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Los Garífunas

En la actualidad se identifican dos grandes grupos de negros afrocaribeños muy representativos: los garífunas y los negros de habla inglesa.

Estos últimos se ubicaron mayoritariamente en las Islas de la Bahía y La Ceiba con sus propias particularidades culturales. Su población aproximada es de 20,800 personas.

Los garífunas que en su lengua materna se llaman Garínagu, lo que en castellano significa «Caribes Negros». Tienen su origen en la Isla de Yurumain, conocida también como San Vicente, en las Antillas Menores.

Descienden de los pueblos caribes, arawakas y negros africanos, quienes llegaron a la isla escapando de la esclavitud de los barcos españoles y portugueses. En el siglo XVII más de una de esas embarcaciones naufragó frente a la Isla Yurumain (San Vicente) en la cual se refugiaron los esclavos, cruzándose gradualmente con los indios caribes nativos surgiendo así el pueblo Garífuna.

La alianza afrocaribe dio lugar a un proceso de fusión lingüística y cultural, ampliada por la procreación interétnica y llegada sucesiva de cimarrones (esclavos fugados) de otras islas.

En 1793, San Vicente pasó a ser propiedad de Gran Bretaña, que logró derrotar a los garífunas después de una serie de batallas en que se destacó la resistencia del legendario jefe Chatuyc. En 1797, los garífunas fueron deportados a la Isla de Roatán y posteriormente a la Bahía de Trujillo donde se documentan buenas relaciones con los criollos. Desde la zona de Trujillo, cuyas aldeas de Cristales y Río Negro todavía representan la capital tradicional de la etnia, se inicia el proceso de dispersión costera que da lugar a la presente distribución geográfica.

La lengua que actualmente hablan los caribes negros es de origen americano: el arawak o arawaco con influencia europea (francés, español e inglés) lo que ha dado origen a la lengua garífuna.

Los garífunas han conformado 47 comunidades en los departamentos de Cortés, Atlántida, Islas de la Bahía, Colón y Gracias a Dios. Cuentan con una población de 250 mil habitantes incluyendo grupos poblacionales asentados en San Pedro Sula y Tegucigalpa. También se encuentran en Belice, Guatemala y Nicaragua.

Esta población posee una cultura extensa y rica expresada en diversos elementos socioculturales, con un sistema agrario que descansa en la propiedad colectiva sobre la tierra que utilizan en la producción familiar para la subsistencia.

Su forma de producción (el barbecho y la rotación de cultivos) les ha permitido vivir en armonía con la tierra y sus recursos, gracias a su organización social, donde la mujer juega un papel preponderante en las actividades agrícolas y culturales. Asimismo, muchas mujeres contribuyen de forma importante al ingreso familiar dedicando buena parte de su tiempo a la preparación y venta de casabe, pan y aceite de coco.

En la organización social garífuna resalta la figura de un jefe y consejo de ancianos. Además de las ocupaciones tradicionales como la agricultura y la pesca tienen una gran variedad de comidas y bebidas, ricas en proteínas, vitaminas y calorías como el tatau (tapado garífuna con variedad de tubérculos y mariscos en sopa de coco), la areba o cazabe (tortilla grande de yuca hornada) y el hudutu (machuca). Entre las bebidas está el hin, especie de cerveza hecha de yuca; la mármara, bebida preparada a base de maíz fermentado, caldo de caña de azúcar.

En cuanto al canto, baile y ritos, la manifestación más importante y significativa es, sin embargo, el Dágá, un rito dedicado a los muertos donde se canta el abaómahani por las mujeres y el arumhani por los hombres. También está la punta, una danza de fertilidad dedicada a la reproducción del pueblo. El Chugé es también un rito a los espíritus.

En su mayoría profesan la religión católica, sin abandonar sus propias creencias religiosas del Dágá, el Chagá (culto a los muertos) que es un acto de encuentro y de unidad familiar.

Dadas las escasas oportunidades de capacitación y empleo local, muchos hombres garífunas se ubican como marinos (cocineros, carga bultos, limpiadores y ayudantes) en embarcaciones comerciales y luego han emigrado a Estados Unidos.

Entre los primeros esfuerzos organizativos modernos de los pueblos étnicos está la fundación de la Organización de la Comunidad de Cristales y Río Negro, asociación garífuna que en 1986 logró la concesión de títulos de propiedad comunal sobre una extensión de 9 mil hectáreas de tierra que hoy se encuentran invadidas por el mismo Estado.

En junio de 1977 un grupo de dirigentes negros preocupados por el futuro de sus comunidades fundaron la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) como una entidad cívica reivindicativa.

La comunidad garífuna ha fundamentado su alimentación y forma de vida, dependiendo esencialmente de los recursos marino-costeros.

Fuente: Diario La Prensa, del 28 de enero de 1996. Citado en el libro Historia de Honduras, de Miguel J. Suazo Padilla.

Los mitos de Pataka-ko, el héroe civilizador de los Pech

Una interpretación etnológica

Se trata de un gobernante de las eras primordiales, su dominio era terrenal; nacido de una princesa de la tierra y un Dios o Watá.

Desde la perspectiva histórica se trataría de un sacerdote, necromático, curandero o chamán que gobernó al pueblo indígena y que les enseñó los ritos como el “Katoká” (ceremonia propiciatoria de una curación) y el “Kech” (rito de agradecimiento); les enseñó a curar dándoles el “sombreé” (el soplo) y otros medicamentos más. Inició a su pueblo en el conocimiento de la naturaleza, el hombre y el cosmos.

Este semi-dios tenía poderes mágicos y chamánicos, lo que permite que cada momento de su historia se convierta en epopeya y su pueblo considere que a su gesta civilizadora se deban como cultura, asignándole la función de “padre civilizador”. En su misión civilizadora de enseñar los desconocido el Ka-ko viaja sobre la serpiente de colores “Pirikata” o arco iris, al inframundo. Conoce los secretos de la naturaleza terrenal e intenta conocer el mundo celestial y robar los bienes culturales, mediante la astucia, se transforma en varios animales, esto, gracias a sus poderes y compañeros terrenales, de los cuales recibe consejos, como por ejemplo: la pirikata que lo acompaña por las aguas del inframundo, el zorro en la tierra y el murciélago en la oscuridad.

La lucha cósmica se establece al entrar al dominio celestial el Dios terrenal, siendo vencido este último al arrancarle el corazón, el Kinis Kabok pok, o sea, el Tigre Celestial guardián del Kako.

Es claro que en la cosmogonía Pech, el universo está regido por dos grandes dioses: el Pataka-ko Celestial y el Kako Terrenal, nuestro padre.

El Dios terrenal crea orden en los tiempos primordiales en su inicio de acción divina: posee poder sancionador y santificador. Hasta la época de contacto colonial, en el universo mítico Pech, no podemos hablar de un monoteísmo sino de un dualismo natural.

Pataka-ko desaparece en el horizonte histórico con la evangelización que aún no finaliza, primero con la iglesia católica utilizando el poder de la colonia; hoy en día la iglesia “La Profesía” [sic] que son promovidas por misioneros norteamericanos, intentando apropiarse de la cosmovisión del indio obligándolo a que renuncie a sus ceremonias y ritos, pues según su doctrina, para estar bien con Dios nada más se requiere fe y no de cultos heredados de sus antepasados.

Tomado del libro Mitos, Leyendas y Ritos de los Pech, de Lázaro H. Flores.

El “Parque de los Lamentos”

Por: Ramón Girón Laínez

El General Morazán está muy consternado
porque en el Parque Central se oyen muchos lamentos
al ver tanto pobre por el hambre trastornado,
por falta de empleo careciendo de alimentos.

Ese es el “El Parque de los Lamentos”
que pasa muy concurrido
y al verles el rostro, pienso
si a saber si no han comido.

En este parque hay de todo,
de rameras está saturado
los pobres no hayan que hacer
para conseguir el bocado.

Da lástima este pueblo pobre
que se la pasa llorando
los jóvenes parecen viejos
de tanto estar hambreando.

La pobreza es muy palpable
que el pobre perdió la fe;
en la cafetería “Los Miserables”
venden agua por café.

En este parque hay de todo
más abundan las rameras
vendiendo sus carnes flacas
que no convencen a cualquiera.

¡Ahora hay más delincuencia!
la prostitución se ha incrementado
el pobre sufre demencia
delirando por el hambre
y hablando… solo ha quedado.

Día de la Biblia en Honduras

El día nacional de la Biblia se celebra en Honduras el último domingo de Septiembre.

Esta celebración fue instituida en forma oficial por el Congreso de la República en el año de 1988. La moción fue presentada por Glen Solomon, que en ese tiempo era diputado por el departamento de Islas de la Bahía.

El día nacional de la Biblia es celebrado exclusivamente por las sectas evangélicas, ya que la Iglesia Católica ya tiene definido el día de la Biblia como el 30 de septiembre, en honor a San Jerónimo, distinguido biblista católico autor de la La Vulgata, la traducción de la biblia al latín.

Algunas sectas evangélicas salen a desfilar en las calles este día, portando pancartas exaltando este libro sagrado, que en realidad es una compilación de varios libros. Ellos recomiendan la lectura de la Biblia para encontrar la salvación espiritual y la formación en valores éticos.

Lectura de la Biblia en las escuelas

En el año 2000, siendo presidente del Congreso el profesor Rafael Pineda Ponce, se aprobó una ley que ordenaba la lectura de pasajes selectos de la Biblia en las escuelas. Esta ley, que fue aprobada en forma demagógica cuando Pineda Ponce aspiraba a la presidencia de la República, nunca se puso práctica por ser obviamente anti-constitucional, ya que la Constitución de Honduras establece que la educación debe ser laica.

El decreto que ordenó la celebración del día nacional de la Biblia, declarándola como «libro predilecto de los hondureños», también debería de revisarse, ya que a un Estado laico, como es el de Honduras, no le corresponde legislar en asuntos de religión.