En Honduras este himno se acostumbra a cantar en el día de la madre, el cual cae siempre en el segundo domingo de mayo. Esta celebración tiene su origen en Estados Unidos. Su primera celebración se dio en 1908, cuando Anna Jarvis celebró una conmemoración de su difunta madre en la Iglesia Metodista de St Andrew en Grafton, Virginia Occidental.
La celebración del día de la madre se da en todo tipo de instituciones: educativas, religiosas, gubernamentales, sindicales, clubes sociales, empresas, etc., y en todos los sectores de la sociedad. Ese día la gente se desplaza en todo el país para visitar a sus madres.
En nuestro país esta celebración fue aprobada por decreto 32 del 24 de enero de 1927, durante el gobierno del presidente Tiburcio Carías Andino.
En muchos países lo celebran en fechas diferentes, por ejemplo en Panamá el 8 de diciembre, en Nicaragua el 30 de mayo, en Guatemala, El Salvador y México lo celebran el 10 de mayo, en Costa Rica el 15 de agosto.
Letra: Augusto C. Coello
Música: Rafael Coello Ramos
Coro
En el nombre de madre se encierra
La más alta expresión del amor
Porque no puede haber en la tierra
Una imagen más clara de Dios.
Solo
Cuando abrimos los ojos inquietos
Al primer resplandor de la vida
Es su pálida faz conmovida
Nuestra dulce y primera visión
Y al entrar al ignoto camino
A su sombra benéfica y santa
Cada espina que hirió nuestra planta
La convierten sus manos en flor.
Madre que eres consuelo en el llanto
La esperanza y la fe del camino
Árbol bueno que da al peregrino
El descanso, el abrigo y la paz.
Santifica tu amor de tal modo
Que Dios mismo al morir torturado
Sublimó su martirio sagrado
Con tu beso postrero en su faz.
Como un culto hoy Honduras consagra
A tu gloria inmortal este día
Madre que eres el bien, la alegría,
El amparo, la luz y el perdón.
Que tu excelsa virtud traspasando
El misterio de edades remotas
Se dilata en las cálidas notas
Que palpitan en esta canción.
Pensamientos sobre las madres
«Una onza de madre vale una tonelada de cura».
—Proverbio español
«Infinitos son sólo el cielo con sus estrellas, el mar con sus aguas y el corazón de una madre con sus lágrimas».
—Flaubert
«Solo cuando la madre muere comprendemos lo que vale».
—Anónimo
El padre y el hijo son dos. La madre y el hijo son uno.
—Lao Tse
«Para el hombre que tuvo una buena madre, son sagradas todas las mujeres».
—Richter
«Mi madre me dijo: ‘Si eres es un soldado, llegarás a general. Si eres es un monje, llegarás a ser Papa’. En lugar de eso, fui un pintor y me convertí en Picasso.
—Pablo Picasso
«Todo lo que soy o espero ser, se lo debo a la angélica solicitud de mi madre».
—Lincoln
«Siempre serás un niño mientras tengas una madre a quien recurrir».
—Sarah Jewett
«El destino futuro de un hijo es siempre la obra de la madre».
—Napoléon Bonaparte