La secta Moon sigue operando en Honduras

El reverendo Moon y su esposa 

La secta Moon, conocida también como Iglesia de Unificación, ha recibido atención de la prensa internacional por la realización de bodas masivas.

En Honduras, la secta Moon apoyó en los años 80’ a la APROH, una influyente asociación de hombres de negocios que luchaban contra el comunismo. La APROH era dirigida por el extinto General Álvarez Martínez, quien fue acusado de numerosas violaciones de los derechos humanos.

A finales de los años 90’s la secta Moon hacía proselitismo en pleno parque central de Tegucigalpa, donde mujeres de origen asiático vestidas de blanco abordaban a los capitalinos para ‘evangelizarlos’. Aquí también se realizaron bodas masivas, reportadas como algo curioso por la prensa local. La secta publicaba su periódico “Tiempos del Mundo” en Honduras.

Con la atención de los medios hondureños, también vinieron las críticas de los religiosos, de evangélicos y católicos, por lo que el gobierno decidió cancelarle la personería jurídica a la secta, y expulsó del país a sus misioneros extranjeros.

La secta Moon, o Iglesia de Unificación, fue fundada por el Reverendo Sun Myung Moon, un pastor coreano adorado por la secta como el Mesías del Segundo Advenimiento y Padre Verdadero.

El Reverendo Moon enseña que Jesucristo falló en su misión, porque murió en la cruz cuando el plan original era que Cristo se casara y tuviera hijos. El nonagenario Moon cree que donde Cristo falló, el está teniendo éxito.

La secta Moon fue fundada en Corea en 1954 con el nombre oficial de Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial. El nombre original de Moon es Yong Myung Moon.

Debido a sus doctrinas escandalosas, ofensivas para el mayoritario pueblo cristiano, la secta Moon se esconde detrás de organizaciones fachada que son presentadas como inofensivas ONG’s, como ser:

  • Federación de Familias para la Unificación y la Paz Mundial
  • Federación de Mujeres para la Paz Mundial
  • Federación de Jóvenes para la Paz Mundial
  • Federación para la Paz Universal
  • Federación Interreligiosa e Internacional para la Paz Mundial
  • Parlamento Argentino de Religiones, etc.

Con estas organizaciones fachada buscan obtener influencia tanto en el campo religioso como en el campo político.

A los cristianos se les atrae con charlas sobre los valores familiares, y a las personas orientadas a la política con la meta de la paz mundial. Después de cierto número de charlas, a los invitados se les va introduciendo en las doctrinas religiosas más controversiales de la secta.

Para obtener prestigio, la secta Moon utiliza a personas famosas en la comunidad para que hablen a favor de sus organizaciones fachada. En Estados Unidos lograron la participación de el ex-presidente George Bush en varias de las conferencias patrocinadas por la secta.

Con su tendencia política de derecha y su defensa de los valores religiosos tradicionales en el área de la sexualidad, la secta Moon busca atraer a los sectores afines a estas tendencias, de ahí que se haya aliado con la derecha religiosa de Estados Unidos y el Partido Republicano.

Desde el principio, la secta Moon tuvo una fuerte inclinación anti-comunista. El reverendo Moon fue el fundador de la Federación Internacional por la Victoria sobre el Comunismo a comienzos de los años cincuenta. En América Latina, a partir de 1980, el anti-comunismo de Moon se canalizó por medio de la Confederación de Asociaciones por la Unificación de Sociedades de América (CAUSA), la cual contaba entre sus líderes a personas de otras religiones.

Luego de la caída de la Unión Soviética las actividades de CAUSA bajaron en intensidad, y la prioridad de la secta se trasladó a la lucha contra la inmoralidad sexual.

Actualmente en Honduras la secta Moon está operando por medio de la organización de fachada Federación para la Paz Universal (UPF, por sus siglas en inglés), la cual tiene su sede principal en la colonia Altos de Miramontes en Tegucigalpa, cerca de la radio Stereo Azul, en un edificio de cuatro plantas. En esta sede de Tegucigalpa vive un grupo de seguidores de la secta que diariamente se levantan a las cuatro de la mañana para rendirle culto a la fotografía del reverendo Moon.

En ese local han realizado varias bodas colectivas, aunque no tan masivas como las que el reverendo Moon hace en Corea. Los matrimonios se hacen de forma arreglada, la secta decide quién se casa con quién. A veces una de las personas que se une en matrimonio no se encuentra físicamente en la sede en Tegucigalpa, por lo que se hace uso de una fotografía o cámara web. La secta Moon se enorgullece de unir en matrimonio a personas de diferentes nacionalidades y culturas como una forma efectiva de realizar la paz mundial.

La secta Moon cuenta en Tegucigalpa con personal que se dedica a infiltrarse en otras organizaciones religiosas. Han intentado infiltrarse en grupos de la Iglesia Católica, en los mormones, en la Fraternidad Internacional de Hombres Cristianos de Negocios, en la Iglesia Cristiana Vida Abundante, en la Iglesia Gran Comisión, Centro Cristiano Internacional, etc. En algunas ocasiones han tenido éxito.

Aunque la secta Moon en Honduras es numéricamente inferior a otras sectas religiosas más conocidas, ha logrado el apoyo de reconocidos líderes políticos hondureños, testimonio de lo cual son unas fotografías que guardan de la vista del público general en su sede en Tegucigalpa. Con estas fotografías, en las cuales aparecen algunos ex-presidentes de Honduras, ellos tratan de establecer en sus adoctrinados la idea que su secta goza de mucho prestigio.

Es posible que algunos de estos líderes hondureños hayan sido sorprendidos en su buena fe por la secta, ya que esta no se presenta directamente como una secta religiosa, sino que utiliza sus organizaciones de fachada que aparentan luchar por causas nobles como simples e inofensivas ONG’s.

La secta Moon, por ejemplo, por medio de una de sus organizaciones fachada pretendía en el año 2006 conceder el premio de “Embajador de la Paz” en un hotel capitalino al cardenal Óscar Andrés Rodríguez, pero éste se dio cuenta de la trampa y no aceptó el galardón de la secta.

Sin embargo, algunos líderes católicos se han mostrado complacientes con la secta Moon. El papa Juan Pablo II recibió el 6 de diciembre de 1985 en audiencia privada a miembros del AULA (Asociación por la Unidad de América Latina), otra organización de fachada de la secta Moon.

En el año 2001 fue muy sonado el caso de la boda del obispo africano Emmanuel Milingo bajo la bendición del reverendo Moon.

En Honduras, la secta Moon se jacta de tener la colaboración de fray Abel del Pilar, quien trabaja con los Hermanos de la Misericordia de Belén en un asilo de ancianos en la ciudad de La Paz.

En Choluteca, el sitio de la UPF en inglés reporta que el alcalde Quintín Soriano y su esposa participaron en el 2008 en una serie de tres conferencias del programa “El Rol de la Juventud en la Meta de la Paz”, y se dice que en el marco de esas reuniones un miembro de la Corporación Municipal alabó el trabajo del reverendo Sun Myung Moon identificándolo como “un campeón en la promoción de la paz a través de los valores y visión de la UPF”.

La secta Moon en Honduras también se jacta de que en enero del 2009 impartieron un taller sobre el tema de la coordinación de los esfuerzos de voluntariado de las ONG’s a más de 30 organizaciones en su sede en Tegucigalpa.

El dirigente de la secta Moon en Honduras es el periodista Alfonso Anariva Cálix, quien es director de noticias del canal de televisión Jesus Broadcasting Network (JBN), propiedad del político liberal y pastor evangélico Esteban Handal Pérez, y de Radio Monumental. El señor Anariva fue diputado por el Partido Liberal de Honduras y candidato a designado presidencial por la corriente Acción Social del mismo partido.

Fotografía del Peñasco

Por: Eduardo Bähr

Un fotógrafo se metió en el peñasco para hacer una foto curiosa.

Había experimentado con tres botellas de cerveza, una sobre el pico de la otra y la última hacia arriba. Pero indefectiblemente el cristal regaba el suelo antes de apretar el botón.

También se había presentado de improviso en el teatro y había sorprendido al divo en el momento de inseguridad en que estaba más sincero; pero la capa de maquillaje se le derretía siempre en el cuarto oscuro.

Los tres jurados de un concurso, después, le salieron con mucosidades en las barbas, y eso era anti-estético. Los maricas le salían siempre tristes y las mujeres señalaban siempre, también, en un mapa el río de aceite que no tendrá jamás un pez. Los niños le gastaron rollos de alambres de púas, que, como sabemos, se usa para ordeñarle sangre a las vacas.

Los negros no le dieron nunca un contraste, a pesar de la sangre blanca de arroz que le transparentaba la nariz y el usted tiene un tesoro de folclor de inocente indecencia. Por otra parte, el ser amigo de los negros, por cuestión de un material que le había salido muy pálido, no le servía para encontrar el tema. Así se quedaban ellos incomprensiblemente furibundos y él pensando en las paradojas de la amistad.

Los “gringos” eran un tema apasionante, pero nunca pudo captar —cuestiones de UPI, AP y Astrología— el momento en que uno de ellos, con la firme creencia de la identidad, le llamaba teatralmente a otro “hijo de perra”. Además, y esto era la clave del enigma, el otro respondía invariablemente con una pastilla de chocolate.

El fotógrafo estaba cada vez más triste, porque sabía que si retrataba a su pariente iba a salir una declaración en papel sellado en la que se declaraba una transmisión vergonzosa que tendría que reclamarle a él sabía bien quién.

Sorprendió al maestro enseñando los secretos temerosos del coito, pero asociándolos misteriosamente con la teoría de la plusvalía. Y, de paso, no podía trabajar con la tiza en la garganta en una explicación de la propia anhelada creación; además de que no podía soportar tampoco el espectáculo de un señor que no quiere llegar a la superficie porque le faltaría el agua y vénganos con la excusa de que ningún hombre es anfibio.

Había visto al estudiante en el exacto momento de gritar, con irreverente antipatriotismo, que su patria era una mierda; pero no le resultaba genuino que el militar no hubiera respondido con un bayonetazo en honor a la casta y sus honrosas excepciones; aunque le hubiera gustado, eso sí, fotografiar la expresión de ternura del indígena vestido de caqui; mas él y el comercio de fotografías saben que en las novatadas lo pusieron a masturbar a un mono y que, si se hizo el estoico, le grabaron el nombre de su novia en la tetilla izquierda con una yilet y que por eso, y porque su novia no se llamaba Eva, se le había puesto de sal el rostro.

Claro que no estaba dispuesto a gastar esos valiosos pasos que se dan con riesgo de usar en balde su segundo de existir. Esa era la razón fundamental por la que se había sentado en medio de la calle a descansar, aunque estaba consciente de que la catalepsia del reposo también hace avanzar la vida. Sin embargo, la verdad jurada era que ya no encontraba el arquetipo de la actualidad, y esto que había penetrado en un templo estereofónico y fijado, esa vez, en su mente, que la muchedumbre pudo haberle roído los dientes y las uñas de los pies.

Cada vez se iba poniendo más viejo por la falta de risa. Y era sincero: su sueño no se relacionaba, en manera alguna, con la puta ebria que le besaba las llantas al yip, ni con el comunista que dejó olvidado el calzoncillo anónimo y multitudinario en el momento en que la madrugada le pegaba un golpe de noche al sol sifilítico de todos los tiempos.

Sabía también algo acerca de muchos recontra a saber qué que escribían poesía como aquel que vendía crucifijos de lodo a un montón de merecedores y, aunque había auscultado en sus espaldas, no lograba sino retratar una cara de condescendencia y de yo jamás sabré cuan divinamente imbécil soy que no le servía ni para un concurso.

El fotógrafo metido en el peñasco se consumía ya y pensaba para sobrevivir que la razón enajenada está siempre libre en la palabra viva, y así: coturno aveníceo dominguero gabarrero plausiblemente garaje entropillar mayorazgo asedio asesar y un gorgoteo le hacían sentir que todavía estaba vivo.

Pero sentado se consumía.

Y pensando, se consumía.

Y no dormía y se consumía el miserable fotógrafo que creía en la autenticidad se consumía.

Hasta que encontró una dulce somnolencia que lo llevó al dulce mundo de los dulces pájaros, y la dulce luna, y la dulce imagen del hombre eterno de la parra, y la dulce creencia de encontrarse cada vez más libre, y más lejano y más…

Porque en este país tiene todo fotógrafo la obligación de irremediablemente consumirse.

Tomado del libro Fotografía del Peñasco de Eduardo Bähr. Ediciones Kukulcán. 1960.

El Sisimite

Por: Javier Durón Padilla

Según se cuenta, el sisimite es un animal parecido a un mono, su cara es como la de una persona, vive en las montañas y es muy enamorado, dicen que si encuentra a una muchacha que le guste, se la lleva y se pierde para no volver jamás. En todos los relatos que se cuentan se dice que procrea un hijo, que es el que más tarde le da muerte.

Su mayor peculiaridad es que sus pies son al revés, o sea que los dedos los tiene atrás y el talón adelante.

Al sisimite se le ha visto después de una quema, ya que al parecer le agrada comer ceniza caliente y oler los troncos de los árboles recién quemados, aunque es vegetariano. Al igual que el SIPE, el cual es de menor estatura, vive en las espesuras de la Montaña de la Flor. Si camina para adelante deja las huellas como si fuera caminando para atrás, y si camina para atrás, deja su rastro como si fuera para adelante.

Dicen que en cierta ocasión vivían dos hermanas con la abuela que las cuidaba. Un día la abuela fue a hacer un mandado, diciéndoles a las muchachas que no salieran, pero una de ellas desobedecía, saliendo a buscar unos mangos, mientras que la otra se quedó haciendo el oficio.

Se llegó la noche y la muchacha no regresaba, por lo que la abuela alarmada, reunió a la gente de la aldea para que le ayudaran a buscar a su nieta.

Cuentan que nunca la encontraron, pero hallaron por todo el monte pares de huellas al revés que llegaban juntas a la cima de un cerro. Por eso dijeron que había sido el sisimite come ceniza que se había llevado a la muchacha para siempre.

Tomado del Libro Leyendas, Azoros y Relatos de mi Pueblo de Javier Durón Padilla. Editorial Hibueras. 2005.

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