Radiografia del chavista hondureño

  1. Al chavista hondureño le gusta hablar en nombre de los pobres, siendo que él es de clase media o acomodada.
  2. Le gusta hablar en nombre del patriotismo hondureño, critica la injerencia de Estados Unidos, pero alaba la injerencia de Venezuela en Honduras.
  3. Considera, a pesar de la evidencia en contrario, que hay democracia en Cuba, y que este país es un ejemplo a seguir.
  4. Que, a pesar de la larga lista de desaciertos de Manuel Zelaya, éste ha sido el mejor presidente en la historia de Honduras.
  5. Que el criterio para decidir si un presidente es bueno, no es examinar si realiza una buena gestión en su gobierno, sino si tiene relaciones de amistad con Hugo Chávez y los países del ALBA, y si confronta a los empresarios y a Estados Unidos.
  6. Si este es el caso, todas las críticas que se le hagan a la gestión de este presidente pueden ser desestimadas por provenir de malignos «grupos de poder fáctico».
  7. El chavista hondureño vive en una realidad alternativa: todos los reportes de la prensa hondureña que hagan ver mal la gestión de Mel Zelaya son falsos hasta que se pruebe lo contrario. O mejor aun, son falsos aunque se pruebe lo contrario.
  8. El chavista hondureño tiene una visión en blanco y negro de la realidad. Él ve como enemigos y como parte de los malignos grupos de poder fáctico a los que critican a Mel Zelaya y su proyecto de crear una nueva constitución (chavista). En el mejor de los casos considera que los que se oponen a Zelaya son tontos útiles.
  9. El chavista hondureño es fanático de la lucha de clases y ve la lucha de clases hasta en la sopa. Él cree que más y mejores cosas pueden lograrse mediante la confrontación y el desorden que por medio del diálogo y el orden.
  10. El chavista hondureño se siente intelectualmente superior, pero no se avergüenza de admirar a un presidente que dice cualquier cantidad de tonterías cada vez que abre la boca.
  11. El chavista hondureño gusta de adoptar poses de escéptico y rebelde, pero tiene una confianza ciega en sus líderes, y los sigue sin cuestionar.
  12. El chavista hondureño es un relativista moral, y considera que cualquier cantidad de mentiras y manipulación es aceptable con tal de que conduzcan al triunfo del chavismo en Honduras.
  13. El chavista hondureño gusta de invocar la religión en su favor, aunque en secreto tiende más hacia el ateísmo y anti-cristianismo, y le gustaría que en Honduras se aprobara el aborto y el matrimonio entre homosexuales.
  14. El chavista hondureño siente la fascinación de un pirómano al contemplar un bosque ardiendo al pensar en el caos y la destrucción que puede provocar un desorden social promovido por ellos. El chavista hondureño tiende hacia el nihilismo y la auto-destrucción.
  15. El chavista hondureño cree que rayar las paredes con sus consignas de odio es una expresión de cultura superior.

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