- Al chavista hondureño le gusta hablar en nombre de los pobres, siendo que él es de clase media o acomodada.
- Le gusta hablar en nombre del patriotismo hondureño, critica la injerencia de Estados Unidos, pero alaba la injerencia de Venezuela en Honduras.
- Considera, a pesar de la evidencia en contrario, que hay democracia en Cuba, y que este país es un ejemplo a seguir.
- Que, a pesar de la larga lista de desaciertos de Manuel Zelaya, éste ha sido el mejor presidente en la historia de Honduras.
- Que el criterio para decidir si un presidente es bueno, no es examinar si realiza una buena gestión en su gobierno, sino si tiene relaciones de amistad con Hugo Chávez y los países del ALBA, y si confronta a los empresarios y a Estados Unidos.
- Si este es el caso, todas las críticas que se le hagan a la gestión de este presidente pueden ser desestimadas por provenir de malignos «grupos de poder fáctico».
- El chavista hondureño vive en una realidad alternativa: todos los reportes de la prensa hondureña que hagan ver mal la gestión de Mel Zelaya son falsos hasta que se pruebe lo contrario. O mejor aun, son falsos aunque se pruebe lo contrario.
- El chavista hondureño tiene una visión en blanco y negro de la realidad. Él ve como enemigos y como parte de los malignos grupos de poder fáctico a los que critican a Mel Zelaya y su proyecto de crear una nueva constitución (chavista). En el mejor de los casos considera que los que se oponen a Zelaya son tontos útiles.
- El chavista hondureño es fanático de la lucha de clases y ve la lucha de clases hasta en la sopa. Él cree que más y mejores cosas pueden lograrse mediante la confrontación y el desorden que por medio del diálogo y el orden.
- El chavista hondureño se siente intelectualmente superior, pero no se avergüenza de admirar a un presidente que dice cualquier cantidad de tonterías cada vez que abre la boca.
- El chavista hondureño gusta de adoptar poses de escéptico y rebelde, pero tiene una confianza ciega en sus líderes, y los sigue sin cuestionar.
- El chavista hondureño es un relativista moral, y considera que cualquier cantidad de mentiras y manipulación es aceptable con tal de que conduzcan al triunfo del chavismo en Honduras.
- El chavista hondureño gusta de invocar la religión en su favor, aunque en secreto tiende más hacia el ateísmo y anti-cristianismo, y le gustaría que en Honduras se aprobara el aborto y el matrimonio entre homosexuales.
- El chavista hondureño siente la fascinación de un pirómano al contemplar un bosque ardiendo al pensar en el caos y la destrucción que puede provocar un desorden social promovido por ellos. El chavista hondureño tiende hacia el nihilismo y la auto-destrucción.
- El chavista hondureño cree que rayar las paredes con sus consignas de odio es una expresión de cultura superior.
Radiografia del chavista hondureño
Deja un comentario