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Roberto Suazo Córdova, un chusco

Roberto Suazo Córdova pelándose la panza

Suazo Córdova con la panza pelada. Mostró su tórax, hasta la orilla del calzoncillo, ante una red internacional de televisión para hacer creíble su informe de que no había recibido uno o dos balazos en el pecho.

Por Longino Becerra

Dibujo de la cara de Roberto Suazo CórdovaNunca en la historia de Honduras se tuvo, y es probable que jamás se vuelva a tener, un presidente tan chusco en todo lo que hacía y decía. Por ejemplo, cuando sus actos de gobierno, ridículos y torpes, suscitaban la crítica de algunos líderes, como Carlos Roberto Reina, Enrique Aguilar Paz, José Simón Azcona, Hernán Corrales Padilla, Edmon L. Bográn, Arturo Rendón Pineda y otros, él contestaba directamente a través de la radio o la televisión con alegatos incoherentes, de poca altura en su forma y contenido, es decir, muy lejos de lo esperable tratándose de un Primer Mandatario. Uno de esos actos ridículos fue, para el caso, ordenarle al Canciller por ley, Tomás Arita Valle, el 12 de marzo de 1985, que le explicara al cuerpo diplomático que él no estaba loco, acción tomada en respuesta a opiniones sostenidas por algunos de sus adversarios. Otro es cuando el 14 de diciembre de 1984 recibió en casa presidencial a la bruja Martina Rodríguez, originaria de Flores, Comayagua, para que le hiciera saber si se iba a dar la posibilidad en Honduras de que él prorrogara su mandato. Cuando actuaciones como éstas u otras peores eran criticadas, con frecuencia las réplicas de Suazo consistían en dedicarles una canción de moda a sus críticos, entre ellas «El Candado«, «Mil Besos«, y «Querida«, como lo hizo al hablar en Ojo de Agua el 7 de enero de 1985.

Sus discursos improvisados, en los que no estaba la mano de los secretarios, entre ellos Amílcar Santamaría, se caracterizaban por superar, dada su cruda vulgaridad, el sanchopancismo pedestre de quienes no rebasaban el nivel aldeano del insigne escudero de don Quijote. En efecto, durante una conversación sostenida el 19 de julio de 1985 en Casa de Gobierno con varios periodistas, al preguntarle uno de ellos sobre el afán de ampliar el mandato presidencial dos años más, Suazo respondió: «Yo creo que esa masturbación mental de periodistas hablados y escritos que están hablando sobre eso todos los días debe de pasar a la historia. Ya lo expresé, ni un día más ni un día menos en la presidencia de la República». En esa misma conversación, otro de los locutores inquirió sobre si era cierto que él tenía preferencias entre los reporteros y él respondió así: «Bueno, yo no sé si entre los hombres -o lo que sean- del otro lado se sientan celosos porque yo ande con algún reportero ¿verdad?. Creo que son hombres hechos y derechos, y supongo que se refieren a la información que sale hoy.»

Un rasgo muy particular de Suazo es que frecuentemente se refería a sí mismo como en tercera persona, no en primera, lo que le quitaba a sus palabras todo sentido de compromiso. Por ejemplo, durante una polémica radial con Azcona Hoyo, sostenida el 15 de noviembre de 1985 a través de Radio América, en el programa que dirigía allí el periodista Rodrigo Wong Arévalo, habló en el estilo y los términos chuscos que le eran propios. En esa oportunidad expresó: «Que no crea Azcona y los demás catrines de Tegucigalpa que Suazo Córdova se va a morir de nostalgia porque no lo vienen a ver. Yo me crié solo, Rodrigo, tengo mis libros para leer, tengo la Biblia para leer, tengo para escribir muchas cosas que me van a servir mucho en el futuro». Durante una conversación telefónica con el presidente del Congreso, Efraín Bu Girón, sostenida el 29 de marzo de 1985, en plena crisis de poderes, al enardecerse y pedirle su interlocutor que no perdiera la calma, el Presidente contestó: «Si no me violento, si hay hombre tranquilo y sereno ese es Roberto Suazo Córdova».

Pero el colmo de la chabacanería y del escaso respeto de Suazo al cargo que desempeñaba se produjo el 20 de noviembre de 1985 cuando, al ser entrevistado por la cadena hispana de televisión SIN (Spanish International Network), no tuvo empacho en abrirse la camisa y levantarse la camiseta ante las cámaras con el propósito de que se le viera que no tenía ninguna cicatriz en el tórax. Diario Tiempo dio la noticia el jueves 21 en la forma siguiente: «Para demostrar que a él no le habían pegado dos balazos en el pecho, el presidente de la República, doctor Roberto Suazo Córdova, se despojó ayer de su camisa en el estadio de fútbol de la ciudad de La Paz. Todo sucedió cuando periodistas de la Cadena de Televisión SIN le dijeron que en Estados Unidos corría el rumor de que él no sufrió un infarto, sino que había recibido dos perforaciones de bala. En respuesta, Suazo Córdova se despojó de su camisa y camiseta para mostrar que esos rumores eran falsos».


Tomado del libro «Evolución Histórica de Honduras» de Longino Becerra. Editorial Baktún.

Julio Escoto

Por: Mario Argueta

Nació en San Pedro Sula (1944). Cuentista y crítico literario, además de ensayista. Obras: Los Guerreros de Hibueras (cuento). Tegucigalpa, 1967. La balada del herido pájaro y otros cuentos. Tegucigalpa, 1969. El árbol de los pañuelos. San José, 1972. Antología de la poesía amorosa en Honduras, Tegucigalpa, 1975. Casa del Agua. Tegucigalpa, 1975, Días de ventisca, noches de huracán. San José, 1980. Bajo el almendro… junto al volcán (1988), El ojo santo: la ideología en las religiones y la televisión (1990); José Cecilio del Valle: una ética contemporánea (1990). El general Morazán vuelve a marchar desde su tumba (1992). Rey del Albor, Madrugada (1993); Ecología para jóvenes de 10 a 190 años; Todos los cuentos (1999).

Premio Nacional de Literatura «Ramón Rosa» (1975). De él se ha dicho que es «probablemente el primer escritor hondureño que ha abordado la novela con un sentido claro de técnica», de acuerdo a Andrés Morris, mientras que Manuel Salinas lo considera «un narrador nato, ubicándose en la vanguardia de la moderna narrativa hondureña.» Escoto ha definido al escribir «como un hombre en introspección constante, en análisis continuo, en búsqueda de algo que quizás él mismo no ve con suficiente claridad.. es solo un tipo humano diferente, no mejor que el artesano, que el niño que juega en la arena, sino con diferencias, nada más. Sus características le dan una particular visión del mundo, desde luego».

Dirige la revista literaria Imaginación y el Centro Editor, en San Pedro Sula. Máster con especialidad en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Costa Rica. Fue jefe de la Unidad de Comunicación de la FHIA en La Lima, Cortés, Jefe de la División Editorial y Técnica del Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas en Costa Rica. Fue Director Ejecutivo de la Revista Desarrollo Rural de las Américas; Director de la EPUCA. Premio Gabriel Miró, rama de cuento, en Alicante, España; Premio José Cecilio del Valle, rama de ensayo. Su obra El árbol de los pañuelos fue traducida parcialmente al inglés y al polaco y algunos de sus cuentos han sido en Alemania.

Galardonado durante el XII Recital de otoño (1994) en su ciudad natal. Columnista de diario El Heraldo. En su opinión, «el escritor… es en alguna forma el barómetro, el sismógrafo de la sociedad y debe aplicar su inteligencia en advertir sobre aquello que se ve o va mal para la nación. Es su función de orientador de opinión, si quiere ser honesto con sus principios, su creencia y su fe. Venderla al mejor postor es fácil, ha habido y hay tantos casos así en Honduras. Pero hacerlo es cruel, sobre todo en una comunidad tan ausente de luces, tan manipulada y prostituida, tan engañada por quienes buscan únicamente el usufructo del poder».

En opinión de Jorge Eduardo Arellano, Escoto es «el intelectual con mayor conciencia de la identidad hondureña… así lo ha demostrado en su obra tanto de creación como de pensamiento».

Tomado del libro Diccionario de Escritores Hondureños, de Mario R. Argueta.

Obras más recientes de Julio Escoto: Del Tiempo y el Trópico (2002) y Lectura Postraumática del Año de la Guerra (1969) (2010).

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Quién era Marcelo Tinoco

Por Roberto E. González

Marcelo Tinoco

En todo Honduras se sabe que el estadio de fútbol de la ciudad de Danlí se llama MARCELO TINOCO, ¿pero sabe usted quién fue este personaje?

Marcelo Tinoco nació el 16 de enero de 1939 en cuna humilde como la mayoría de los futbolistas en Honduras, su madre, una mujer humilde de nombre Adriana Tinoco, siempre estuvo con él en todo momento.

Marcelo, de oficio carnicero, dio sus primeros pasos en el fútbol bajo la dirección del maestro carpintero y gran jugador y entrenador de fútbol: Pablo Valladares. Éste le enseñó los movimientos básicos de un arquero, ya con esto y su habilidad natural se convirtió en deportista admirado por todos los aficionados de este deporte.

Hablar de Marcelo Tinoco es remontarse a épocas de pundonor, coraje y vergüenza deportiva, donde los jugadores de antaño se entregaban a plenitud minuto a minuto.

Marcelo era de estatura mediana, 1.66 mts. y 150 libras de peso, pero cuando estaba bajo el marco defendiendo los colores del equipo de sus amores era un gigante. Con un estilo suicida que salía a barrérsele a los pies de los delanteros contrarios, hacía que la emoción se desbordara en los aficionados que asistían al campo Julio Verne a ver especialmente sus voladas de esquina a esquina y su seguridad para tomar el balón en sus manos.

Marcelo se convirtió en el ídolo del fútbol para los niños y jóvenes de los años 60 del siglo pasado, muchos niños lo rodeaban antes de cada partido y ya luego cuando el partido iniciaba, se ubicaban detrás del marco donde él estaba.

Esto y más fue el gran Marcelo Tinoco. Su estilo de juego valiente y suicida lo llevó a la muerte. Sucedió en un partido entre DANLÍ vrs. COLINAS, al lanzarse a los pies de un delantero en el momento que éste pateaba al marco el balón. Portero y delantero rodaron por la gramilla, pero Marcelo tuvo golpes internos que quizá por falta de recursos no fue atendido a tiempo. Murió el miércoles 10 de julio de 1968 en su humilde morada.

Con la muerte de Marcelo Tinoco se cierra un histórico capítulo en el acontecer deportivo de la zona oriental.

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Tomado de la revista «Danlí, Leyenda y Misterio».

Don Pedro Nufio y su impacto cultural en Honduras

Por Federico González C.

Pedro Nufio

Don Pedro Nufio

La cultura de la ciudad de Danlí se enriqueció con la presencia del gran educador guatemalteco Don Pedro Nufio, que llegó contratado por la Municipalidad de Danlí que presidía un danlideño de gran visión, educado en Guatemala: Don Francisco Gamero, para que prestara sus servicios en la Escuela donde se educaba la niñez y juventud de esta bella y amada ciudad. Don Pedro trabajaba entonces en el Instituto Nacional de Varones de Guatemala, y su traslado a Danlí pudo llevarse a cabo mediante la intervención de dos destacados danlideños que laboraban en Guatemala: el Doctor Remigio Díaz, que representaba al Gobierno de Honduras presidido por el General Luis Bográn, ante el gobierno del General Justo Rufino Barrios en aquella República hermana y el doctor Antonio Lazo Arriaga, que en ese mismo tiempo desempeñaba en aquella República, la Subsecretaría de Educación Pública. De manera que por la intercesión de estos dos hijos de Danlí y por una concesión especial de aquel gobierno hacia la ciudad de Danlí, fue que el destacado Maestro Nufio pudo venir a esta ciudad en el año de 1883.

En este centro educativo laboró con tesón y con métodos modernos hasta el año de 1887. Pero a iniciativa de varios padres de familia fundó en ese mismo año el Liceo El Porvenir, de carácter privado, pero con la autorización del Ministerio de Educación; en el que iniciaron sus estudios varios jóvenes de algunas ciudades cercanas a Danlí y también danlidenses, entre otros, Francisco Valle Cárcamo, que después cursó estudios universitarios en Guatemala, lugar en el que fijó su residencia destacándose como poeta, prosista y en varios cargos que ejerció. Las labores en este Colegio tuvieron una duración de dos años, es decir, hasta 1890.

Después, de 1891 a 1896, Don Pedro se dedicó al arte fotográfico que realizaba con verdadera maestría. Fundó un estudio fotográfico en Danlí que fue famoso.

En 1897 reactivó sus labores educativas; fundó y dirigió un Colegio de segunda enseñanza para la formación de Maestros y Bachilleres en la ciudad de Danlí. Los primeros egresados de este Colegio fueron Salvador Moncada y Gilberto Gamero, como maestros; Modesto Armijo y Ambrosio Ponce como Bachilleres.

En este Colegio fundó un teatro en el que hizo representaciones de buenas obras de autores españoles. Los artistas eran los alumnos de más edad. La celebración de las fiestas cívicas en este Colegio eran famosas y hacían llegar a muchas personas de varias localidades cercanas.

Algunas destacadas señoritas de la ciudad de Danlí, tuvieron la suerte de realizar estudios de Magisterio bajo su acertada dirección, entre otras, Trinidad Gamero, que ejerció esa noble profesión por varios años.

Don Pedro fue dueño de una personalidad polifacética: Maestro de Enseñanza Primaria y Secundaria con especialidad en Física y Química; conocedor perfecto de los idiomas francés e inglés; artista, pues como ya lo dijimos, gustaba de la literatura, de la fotografía en la que se destacó, y también practicó actividades teatrales. Fue un hombre sencillo, bueno y con sentimientos filantrópicos. Su humildad le ganó el nombre de «Maestro Violeta», que en forma poética le dió nuestro admirado y querido Profesor, el poeta Heliodoro Valle. En resumen, podríamos decir que fue un super-hombre.

Danlí, la hermosa y culta ciudad oriental, fue desde la llegada de Don Pedro Nufio, como un faro de luz que irradiaba por todo Honduras, ya que en su seno albergaba un astro de primera magnitud que fulguraba con destellos propios, floreciendo una cultura jamás existida en nuestra tierra; y por consiguiente, la fama de su preparación hacía afluir a la «ciudad de las colinas» estudiantes de toda edad de las diversas latitudes hondureñas.

En Danlí, Don Pedro formó su propia familia, casándose con la virtuosa Señorita María Gallardo, con la cual procreó cuatro hijos: María, Gustavo, Héctor y Pedro. También formaron parte de su familia las señoritas Marina y Clementina Gallardo, sobrinas de su esposa y asimismo, dió albergue y protección en su hogar a otras personas más.

CARGOS EDUCATIVOS DE DON PEDRO EN TEGUCIGALPA

Don Pedro se traslada a la Capital de la República.

Por su fama de gran educador, el Gobierno de Honduras lo nombró Director de la Escuela de Artes y Oficios y de la Casa de la Moneda en el año de 1902.

Después fue nombrado Director del Instituto Nacional Central de Tegucigalpa, en donde estuvo hasta el año 1905. Aquí se graduaron de maestros los jóvenes Cosme García, Miguel Núñez Casco y Cecilio Colindres Zepeda, (1904) y de Maestros y Bachilleres en 1905, los jóvenes Eusebio Fiallos V., Gregorio Selva, Santos Valladares, José Pérez, Manuel Rovelo Landa y otros, algunos de los cuales siguieron estudios universitarios hasta sacar sus títulos de Abogados.

En 1906, el Presidente de Honduras General Manuel Bonilla fundó la Escuela Normal de Varones, y Don Pedro Nufio fue nombrado para organizar y dirigir este nuevo centro de enseñanza. Un magnífico cuerpo de Profesores, inolvidables, colaboró con él en la tarea de forjar hombres para el futuro cultural de nuestra Honduras.

El Maestro Nufio estuvo al frente de la Escuela Normal de Varones hasta el año de 1915, en que obligado por la enfermedad se retiró del cargo.

Murió el 16 de Mayo de 1916 en la ciudad de Danlí. Su muerte llorada por sus innumerables alumnos, fue considerada como una pérdida nacional, decretándose tres días de duelo con suspensión de labores en toda la Nación.

Tomado del libro «Páginas de Oriente» de Federico González C. El título original del artículo es «Danlí, Don Pedro Nufio y la Cultura Oriental y Nacional».

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