyenda: «¡Que vivan las baleadas! ¡Fuera las transnacionales!»

Es una ideología muy mal pensada. Destruir la empresa privada no puede beneficiar a los trabajadores, todo lo contrario.

Si la gente quiere comer baleadas, nada se los impide. No hay necesidad de prohibir las franquicias extranjeras de comida rápida.

Es cierto que resulta incorrecta la exención de impuestos que tienen estas franquicias en Honduras. Pero suspender estos privilegios no es sencillo, por que ello acarrearía demandas millonarias en contra del país y una mala imagen para el país, del que se pensaría que no tiene «seguridad jurídica».

Por otra parte, ayer me llegó un comentario de un simpatizante de la cuarta urna, que al parecer está de acuerdo con que Mel implante una dictadura para prohibir las franquicias de comida rápida, las telenovelas y los colegios bilingües.

Lo de los colegios bilingües parece ser una burda manifestación de anti-americanismo. Al parecer odian a los colegios biligües por que estarían trayendo la perniciosa cultura gringa. Esto me resulta un tanto patético.

En vez de atacar a las franquicias internacionales, sugiero que mejor se concentren en ayudar a los pequeños empresarios que quieran establecer negocios de comidas típicas.

No hay nada malo en aprender inglés, al contrario es una ventaja en estos tiempos de globalización, y el dominar esta lengua no nos convierte en admiradores incondicionales de la cultura americana, con todos los vicios que pueda tener.