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Necesitamos feriados predecibles

Por: José S. Azcona Bocock

Aunque resulta antieconómico e ineficiente visto desde un punto de vista inmediato, tenemos razones para darnos días feriados. Existen algunos de ellos de dudosa validez, como ser el 14 de abril, fecha de fundación de la Unión Panamericana (actual Organización de Estados Americanos), la cual es una valiosa y querida organización, pero la vasta mayoría de los países de América no reconocen este día como feriado nacional. Sin embargo, la mayoría de ellos son aceptados por los diversos sectores como justos y legítimos.

El problema principal con los feriados no es su cantidad, sino su ubicación errática dentro de la semana laboral, o que su aplicabilidad y movimiento son arbitrarios. Hemos visto feriados cambiados, cancelados, reaprobados, etc. resultando en una gran confusión, con todos sus efectos negativos. Por esto proponemos que se haga una tabla única a comienzo de cada año, con criterios permanentes de eficiencia, que permita al gobierno, particulares y empresas hacer una planificación anual.

Existen días festivos los cuales no es factible celebrar en días alternos, los que incluyen el 1° de enero, jueves y viernes santo, 15 de septiembre y 25 de diciembre. Estas son fechas definidas, las cuales no sería prudente pretender racionalizar u organizar de una forma más eficiente. Todos los demás feriados sí son susceptibles a ser celebrados en un día distinto, y por tanto es factible moverlos al lunes más cercano. Su definición puede hacerse en el calendario de conformidad con una sucesión aproximada dentro del mes, como ser “tercer lunes de octubre” (12 de octubre).

Colocar estos feriados los lunes tiene múltiples ventajas. Una interrupción del ciclo laboral dentro de la semana tiene consecuencias negativas en muchas actividades productivas. Está probado que una interrupción del ciclo normal de trabajo durante la semana afecta el rendimiento durante la semana entera. Se elimina el “puente”, ya sea real o psicológico, por lo que el día feriado no abarca al vecino, afectando al mínimo la producción. Los recipientes del feriado también resultan beneficiados, ya que los días libres concentrados son de suma utilidad para emprender actividades no realizables en un fin de semana ordinario. El lunes tiene la ventaja adicional de que corresponde al inicio de la jornada laboral general. No existiendo un final de semana laboral definido (pudiendo ser este viernes o sábado), no se puede aplicar en ninguno de estos días sin crear un puente o hacer el feriado superfluo.

Saber desde inicios de año las fechas de los feriados es de gran utilidad para todos los actores económicos: las empresas pueden planificar sus movimientos de personal, recursos, y ciclos de trabajo. Los ciudadanos podemos planificar nuestro tiempo libre de una forma más efectiva. Lo más importante es la ausencia de incertidumbre: existiendo la absoluta certeza de cuando todas las instituciones estarán fuera de servicio (o activas) conduce a una mayor confianza y orden en la vida nacional.

La eliminación de la arbitrariedad en la fijación de nuestros días festivos y la racionalización de su ubicación dentro del calendario debe resultar en una mejor planificación y eficiencia económica, y en un mejor aprovechamiento por parte de los ciudadanos económicamente activos. Un pequeño avance más en la construcción de una sociedad más eficiente, ordenada, y una mejor calidad de vida para todos.

(2000; L.T.)

Tomado del libro Construyendo una Honduras Mejor de José S. Azcona Bocock.

Procesión de los Angelones en el Día de Difuntos

En otros tiempos, en los que en la ciudad de Comayagua se celebraban las festividades religiosas con más esplendor y solemnidad que ahora, para el día de Finados, dos de noviembre de cada año, las iglesias enlutaban sus naves con largos cortinajes y practicaban solemnes ritualidades litúrgicas.

Desde las cuatro de la tarde comenzaban en todos los templos, las esquilas de difuntos, las que venían repitiéndose de hora en hora, hasta otro día, al amanecer, en que los Sacerdotes celebraban las tres Misas de difuntos, en un solo acto.

A las siete de la noche salía de la Santa Iglesia Catedral, una lúgubre procesión, por todas las calles de la ciudad, con la Cruz alta y los ciriales, encontrándose en aquellos momentos, la ciudad, triste, fría y azotada por los fuertes aquilones de noviembre.

Un sacristán piadoso, portando una palangana de plata y una sonora campanilla, iba enseñando devotamente, el Santo Rosario, y al mismo tiempo pedía a los fieles de la ciudad, una limosna para las Ánimas benditas del Purgatorio.

Al llegar la enlutada procesión, a cada casa, entonaba a grandes voces el canto monótono y quejumbroso que decían: Ángeles somos que del Cielo venimos a pedir pan para el Sacristán… y entonces, el dueño de la casa, lleno de miedo y tembloroso alargaba su mano, por el postigo de la puerta o de la ventana y daba su limosna.

Entonces los Angelones, agradecidos por la piadosa dádiva para el alivio de las benditas Ánimas, entonaban, con las mismas voces estentóreas, este otro canto: Estas puertas son de cedro y las almas en el cielo…

La procesión de Angelones seguía caminando por las calles, rezando el Santo Rosario y cantando el Miserere, hasta llegar a la puerta de la otra casa, en donde repetían su pedimento de limosna para las ánimas, siempre entonando sus monótonos y quejumbrosos cantos.

Pero si desgraciadamente en aquella casa no respondían o no salían a la puerta o postigo, para dar el pan para el Sacristán, entonces los angelones, airados y con voces estentóreas, entonaban este canto: Estas puertas son de hierro y las almas en el Infierno…

Y mientras la funeraria procesión recorría los tristes y silenciosos barrios de la ciudad, las campanas de los templos, plañideras y dolientes, llenaban los espacios con sus esquilas de difuntos; y el viento de noviembre, tétrico y funerario, gemía sobre los húmedos tejados de esta legendaria y conventual Valladolid.

A las diez de la noche, la procesión de los Angelones hacía su regreso hacia la Catedral, en donde se decían las últimas preces, para el alivio y descanso de las Benditas Ánimas del Purgatorio; y después de lo cual, todos los Angelones se dispersaban, entonando el Ave María, para ahuyentar el Demonio que también deambulaba por calles y plazas, en aquella noche de difuntos.

Después de la procesión de Angelones, y como a eso de las doce de la noche, aseguraban nuestros abuelos, que salía de la derruida y antigua iglesia de San Blas, distante como un kilómetro de la ciudad, la macabra procesión de Ánimas, formada de muertecitos que semejaban muchachitas como de doce años, todas ellas vestidas de largos y blancos camisones, con las cabezas peloncitas y los pies desnudos y amarillentos, los que no tocaban el suelo; pues se les veía caminar como a un pie de la superficie, llevando todas, en las manos, candelas encendidas que despedían luces amarillentas, parecidas a fuegos fatuos.

La primera visita que hacían era al Cementerio, en donde todas las tumbas se abrían, saliendo los esqueletos de los difuntos, quienes se postraban sobre las lozas de sus nichos, con los brazos extendidos en forma de cruz, y entonaban, con voces roncas y destempladas, el Miserere.

Después de estos cantos, salían en macabro consorcio, en procesión por las calles de la ciudad, hasta llegar a los cementerios de los viejos conventos de San Francisco y La Merced, en donde repetían sus salmodias y cantos funerarios, entre esquilas y dobles de campanas de los templos que no cesaban durante toda la noche…

Pero si algún curioso se atrevía a salir o a asomarse a la puerta o postigo de la ventana, en el acto volaba una Ánima Pelona y se le plantaba al frente, dándole una candela que despedía  mortecina luz fosforescente, la que, al tomar en la mano el atrevido curioso, se le convertía en hueso de muerto, por lo que el aterrorizado curioso huía lleno de espanto, al interior de su casa, medio loco y con fuerte frío de calentura.

La procesión de Ánimas continuaba deambulando, entre cánticos de tumbas, dobles y esquila de funerarias campanas y bajo la helada y pertinaz lluvia, hasta el amanecer que cantaba el primer gallo, con lo que, como por encanto, se esfumaba y desaparecía aquella macabra procesión.

Momentos después, las campanas de los templos llamaban a los fieles a oír las tres Misas que los Sacerdotes oficiaban, para alivio y descanso de las benditas Ánimas del Purgatorio.

Fuente: Leyendas y Mitos de las Hibueras. Autor: Ramiro Colindres Ortega. Graficentro Editores. 2000

Himno a Cristóbal Colón

Se celebra a Cristóbal Colón por el hecho de haber descubierto el continente americano. Si bien se cree que el continente ya había sido visitado antes por europeos, no es sino con Colón que la gente se da cuenta de la importancia del nuevo territorio que se había encontrado.

Cristóbal Colón descubrió el territorio de lo que hoy es Honduras en su cuarto viaje, llegando a la Isla de Guanaja el 30 de julio de 1502.

Al igual que en otros países, en Honduras se celebra el día del aniversario del descubrimiento de América el 12 de octubre. El decreto que establece esto se firmó se dio el 27 de marzo de 1914.

El 12 de octubre se conoce como el día de la Raza o día de la Hispanidad.

En este himno se celebra a Colón como un héroe inspirado por Dios, lo que está en directa contradicción con la actual letra del himno nacional de Honduras en el que se ve la colonización española como algo negativo.

Esto refleja la controversia que se da entorno de esta figura histórica: para unos es un héroe, para otros un villano.

Independientemente de nuestra opinión sobre este personaje no cabe duda de que cambió la historia del mundo, y que la herencia hispánica forma parte integral de nuestra identidad hondureña: no por nada hablamos español y profesamos en su mayoría la religión cristiana.

Himno a Cristóbal Colón

Letra: Carlos A. Ismendia
Música: Ciriaco de Jesús Alas

¡Loor eterna! al audaz navegante
que una senda ignorada cruzó
y en su barco sublime y triunfante,
dijo fiat y un mundo formó

Entre espumas de dos océanos
que domina una altísima sierra,
separada se hallaba una tierra
de los pueblos del orbe oriental.

Sólo un hombre que Dios ha inspirado
su existencia recóndita sabe
sólo ese hombre posee la clave
para abrirle camino en el mar.

Nada teme aquel sabio abnegado
pues comprende que falta muy poco
para ver sus delirios de loco
convertidos en fiel realidad.

Y así fue cuando todos hacían
al tenaz genovés cruda guerra,
un marino gritó ¡Tierra, tierra!
y la Virgen flotó, sobre el mar.

Cristóbal Colón

Por: Carlos Manuel Arita Palomo

Era un marino valiente y visionario,
su singular proeza es hoy un hito
y tiene resplandores de infinito,
y fue la voz del mar su itinerario.

Tenía un corazón extraordinario,
estaba hecho de bronce y de granito
y casi fue en la historia como un mito
y su nombre en el tiempo es legendario.

Hallar un nuevo mundo fue su sueño
y luchó con tesón y con empeño
hasta que coronó su gran hazaña.

Desde entonces con igual destino
siguen como hija y madre su camino
siempre unidas América y España.

Evangélicos en la guerra ideológica

Por: Marlo René López (1993)

En los últimos años Centroamérica ha sido escenario de largas y terribles guerras civiles que han causado la muerte de miles de personas. Las guerras no sólo se han dado a nivel físico o militar sino también a nivel ideológico y psicológico. Esta guerra ha llevado a los diferentes grupos a hacer uso de todos los medios posibles, hasta de la religión. El protestantismo hondureño no ha permanecido indiferente a esta guerra ideológica. Por lo general el protestantismo ha sido identificado con el capitalismo y la democracia, lo cual tiene sus raíces históricas en el siglo pasado. “La apertura protestante en la religión coincidió con la apertura de los países centroamericanos a la economía capitalista y al control del istmo por parte de los Estados Unidos”.

En el plano político, los Estados Unidos tuvieron como su más firme aliado a Nicaragua, sobre todo durante la dictadura somocista. Después de la victoria del sandinismo, Honduras pasó a ocupar el lugar de Nicaragua y se convirtió de esa manera en baluarte indiscutible del capitalismo y un elemento valioso en la lucha contra el comunismo ateo.

La guerra ideológica ha sido patrocinada por los Estados Unidos y Cuba. La ayuda económica destinada a los contras y a los grupos guerrilleros de izquierda ha sido en algunos casos canalizada por medio de instituciones cristianas. Algunos representantes de la izquierda se han adherido a la llamada Teología de la Liberación. En Honduras esa teología ha tenido poco eco debido a que se desconoce y a que se le teme al comunismo. Sólo entre algunos grupos evangélicos es conocida, tales como la Iglesia Evangélica y Reformada, la Iglesia Menonita y la Iglesia Hermanos Unidos en Cristo, lo cual se debe a su estrecha relación con el Seminario Latinoamericano de Costa Rica.

En el otro extremo se encuentra la derecha religiosa. Según Javier Zamora, el énfasis ideológico de derecha en el contexto religioso tiene sus inicios en los primeros años de la década del setenta:

Con base en documentos como el Informe Rockefeller y otros, que en 1969-70 apuntó que la Iglesia Católica había dejado de ser “un aliado de confianza para los Estados Unidos” en respuesta al Concilio Vaticano II y sobre todo a la Conferencia de Medellín, en los años sesenta, donde se dio a conocer la Teología de la Liberación, el mismo Rockefeller recomendó la penetración de sectas en Latinoamérica.

Más recientemente el Comité de Santa Fe elaboró un informe titulado “Las relaciones Interamericanas: Escudo de la Seguridad del Nuevo Mundo y Espada de la Protección Global de los Estados Unidos”, el cual advierte que:

La manipulación de los medios informativos mediante grupos vinculados a las diferentes iglesias, y de otros grupos de presión denominados de defensa de los derechos humanos, han  desempeñado un papel cada vez más importante en el derrocamiento de gobiernos autoritarios, pero favorables a Estados Unidos, y en su reemplazo por dictaduras antinorteamericanas, comunistas o procomunistas, con un carácter totalitario.

Este informe recomienda en la Propuesta No. 3 del capítulo “Subversión Interna” que “la política exterior de Estados Unidos debe empezar a contrarrestar… la Teología de la Liberación, tal como es utilizada en América Latina por el clero a ella vinculado. Esa recomendación sostiene que:

El papel de la Iglesia en América Latina es vital para el concepto de libertad política. Desafortunadamente, las fuerzas marxistas-leninistas han utilizado a la iglesia como arma política en contra de la propiedad privada y del capitalismo productivo, infiltrando en la comunidad religiosa ideas que son menos cristianas que comunistas.

La acción religiosa de derecha surge como una contrarrespuesta ideológica donde la religión cristiana es la más perjudicada. Según Débora Preusch, del Inter-Hemispheri Resource Center, “la administración Reagan le dio luz verde a la derecha religiosa en los Estados Unidos. El ex-Presidente regularmente hacía acto de presencia en conferencias de grupos religiosos derechistas o les enviaba cartas de adhesión”. Durante el gobierno de Reagan la derecha religiosa aumentó sus actividades y proyección a América Central. Según Preusch:

La oficina de Diplomacia Pública del Departamento de Estado enlistó a líderes de la derecha religiosa para que llevaran sus ideas sobre política exterior a los fieles evangélicos. Cuando el Congreso suspendió el subsidio a los contras en 1984, el Consejo Nacional de Seguridad creó una red de ayuda privada que incluía a pentecostales y carismáticos en el frente contrarrevolucionario de la CIA.

En Honduras este movimiento religioso de derecha se ha manifestado reiterada y públicamente. Un ejemplo de esta manifestación fue la campaña realizada por la iglesia El Cenáculo en Tegucigalpa. El pastor, de origen cubano, organizó una campaña para que la gente escribiera cartas a Reagan apoyando a los contras. En esa campaña participó activamente también la iglesia neofundamentalista Gran Comisión, la cual se autodenomina públicamente anticomunista.

Esta situación ha menguado grandemente, pero permanece latente y no deja de ser un problema para la misionología evangélica de Honduras.

Es cierto que la Iglesia no debe encerrarse en sí misma o permanecer indiferente a la realidad política que la rodea, pero tampoco debe vender su primogenitura por un plato de lentejas. Cualquier acción o partido que la iglesia tome debe calcularse bien a la luz de la Palabra de Dios a fin de permanecer fieles al evangelio de Jesucristo. La fidelidad a Jesucristo no siempre estará en armonía con la participación en un determinado campo ideológico. La Iglesia no debe preguntarse de qué lado debe de estar cuando se trata de proclamar la justicia, la verdad y la igualdad social entre los hombres.

Tomado del libro Historia y Misión del Protestantismo Hondureño de Marlo René López. 1993.