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Desaciertos del gobierno de Mel


Imagen tomada del blog pixelmachete.

El presidente Zelaya dijo en su discurso de toma de posesión que lo importante son los resultados, no las buenas intenciones. Si le tomamos la palabra a Mel, este gobierno ha sido un desastre.

Pasemos revista a algunos de los asuntos más sonados en los medios.

Imposición de Patricia Rodas como presidenta del Central Ejecutivo del Partido Liberal. Una señora que en los últimos años había permanecido más en Nicaragua y en Cuba que en Honduras, y que tiene el cerebro infectado con un aberrante populismo de izquierdas. No goza de la simpatía de las bases del Partido Liberal. Rodas también ha sido el cerebro (?) ideológico de Mel.

Mel nombra ministros por compromiso. En vez de repartir el poder entre personas de su confianza, Mel decide compartir el poder con las demás corrientes políticas de su partido, quién sabe con qué compromisos.

Mel nombra a un militar como ministro de Seguridad. Nombra a Álvaro Romero, y después de que se allana la casa de Chimirri, Mel lo destituye. Eso no se lo perdonó Mel. Después nombró a otro militar: Jorge Rodas Gamero. Esto ha sido un retroceso con respecto al avance del gobierno de Reina.

Mel acusa al gobierno anterior de crear «bombas fiscales. Cuando fue en su gobierno que se perdió la disciplina fiscal.

Asambleas del Poder Ciudadano. Show político semanal financiado por el Estado. Se suspendió por la viajadera.

Licitación de combustibles. Asunto que tuvo ocupado a los medios durante muchos meses, y que al final quedó en nada, por que después de haber hecho la licitación se dieron cuenta de que no tenían donde almacenar los combustibles. Burda incompetencia gerencial. El «mago» Meyering sacó la mejor tajada en ese río revuelto.

Cambio de hora. Mel quiso imponer un cambio de hora a pesar de la opinión de los expertos. Es que Mel no atiende consejos.

Evaluación de Ministros. Mel va retirando en forma paulatina a sus nombramientos por compromiso, y para ello recurre a un sistema de evaluación por metas. Pero los despidos no siempre concuerdan con las calificaciones. Mel despide a Juan Bendeck por decir la verdad que él mismo tuvo que reconoce al final.

Interminable viajadera. Es el presidente que más viajes ha hecho, y con numerosa comitiva. Mel prefiere viajar en avión particular, a diferencia de los presidentes anteriores, que no tuvieron problema en viajar en líneas comerciales.

Pésima gestión de Orison Velasquez en la Secretaría de Salud. Mel defendió a Velasquez hasta el final, a pesar de las acusaciones de actos de corrupción.

Descuido de la ERP. A pesar de su discurso populista, Mel descuida la Estrategia de Reducción de la Pobreza.

Ataques a la Prensa. Mel ataca a la prensa nacional por darse el lujo de criticarlo. Mel demuestra su narcisismo e intolerancia con la crítica.

Mel acusa a «grupos de poder» de que no lo dejan gobernar. Pero nunca identifica quiénes son esos grupos de poder.

Incesante propaganda mediática. Pareciera que Mel estuviera en plena campaña electoral. Al colocar tanto anuncio del gobierno en los medios dilapida recursos a los que se les hubiera dado mejor uso.

Defensa de Marcelo Chimirri. Cuando allanaron la casa de Chimirri, Mel puso las manos al fuego por él. De no ser por este escándalo, Chimirri estaría todavía en la gerencia de Hondutel. A Chimirri lo acusaron de espiar al propio Mel. ¿Qué le debe Mel a Chimirri?

Operación Tijera. Fue una tontería haber puesto a ministros a cortarle la energía a los morosos con la ENEE. A Roland Valenzuela nunca le hicieron nada.

Mel se autonombra gerente de la ENEE. Sin comentarios.

Mel militarizó la ENEE. Le delegó a las Fuerzas Armadas funciones que bien pueden ser desempeñadas por civiles.

Mel saca tanquetas para reprimir a taxistas. Después de que en la campaña electoral los tenía como héroes.

Infiltración de Marcha Anti-corrupción. Se pagó a activistas para que fueran a la marcha anti-corrupción.

Cadenas de una hora. Para dar a conocer sus dudosos logros, Mel crea cadenas obligatorias de una hora en los medios de comunicación. Algo propio de gobiernos dictatoriales.

Creación del periódico «El Poder Ciudadano». De tendencia izquierdoza (pitichavista) con burda propaganda del gobierno de Mel.

Creación del Canal Ocho. En irrespeto a la sentencia judicial que lo prohibía.

El Paseo en el F5. En el que según sus propias palabras, Mel no sabía «si estaba patas arriba, o patas abajo». Mel utiliza como juguete un carísimo bien de defensa del Estado.

Discursos Anti-yanquis. Mel pronuncia varios discursos criticando a los Estados Unidos. Mejor debería hacer una auto-crítica.

Inauguración del ALBA. Se pagó para que fuera gente a los actos de inauguración del ALBA. Mel dejó que Chávez se dirigiera en términos insultantes (pitiyanquis) a los hondureños que no apoyaron el ALBA. Reconoció después que él mismo lo había «ennavajado». Dejó que Chávez se burlara de él en su propia casa. Proclamó que el Partido Liberal es socialista.

La amistad con Daniel Ortega. Cuando Mel va a Nicaragua a felicitar a Ortega por ganar la presidencia, le dice «Cuente con Honduras». Va a Nicaragua a celebrar el triunfo de la revolución sandinista, y en una visita de Ortega a Honduras Mel le sirve de chofer y le enseña aviones de la Fuerza Aérea, poniéndolos a la orden de éste. Ortega es un enemigo de Honduras.

Cierre del aeropuerto Toncontín. Aquí Mel se lució con su intransigencia. Al final, debido a la presión social, tuvo que abandonar esta medida sin sentido.

Rechazo al embajador Hugo Llorenz. Mel rechaza acreditar a Hugo Llorenz como embajador de Estados Unidos, en solidaridad con Evo Morales. Una de las grandes estupideces de Mel.

Mel critica a Estados Unidos por una supuesta injerencia en las elecciones de Nicaragua. ¿Y al criticar esa injerencia… no estaba Mel creando otra injerencia él mismo?

Aumento desproporcionado al salario mínimo. Cuyas consecuencias nefastas todavía están por verse.

Mel conserva a Saro Bonano en la dirección de SOPTRAVI, a pesar del mal estado de carreteras debida a su pésima gestión. ¿Qué le debe Mel a Bonano?

«No me amenaces». Mel toma a changoneta las advertencias de acciones legales contra el salario mínimo cantando la canción «No me amenaces». Mel toma los asuntos de gobierno como capricho y pleito personal.

Nombramiento de Patricia Rodas como canciller. ¿No pudo encontrar a una persona más equilibrada para tan delicado puesto?

Indemnizaciones a María Martha Díaz y a Milton Jimenez. Un notorio acto de corrupción a la vista de todos.

Intento de Golpe de Estado. La cereza en el queque. Mel manda emisarios a amenazar a los diputados con un golpe de Estado.

Y la lista continúa…

El falso anti-capitalismo de Mel

Me ha tocado escuchar varias veces el reciente discurso de Mel en la 63 asamblea de las Naciones Unidas.

La impresión general que me dio es la de un quijote que busca destacarse y llamar la atención, no la de un estadista que busca favorecer al pueblo. Por que no hay mucho que ganar con tales discursos, y no es suficiente declamar discursos altisonantes para convencer a otros gobiernos.

Por momentos da la impresión de que Mel es un socialista, un socialista que no cree en el mercado: un comunista.

Vean sino esta parte:

Nuestros pueblos, nuestra región, en estos dos últimos siglos de la humanidad han resistido con heroísmo, dignidad, con estoicismo los embates de este sistema cruel que nos gobierna, el propio Juan Pablo Segundo llegó a llamar a este sistema capitalismo salvaje, la inmoralidad del sistema mercantilista instrumentaliza al hombre y la mujer para convertirlos en simples mercancías, en números, las despiadadas y demoníacas leyes del mercado invisible que sólo satisfacen la riqueza y el poder de unos pocos, frente al detrimento de las grandes mayorías de nuestra sociedad.

Frente al perjuicio que resulta del sistema de mercado ¿Qué es lo que propone Mel?

…primero hay que tomar la función del Estado desde el punto de vista del compromiso social, hay que poner el capital al servicio de construir una verdadera sociedad equitativa, el propósito no debe ser destruir el mercado, sino simplemente una economía social de mercados.

El capital debe existir pero con límites, definir los límites del capitalismo para terminar con sus leyes de la selva primitivas, el propósito no será eliminar la libre empresa ni el libre mercado, sino ponerle límites y controles a los abusos…

Mel parece no darse cuenta de la contradicción que propone. Un mercado limitado no es un libre mercado, sino un mercado regulado. Mel quiere acabar con el libre mercado por que le parece que es muy «salvaje» y «demoníaco».

Pero si es tan salvaje y demoníaco como dice, no parece que baste con ponerle algunos límites para domesticarlo. Si Mel fuera congruente con su denuncia del mercado trataría de eliminarlo en vez de reformarlo.

En efecto, esta es la única solución duradera. Es necesario eliminar el mercado para crear un sistema económico que ponga en primer lugar a la persona humana y no a fuerzas ciegas incontrolables. La verdadera solución no es un comunismo autoritario, sino un comunismo libertario. La producción debe orientarse directamente a satisfacer las necesidades humanas, en vez de al intercambio comercial. Se debe eliminar el sistema de salarios y el dinero para dar paso al trabajo voluntario y al libre acceso.

Ver discurso completo.

Mel y los combustibles

Mel Zelaya

En su campaña política Mel prometió bajar el precio a los productos de la canasta básica, bajar el precio de los medicamentos, al transporte, a la energía… Decía: «Ayúdenme a bajar a los nacionalistas del poder para bajarle el precio a los productos.»

No sé cuantos hondureños habrán creído en esas promesas demagógicas. Hasta el día de hoy no estamos seguros que Mel haya ganado legalmente las elecciones.

El proyecto estrella de este gobierno del poder ciudadano era la licitación de combustibles dirigida por el «experto» norteamericano Robert Meyering (el «mago» Meyering). El prometía una rebaja substancial. Meyering «se echó a la bolsa» a muchas personas honorables con buenas intenciones, por que no pudo cumplir con lo prometido. Este fracaso debería hacernos cuestionar la excesiva credulidad hacia los auto-denominados expertos. Una dosis de escepticismo siempre es necesaria.

Y es que era fácil preveer el fracaso de la tan cacareada licitación. En primer lugar había que tener en cuenta el poco volumen relativo de la demanda hondureña de combustibles con respecto a la demanda mundial, lo que hacía parecer lejana la posibilidad de un sustantivo «descuento por cantidad» producido por una importación masiva. A ello había que sumarle las dificultades para el almacenamiento y distribución del producto de la licitación.

Pero el torpe «Poder Ciudadano» hizo las cosas alrevés: primero efectuó la licitación y luego se dedicó a investigar donde se habían de almacenar los combustibles. Decidieron -arbitriamente- expropiar la gasolinera Dippsa, cuyo gerente general, Henry Arévalo, desapareció por meses dejando sin efecto la orden de expropiación, la cual requería su presencia.

Después el asunto se fue olvidando. La atención mediática se centró en otros temas de actualidad, y ya nadie parece recordar el error monumental de este gobierno. No hay nadie que reclame responsabilidad administrativa.

¡Qué fácil es desviar la atención de los hondureños! Aquí los escándalos son pasajeros y pronto son eclipsados por otros escándalos más recientes. Vivimos en un circo permanente, o más bien, en una tragicomedia. Y somos espectadores, no actores.

Y ahora viene Hugo Chávez prometiendo combustibles con un módico financiamiento y con un interés tan bajo que Yani Rosenthal dijo que sería de tontos no aceptarlo.

Pero nos aclaran que el combustible no bajará de precio, en cambio, el ahorro en efectivo será destinado a «proyectos sociales», y que incluso parte de la deuda se podría pagar con productos agrícolas.

Y mientras tanto no se soluciona el problema del almacenamiento y la distribución.

¡A otro perro con ese hueso!

Nosotros no confiamos en que los fondos públicos se dediquen en forma eficiente a programas sociales. No confiamos en la gestión de este torpe gobierno que comete los errores más básicos de administración.

Y mucho menos cuando el último escándalo sobre la ley sobre el finaciamiento de los partidos políticos nos muestra el grado de cinismo al que pueden llegar los políticos al repartirse como una piñata los fondos públicos.

Es hora de reconocer la verdad: los precios de los combustibles no bajarán. Mel mintió al prometer lo que no podía cumplir.