En forma sorpresiva fue juramentado Manuel Zelaya como diputado del Parlamento Centroamericano. Los ex-presidentes de Centro América tienen el derecho a acceder a este cargo, solo que en el caso de Zelaya no le corresponde, ya que no terminó su período, y quien tiene el derecho de ocuparlo es el señor Roberto Micheletti.
Y esto a pesar de lo que diga la llamada comunidad internacional, que es de la opinión que se rompió el orden constitucional en Honduras. De hecho, si de verdad se rompió el orden constitucional, entonces la juramentación de Zelaya en el Parlacén tampoco tiene sentido.
Zelaya, quien dice desconocer el gobierno de Lobo y todos los poderes del Estado de Honduras, mal puede representar a algo que él mismo rechaza.
Al respecto, Zelaya dijo: Reconozco a los directivos del Parlacen por darme posesión como diputado de pleno derecho, porque este acto representa un reconocimiento a la institucionalidad y el Estado de derecho de Honduras.
Declaraciones que son totalmente contradictorias con lo que ha venido sosteniendo el ex-presidente. ¿O es que Mel ya reconoce el gobierno de Pepe? O peor aun… ¿será que Mel cree que él sigue siendo el presidente de Honduras? Las contradicciones lógicas saltan a la vista. Pero esto no es de extrañar, porque es parte del estilo absurdo del fracasado ex-presidente, quien al parecer le tiene sin cuidado la lógica.
¿Qué capacidad de gobierno puede tener una persona que ni siquiera puede pensar en forma coherente? No dejo de asombrarme por los intelectuales adictos a Mel.
Es una vergüenza para Honduras que Mel esté ocupando ese cargo en el Parlacén, por que a pesar del bajo perfil de ese organismo, no parece correcto que alguien que le ha causado tanto daño al Estado y al pueblo de Honduras venga a recibir un sueldo de parte de ese Estado al que tanto agredió. Estado que él ni siquiera reconoce.
El presidente Lobo, lamentablemente, está dispuesto a dejar a Zelaya en ese cargo en aras de una dudosa reconciliación nacional. Ante la desidia de Lobo por defender la dignidad nacional, lo que correspondería es que el Poder Judicial pida al Parlacén que le quite la inmunidad diplomática al señor Zelaya, y que se le suspenda del cargo.
Pero sabemos que este asunto se ha politizado tanto que una acción legal internacional contra Zelaya tiene poca oportunidad de tener éxito. Zelaya podría mantenerse en el Parlacén aun con la negativa de Honduras.
Lo que cabe esperar de Zelaya en el Parlacén es que utilice su puesto para seguir perjudicando a Honduras.