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La Virgen de Suyapa es GOLPISTA, según David Romero Ellner

En Globo TV, el periodista David Romero Ellner, quien estuvo en prisión por haber violado a su propia hija, ha asegurado hoy que la Virgen de Suyapa es GOLPISTA, que la han hecho GOLPISTA, por el grado que ostenta de Capitana de las Fuerzas Armadas.

Romero Ellner ha sido uno de los principales defensores de Manuel Zelaya, quien pretendía perpetuarse en el poder por medio de una encuesta de opinión manipulada.

“Si la Virgen de Suyapa fuera tan milagrosa como dicen, debió haber derrumbado el templo para que matara al dictador Micheletti, cuando este llegó a visitarla”, opinó el comunicador social.

Hoy se celebró en el Santuario de Suyapa una alborada en honor a la Virgen a la que asistieron miles de personas.

Hoy tres de febrero se celebra el día consagrado a esa imagen, a la que muchos católicos consideran como la PATRONA DE HONDURAS.

La adoración de la diminuta imagen de Suyapa empezó en el siglo XVIII, y los militares la reclamaron como su patrona décadas antes del supuesto GOLPE DE ESTADO.

A un año del gobierno del Presidente Lobo

El presidente Porfirio Lobo
Presidente Porfirio Lobo

Entre los logros del gobierno de Porfirio Lobo se encuentra haber logrado estabilizar la economía de Honduras después de las secuelas de la crisis política del 2009. Haber logrado el reconocimiento de su gobierno de parte de muchas naciones, después de lo que se percibió erróneamente como un GOLPE DE ESTADO es un paso muy importante.

Este año 2011, la administración Lobo empezó con pie derecho, impulsando importantes proyectos de desarrollo, como ser las ciudades modelo, y los proyectos hidroeléctricos situados en el río Patuca, y los de Jicatuyo y los Llanitos. También inauguró el proyecto de energía eólica del Cerro de Hula.

Lo malo de la administración Lobo es como ha venido manejando el tema político. Después de haber logrado que el Congreso decretara una amnistía para los delitos políticos cometidos en el 2009, Lobo ha porfiado porque el señor Manuel Zelaya goce de una impunidad total, en todos los delitos comunes que se le imputan. Esta injerencia en los asuntos del Poder Judicial lo deja muy mal parado entre los que en Honduras desean que haya un mayor respeto a la ley. La principal causante de la crisis política del 2009 fue el abierto irrespeto al orden jurídico del señor Zelaya, y el presidente Lobo parece no haber aprendido esa lección.

La porfía del presidente Porfirio Lobo en sacar a colación el tema de reelección produce desasosiego entre un sector de la población, ya que se dice que por pretender aprobar la reelección es que el presidente Zelaya fue derrocado. Uno pensaría que un tema que causa tanto nerviosismo debería ser abandonado, pero eso no es lo que piensa el presidente Lobo.

Las reformas del artículo 5 de la Constitución, que permiten la posibilidad de que la población sea consultada sobre el tema de la reelección pone nerviosos a muchos. Más de alguno se pregunta, si el presidente Lobo está deseando seguir los pasos de Zelaya, cuando en su afán por impulsar la “cuarta urna” fue expulsado del poder.

Porfirio Lobo asegura que el pueblo hondureño le dio un mandato en las urnas, para que luchara por la paz y la reconciliación. Pero el mandatario tiene una extraña idea de lo que significa la reconciliación. Él cree, al parecer, que la reconciliación implica pasar sobre el sistema jurídico y la separación de poderes, con tal de favorecer a la facción de Zelaya. Lobo cree que puede apaciguar a los grupos que acuerpan a Zelaya luchando por agradarlos, pero las reacciones de estos grupos, tanto en el plano nacional como internacional demuestran todo lo contrario. Esta complacencia con el zelayismo intransigente lo hace lucir débil ante los ojos de muchos hondureños.

Más preocupante es, el hecho de haber entregado el Instituto Nacional Agrario en manos de un zelayista, César Ham, que al parecer ha utilizado su posición para agravar el conflicto agrario del Bajo Aguan en vez de solucionarlo. Pero el presidente Lobo se niega a destituir este ministro, debido a distorsionada idea de lo que significa la “reconciliación nacional” a la que él identifica como una repartición de cargos en el gobierno.

También se le critica al presidente Lobo por haber creado la nueva Secretaría de Derechos Humanos, en tiempos de crisis económica, cuando el Estado no puede darse el lujo de crear más burocracia. Pero el presidente Lobo lo hizo, porque él cree que con este nuevo ministerio va a lograr apaciguar a los organismos de derechos humanos, que han hecho eco de las difamaciones contra Honduras en este tema.

Un caso muy condenado por la opinión pública fue el haber despojado de la ciudadanía al señor Federico Álvarez, un ciudadano naturalizado de origen costarricence, quién se destacó por la crítica que hacía contra el gobierno de Lobo en el diario La Tribuna. La opinión pública interpretó esta acción como un atentado contra la libertad de expresión. El gobierno aduce que el señor Federico Álvarez no tenía su documentación de naturalización en regla.

A pesar de su clara preferencia por favorecer a los que simpatizan con el ex presidente Zelaya, y por denigrar a los que lo adversan, el presidente Porfirio Lobo gusta de pensar en sí mismo como un político moderado, alejado de los extremismos de izquierda y derecha. Pero la verdad es que, a pesar de provenir de un partido históricamente conservador como lo es el Partido Nacional, el presidente Lobo tiene una clara tendencia de izquierda, lo que deja un tanto perpleja a la vieja guardia del Partido Nacional.

Ojalá que en el 2011, el presidente Lobo se concentre en los proyectos de desarrollo del país, y vaya dejando relegado el tema Zelaya y la reelección. Ya se ha hecho demasiado para apaciguar a los enemigos de Honduras.

Pepe Lobo es un lacayo de Mel Zelaya

Pepe Lobo ha demostrado con sus palabras y acciones que él simpatiza más con la causa de Manuel Zelaya que con los propósitos de quienes los adversan, a pesar de la campaña internacional que quisiera sugerir lo contrario. Y no sólo simpatiza Lobo con Zelaya, sino que para él, los intereses de Zelaya están por encima de los intereses nacionales. Aunque él alegue que todo lo que hace por Zelaya lo hace porque quiere hacer retornar a Honduras a la OEA.

Después del digno papel de Roberto Micheletti defendiendo el orgullo nacional ante una comunidad internacional incomprensiva que denunció como golpe de Estado la legítima defensa de Honduras ante las pretensiones expansionistas del imperialismo chavista representado por Mel Zelaya, a Pepe Lobo le quedó grande la camisa de presidente de Honduras.

Pepe Lobo es indigno de ser llamado presidente de Honduras. Pepe Lobo vende barato el país a sus enemigos. Pepe Lobo ofrece todo sin pedir ninguna garantía a cambio. No había sido juramentado aún como presidente cuando ya se había comprometido a dejar libre a Mel Zelaya, enemigo jurado del Estado de Honduras. A cambio de eso, el presidente Leonel Fernández de la República Dominicana se comprometía a apoyar a Lobo en gestiones para el reconocimiento internacional de su gobierno. La realidad es que estas promesas quedaron en nada, y el gobierno de Lobo sigue sin se reconocido por varios países de América.

Pepe Lobo, antes de asumir el poder, gestionó para que Juan Orlando Hernández, un incondicional suyo, asumiera la presidencia del Congreso Nacional, porque era su deseo tener un Congreso sumiso que no le hiciera oposición. Pepe Lobo buscó desde el principio concentrar en forma anti-democrática el poder en sus manos.

Con un Congreso dominado por una mayoría nacionalista aplastante, conocida como la “aplanadora azul”, Lobo consiguió la amnistía para los delitos políticos de Zelaya. Esto se hizo en forma apresurada, sin echar mano del diálogo para tomar una decisión tan importante.

Mientras durante la crisis política del 2009 Lobo insistía en la necesidad del diálogo entre las partes enfrentadas, siendo ya presidente se complace en ejercer un torpe autoritarismo rural, muy parecido al de Zelaya, y solo habla de diálogo para favorecer las pretensiones zelayistas de convocar a una Constituyente.

Su primer acción importante como presidente de la República, en la toma de posesión del 27 de enero del 2010, fue firmar la amnistía para los delitos políticos de Zelaya y sus secuaces, creyendo ingenuamente que con eso ganaría el favor de los países chavistas para regresar a la OEA. Y su segundo desacierto fue proporcionar un salvoconducto para que Zelaya pudiera evadir la justicia hondureña, escoltando personalmente a Zelaya en su trayecto de la embajada brasileña hasta el aeropuerto para que ninguna autoridad se atreviera a capturarlo.

Evidentemente, Lobo cometió una ilegalidad al facilitar el escape de Zelaya, cuando lo correcto hubiera sido ofrecerle asilo político. Pero Lobo se cree intocable, y no tiene temor de cometer ilegalidades, confiando en que el país ya no puede soportar los efectos de otra destitución presidencial. Es de de lamentar que las primeras acciones de Lobo hayan llenado de vergüenza a la hondureñidad violando la ley que en ese mismo día prometió cumplir.

Lo irónico es que después de haber dejado escapar tan fácilmente a Zelaya, ahora no haya como hacer para lograr que regrese, bajo las presiones de la “comunidad internacional” que pone el regreso de Zelaya con total impunidad como una de las condiciones para normalizar plenamente sus relaciones con Honduras. Por eso Pepe Lobo insistió durante todo este año que quería favorecer el regreso de Zelaya, garantizándole que no iría a la cárcel y que podría defenderse en libertad.

Estas declaraciones de Lobo constituyen un claro desafío a la independencia del Poder Judicial. Y en el colmo de su servilismo hacia Zelaya, Lobo se ofreció a ir personalmente a traerlo de República Dominicana a Honduras, para garantizarle que nadie lo va a capturar. Aunque Pepe Lobo bien sabe que no le corresponde a él decidir sobre la suerte de Zelaya, sino al Poder Judicial. Será el juez encargado de dirigir el juicio de Zelaya cuando él venga el que decidirá si Mel puede defenderse en libertad o no.

Pese a todos los esfuerzos de Lobo para que Zelaya goce de impunidad, Mel no hace más que tratar con desprecio a su fiel servidor Lobo. Zelaya sigue desconociendo todo el estamento jurídico del Estado de Honduras, alegando que hubo un golpe de Estado que anuló toda legalidad. Y esa es su excusa para no dar cuenta de sus delitos. Tanto servilismo de parte de Pepe Lobo disminuye la auto-estima nacional, que estuvo muy en alto en la gestión de Micheletti.

Pepe Lobo dice: “No quiero ver preso ni a Zelaya ni a los militares”. Insinuando así que los militares fueron culpables de un golpe de Estado. De hecho, en España dijo muy orondo que lo que sucedió en Honduras “fue un golpe”. Con este tipo de declaraciones Pepe Lobo le da la razón a sus enemigos que quieren deslegitimar su gobierno. En su afán de quedar bien con Mel se desprestigia a sí mismo y de paso desprestigia al pueblo hondureño que lo apoyó con su voto.

Otro desacierto de Lobo fue su gestión para nombrar unos defensores de oficio para Zelaya, que lo defiendan, a pesar del rechazo de Mel a someterse a un sistema legal que él desconoce. Esta aberración jurídica que busca la impunidad de Zelaya no hace más que provocar comentarios hirientes del supuesto beneficiado.

También resulta preocupante la inseguridad jurídica provocada por el problema agrario en el Bajo Aguán, en la que el ministro zelayista del INA, César Ham, atiza el fuego del conflicto en vez de buscarle una solución legal, y a todo esto Lobo se rehúsa a destituirlo.

Ante toda esta actuación deplorable de Lobo, resultan naturales las críticas de los hondureños preocupados, a las que Lobo responde con desparpajo, acusando a los que lo adversan de ser extremistas que se oponen a la reconciliación nacional.

Lobo ha cometido la grosería de quitarle la ciudadanía hondureña a Federico Álvarez, un hondureño naturalizado que lo ha criticado por sus desaciertos. El ministro de gobernación, Áfrico Madrid, argumentó falazmente que por ser ciudadano naturalizado no tenía derecho a participar en política y que las críticas que Álvarez hacía desde su columna en La Tribuna eran una injerencia política de parte de un extranjero. Lo cual es falso. Todo hondureño naturalizado tiene los mismos derechos que un hondureño de nacimiento, a excepción de poder aspirar a la presidencia.

Al quitarle la ciudadanía a Federico Álvarez el gobierno de Lobo ha cometido un grave atentado contra la libertad de expresión en Honduras, actuando vengativamente, en contra de su promesa de buscar la reconciliación nacional. Y ante la lluvia de críticas que como es natural le vinieron por esta acción, el arrogante Lobo, en vez de rectificar, amenaza con quitarle la ciudadanía a más hondureños naturalizados, asegurando tener una lista de cinco individuos más a los que se le quitará su ciudadanía.

Y mientras tanto, la prensa chavista-zelayista sigue arremetiendo contra el gobierno de Lobo, fabricando en su contra escandalosas acusaciones de violaciones de los derechos humanos que ni ellos mismos se creen. De nada servirá la reciente creación de una Secretaría de Derechos Humanos para parar la avalancha de denuncias sin fundamento, mientras la máquina internacional de propaganda chavista siga trabajando a todo vapor para desprestigiar a Honduras

Pese al servilismo de Lobo, Honduras sigue fuera de la OEA. De nada sirvió ir más allá de lo pactado en el tratado Tegucigalpa–San José, porque la “comunidad internacional” sigue inventando más condiciones para aceptar a Honduras como un miembro con plenos derechos en el concierto de las naciones. Los chavistas no perdonan que Honduras se les haya escapado de las manos y no descansarán hasta tenerla de nuevo bajo su control.

Los temores de la derecha hondureña

Lo que impulsó el derrocamiento de Zelaya fue el miedo, el miedo de que se convirtiera en un dictador chavista. Este miedo le dio fuerza al gobierno interino para soportar la enorme presión internacional en su contra.

Pero ahora, ese miedo cobra factura cuando impide actuar en una forma racional ante los desafíos que enfrenta el país.

Las acciones del presidente Lobo son comparadas con las que tomó Zelaya en su tiempo, y al hallar cualquier parecido se procede a sonar las alarmas. Que si Zelaya era autoritario, y Pepe también tiene inclinaciones autoritarias, eso significa que van de la mano por el mismo camino del chavismo.

Si Mel Zelaya se enfrentó a la Corte Suprema de Justicia en el asunto de la cuarta urna, y Pepe Lobo hace algo parecido con el asunto del Canal 8, eso quiere decir que Pepe va por el mismo camino de Mel, y merece el mismo castigo. Así razonan, con extraordinario simplismo.

Como la OEA y la ONU condenaron lo que entendieron como un golpe de Estado en Honduras, hay militantes de derecha que rechazan por principio cualquier ayuda en temas de justicia y derechos humanos que venga de estas organizaciones. Como si no existiera impunidad en Honduras, como si el sistema de justicia fuera super-eficiente que no necesita ser perfeccionado, como si no hubieran violaciones a los derechos humanos en Honduras: así actúan los chauvinistas hondureños, por una mera reacción emocional contra los que consideran enemigos suyos, viendo conspiraciones de izquierda donde no las hay.

Honduras no se puede aislar del mundo permanentemente. Honduras necesita de las ayudas internacionales para financiar su presupuesto, por lo que tiene que ceder en algo ante otros países, aunque se hiera el orgullo de los chauvinistas.

Sobre el Bajo Aguán, dicen que Pepe Lobo está expropiándole las tierras a Miguel Facussé, a pesar de que no se ha emitido ningún decreto de expropiación. No piensan que tal vez Pepe no quiere solucionar el asunto de invasiones mandando a la policía para no producir una masacre y una espiral de violencia, y por eso buscó una solución negociada.

Sobre el Canal 8, el gobierno no le ha expropiado nada a Teleúnsa, solo se procederá a hacer una migración de frecuencia para el canal que ésta había solicitado. Esto no es la primera vez que se hace, por lo que no tiene que causar ningún escándalo. Todas las frecuencias que el Estado asigna le pertenecen a él mismo, quién solo las da en concesión a quien estime conveniente, por lo que no tiene sentido hablar de «expropiación de frecuencias».

Sobre la Secretaría de Derechos Humanos, no hay nada malo en principio con tener tal ministerio. Pero hay quienes ya se están imaginando que esta sería usada en forma vengativa por los zelayistas, y por eso se oponen a ella.

La cultura de la sospecha, la cultura del miedo, el miedo a la sombra de Zelaya, es lo que está cultivando la torpe derecha de este país. Se reacciona en base al miedo, y no en base a la razón.

Así como la izquierda zelayista carece de un planteamiento teórico que la guíe en su accionar, y se basa en puras consignas, así también a la derecha hondureña le hace falta reflexión, y no atina a establecer sus metas y prioridades. Por que no tiene sentido estar hablando de derrocar a Pepe —como algunos lo hacen— por temas que les producen inquietud, pero que no son determinantes, como el asunto del Canal 8.

No es sabio rechazar ayudas para Honduras por los temores infundados de una supuesta conspiración izquierdista para desestabilizar al país. Si viene una Comisión contra la Impunidad de la ONU, hay que darle la bienvenida. Para cualquier cosa que nos pidan, hay que hacer una análisis de costo/beneficio y actuar racionalmente, no basándonos en prejuicios.