Archivo por años: 2009

Testamento de Francisco Morazán

Esto lo saqué de un viaje Libro de Lectura de quinto grado. (Cuando el quinto grado era el último de la escuela). Miguel Navarro, 1945.

San José: 15 de septiembre de 1842 – Día del aniversario de la independencia cuya integridad he procurado mantener.

En el nombre del autor del universo en cuya religión muero.

Declaro: Que todos los intereses que poseía, míos y de mi esposa, los he gastado en dar un Gobierno de Leyes a Costa Rica, lo mismo que dieciocho mil pesos y sus réditos, que adeudo al señor General Pedro Bermúdez.

Declaro: Que no he merecido la muerte, porque no he cometido más falta que dar libertad a Costa Rica y procurar la paz a la República. De consiguiente, mi muerte es un asesinato, tanto más agravante, cuanto que no se me ha juzgado ni oído. Yo no he hecho más que cumplir las órdenes de la Asamblea, en consonancia con mis deseos de reorganizar la República.

Protesto que la reunión de soldados que hoy ocasiona mi muerte, la he hecho únicamente para defender el departamento de El Guanacaste, perteneciente al Estado, amenazado, según las comunicaciones del Comandante de dicho departamento, por fuerzas del Estado de Nicaragua. Que si ha cabido en mis deseos el usar después de algunas de estas fuerzas para pacificar la República, solo era tomando de aquellos que voluntariamente quisieran marchar, porque jamás se emprende una obra semejante con hombres forzados.

Declaro: Que al asesinato se ha unido la falta de palabra que me dio el comisionado Espinach, de Cartago, de salvarme la vida.

Declaro: Que mi amor a Centroamérica muere conmigo. Excito a la juventud, que es llamada a dar vida a este país que dejo con sentimiento por quedar anarquizado, y deseo que imiten mi ejemplo de morir con firmeza antes que dejarlo abandonado al desorden en que desgraciadamente hoy se encuentra.

Declaro: Que no tengo enemigos, ni el menor rencor llevo al sepulcro contra mis asesinos, que los perdono y deseo el mayor bien posible.

Muero con el sentimiento de haber causado algunos males a mi país, aunque con el justo deseo de procurarle su bien; y este sentimiento se aumenta, porque cuando había rectificado mis opiniones en política en la carrera de la revolución, y creí hacerle el bien que me había prometido para subsanar de este modo aquellas faltas, se me quita la vida injustamente.

El desorden con que escribo, por no habérseme dado más que tres horas de tiempo, me había hecho olvidar que tengo cuentas con la casa de Mr. M. Bennet, de resultas del corte de maderas en la Costa Norte, en las que considero alcanzar una cantidad de diez a doce mil pesos, que pertenecen a mi mujer en retribución de las pérdidas que ha tenido en sus bienes pertenecientes a la hacienda de Jupuara, y tengo además otras deudas que no ignora el señor Cruz Lozano.

Quiero que este testamento se imprima en la parte que tiene relación con mi muerte y los negocios públicos. Francisco Morazán.

II

El testamento de Francisco Morazán es la página más bella de nuestra historia. Es la hoja, dijo Marco Aurelio Soto, en que debieran aprender a leer todos los niños de Centro América.

Morazán dictó a su hijo Francisco el glorioso testamento, pocas horas antes de marchar al patíbulo, en medio de los gritos de odio de las muchedumbres ignorantes y fanáticas.

Para mayor vergüenza de Centro América, Morazán fue fusilado el 15 de septiembre; y a la noticia de su muerte repicáronse las campanas en Nicaragua y en Honduras, celebrando el triunfo de la barbarie y la opresión.

Un testigo de la tragedia dice: «El hombre era guapo, porte de guerrero, alto y esbelto. Vestía un traje civil, su fisonomía revelaba firmeza, su mirada centellaba. No quiso ocupar el banquillo, permaneció de pie. Se descubrió; en la cabeza brillaban pocas canas. Con voz segura, entera, exclamó santiguándose:

–En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Después, como si se tratara de una maniobra militar:

–¡Soldados, preparen armas! ¡Apunten, fuego!»

Así murió el más grande hombre que ha producido Centro América. Con ningún otro hombre público del Istmo ha estado unido tan íntimamente el destino de la Patria como con Francisco Morazán. Quiso legarnos una Patria grande, mas las tinieblas no lo comprendieron.

Casi todos los próceres de América tuvieron alguna vez un desfallecimiento, un paso en falso. La vida de Morazán siguió una línea recta. Desde que apareción en la escena pública hasta su muerte, fue ejemplo de sinceridad cívica, de ardoroso amor a la patria, de valor legendario y de ecuanimidad y desinterés personal en todos sus actos.

Francisco Morazán goza de menos fama que Simón Bolívar y Jorge Washington, solo porque el teatro de sus hazañas fue pequeño; y porque las maquinaciones de las clases privilegiadas, la ignorancia y el fanatismo religioso, malograron sus empeños en engrandecer estos pueblos.

No es posible leer el testamento de Morazán sin que se encienda en nuestro pecho la llama de la admiración y el patriotismo. Libre de odio y mezquindad, en todas sus líneas palpita la grandeza moral, la visión del genio y su amor a Centro América.

MORAZÁN

El diplomático y viajero norteamericano John L. Stephens, conoció a Morazán en Guatemala en momentos en que Carrera ponía sitio a dicha ciudad, y en su obra «Incidentes de Viaje en Centro América, Chiapas y Yucatán», lo describe así:

«El General Morazán, acompañado de varios oficiales, estaba parado en el corredor del Cabildo; una gran fogata había frente de la puerta, y sobre una mesa que estaba junto a la pared, una candela encendida y varias tazas de chocolate.

El era como de 45 años de edad, de cinco pies diez pulgadas de altura, delgado, con bigote negro y barba de una semana, con levita militar abotonada hasta el cuello y espada al cinto. Estaba sin sombrero y su fisonomía era dulce e inteligente.

Aunque todavía joven, durante diez años había sido el primer hombre del país y ocho años presidente de la República. Se había levantado y sostenido por su pericia militar y su valor personal; siempre conducía él mismo sus tropas y había estado en muchos combates, siendo alguna vez herido pero nunca derrotado».

Memorias de un patero empedernido

Hace tiempo que había visto el libro en mi casa. Era un libro amarillento y apolillado, con la foto de un patero «fondeado» al pie de una puerta en la calle, una víctima más del alcohol. El título del libro: «¡Desastre!». Se miraba un «desastre» de libro, negativo y aburrido: insignificante. Por eso nunca le hice caso.

Hoy, después de tantos años, empecé a leerlo, y me pareció muy interesante y digno de compartir.

Es la historia de un patero (alcohólico) de Comayagüela, que hizo de su condición un estilo de vida. Una historia que es al mismo tiempo divertida y edificante, graciosa y conmovedora, vulgar y espiritual. Llena de hondureñismos, de nuestras formas de hablar cuando estamos en confianza, de «malas palabras» y expresiones pintorescas.

El autor, Mario Rivera R., nos muestra el singular mundo de la cultura etílica, de la cual el fue un practicante consumado, y este es su curriculum:

Profesión Patero empedernido
Colegios a los que asistió Todos los estancos de Honduras
Materias Guaro, chicha, cususa, alcohol, etc
Maestros que tuvo Todos los pateros de Honduras
Lugares de recreo Aceras, callejones, calles, etc.
Logros obtenidos El desprecio, la miseria, la humillación y el descrédito familiar
Tiempo que bebió Veinticuatro años consecutivos
Especialidades Cususa dentro y fuera del país
Post-Gradudado El Chiverito y otros

Ser patero se vuelve una «profesión», ya que es difícil que toleren a una persona en permanente estado de borrachera en un centro de trabajo, por muy permisivos que sean los jefes.

Don Mario, nuestro autor y protagonista, era ayudado por su padre, el abogado Alejandro Rivera Hernández. Fue así que este podía darse el lujo de beber constantemente sin trabajar durante 24 años consecutivos. Por eso él llegó a decir: «En mi larga carrera de alcohólico, considero sin lugar a equivocación que me he metido una piscina olímpica de guaro».

Pero esto no quiere decir que el señor Mario Rivera haya disfrutado del lujo y el ocio. Cuando no le daban para la bebida, don Mario asaltaba su propia casa, llevándose objetos de valor, vendiéndolos «a precio de gallo muerto» para comprar guaro. Fue por esto que eventualmente salió a vivir a la calle en condiciones lamentables. Dormía en el suelo, junto con otros pateros.

Su refugio para pasar la noche fue frente a la «Escuela Nacional de Bellas Artes», cuando ésta no estaba cercada. A este dormitorio de pateros le llamó «Pensión a los cuatro vientos». Allí hacía él sus necesidades fisiológicas.

Para mantener este maldito vicio, don Mario y sus compañeros recurrían a la comercialización de las «cachas». En el siguiente pasaje don Mario explica qué eran las «cachas» y cómo las comercializaban:

Nuestras casas tenían que estar bien resguardadas de futuras incursiones, porque de lo contrario perfectamente se podía organizar un baile y quedaban sin nada. No existía día del mundo donde no salieran a relucir las oportunas y benditas cachas, por nuestras manos desfilaban artículos de valor, de tamaño y de importancia tales como prendas de valor, ropas de hombre, de mujer, cochecitos de niño, zapatos, prendas íntimas que a veces llevaban la mancha distintiva de la menstruación, indicativo de que no hacía muchos días la habían tenido nuestras hermanas, tía, etc.; en resumen, con nosotros no había nada que escapara.

Para quemar (vender) toda esta gama de cachas, no había que pensarlo dos veces, encaminábamos nuestros pasos a donde el controversial hombre de negocios turbios, TUSA, que en siglas quería decir: T… Trapos, U… Usados, S… Sociedad, A… Anónima. Era un hombre de pequeña estatura, cuerpo enjuto, ojos vivísimos, y más que todo con un conocimiento en su profesión extraordinariamente definido.

El padre de don Mario no podía regalarle ropa o pagarle la pensión en un hotel por que su hijo lo vendía todo para convertirlo en guaro. La buena ropa que le regalaban la vendía, y prefería andar en harapos. Prefería dormir en el suelo que dejar de beber; peor aun, prefería dejar de comer que dejar de beber, y no tenía escrúpulos en burlar la buena voluntad de su padre para así mantener su maldito vicio.

Su padre tenía una paciencia franciscana; a pesar de ser tan malagradecido, él apoyó a su hijo hasta el final, y le mandaba dinero a donde quiera que él estuviera, dinero que él malgastaba en trago.

En su degradación, don Mario tuvo relaciones aberrantes con homosexuales a cambio de dinero. Hasta lo hizo con un señor cura en la misma sacristía. Don Mario se acostó con él mientras sus compinches pateros observaban por el ojo de la cerradura.

Éstos le hicieron la broma de que parecía un «fotógrafo del mercado San Isidro». Y es que antes los fotógrafos metían la cabeza en un manto negro para tomar las fotos. De manera similar don Mario se habría metido en la sotana del cura, con él adentro.

La muerte de su padre complicó las cosas para don Mario, pero éste siguió manteniendo su vicio. Fue cuando don Mario empezó a tener varios hijos cuando empezó a darse cuenta de lo insostenible de su comportamiento, y de lo urgente de la necesidad de un cambio. Encontró trabajo y fundó un grupo de Alcohólicos Anónimos que lo ayudó a mantenerse sobrio.

Y así termina la historia. No sé si don Mario haya logrado mantener su sobriedad, supongo que para este tiempo ha de haber muerto, pero espero que su testimonio no se pierda.

Salvador Nasralla: Lo conoce?

Esta entrevista con Salvador Nasralla la saqué de un viejo número de la revista HABLEMOS CLARO, de agosto del año 1991, edición N°14. En aquel tiempo estaba Rafael Leonardo Callejas de presidente, y éste recién había implementado las medidas de reajuste estructural económico (paquetazos) sugeridas por el FMI. Los militares todavía tenían una posición privilegiada en la sociedad. Estas cosas se reflejen en la entrevista, pero a pesar de eso conserva su interés y actualidad. Salvador Nasralla sigue siendo básicamente la misma persona.

POR: SANDRA MARYBEL SANCHEZ

Aunque sabemos muy poco de como realmente es, le dejamos permanecer en nuestro hogar durante largas horas, todos los fines de semana, porque se dedica a informar sobre una actividad que a los hondureños gusta muchísimo, el deporte.

Se trata de Salvador Nasralla, director de Eventos Especiales de Televicentro quien asegura que tiene que laborar largas jornadas diarias para poder permanecer durante tanto tiempo en nuestras casas y en consecuencia en nuestras vidas.

Salvador nació hace 36 años en Tegucigalpa, tiene 3 hermanas y vive actualmente con su madre, es Ingeniero Industrial y tiene una maestría en Administración de Empresas, graduado de la Universidad Católica de Chile pero según lo manifiesta él mismo a HABLEMOS CLARO su vida gira fundamentalmente sobre su trabajo televisivo que le absorbe tanto que a veces deja de lado hasta las actividades de tipo social.

Por ser muy conocido queremos revelar a ustedes hoy algunos aspectos de su personalidad que no trascienden al público a través de sus programas.

HABLEMOS CLARO: Salvador, tienes amigos?
SALVADOR NASRALLA: En realidad tengo millones de conocidos, pero ningún amigo, para tener amigos hay que disponer de tiempo para cultivarlos y yo no dispongo de él, mi trabajo me absorbe muchísimo, casi las 24 horas.

HC: Pero tienes un confidente, casi todos lo tenemos?
SN: Al igual que no tengo amigos, tampoco tengo un confidente.

HC: Te guardas para tí solo las cosas buenas y malas que te ocurren?
SN: Sí, no tengo necesidad de contárselas a nadie.

HC: Qué se siente no tener a alguien con quien hablar con toda sinceridad?
SN: Si nunca has hablado con nadie, no sientes nada.

HC: Con quién vives?
SN: Vivo con mi madre, nos llevamos bien, creo que ella es quizás la persona que más sabe de mí.

HC: Tienes alguna afición especial?
SN: Ninguna, de niño me apasionaban las estadísticas, sobre todo deportivas, todo lo que tuviera relación con los deportes me encantaba. Me gustan mucho los datos históricos, no me gusta el cine, si me gusta viajar, pero no para trabajar sino en plan de paseo. Quisiera hacerlo más frecuentemente, pero no puedo.

HC: Practica alguna religión?
SN: Creo en Dios, mantengo un contacto permanente con El y siento que siempre está a mi lado, aunque no vaya a la iglesia. Antes lo hice, hasta fui monaguillo, leía las epístolas, ahora mi comunicación con Dios es casera, pero estoy seguro que guía mis pasos.

HC: Mucha mujeres se preguntan porqué no te has casado?
SN: Por la misma razón que no tengo amigos, porque para casarse se precisa de tiempo para conocer a la persona que compartirá nuestra vida, aunque salgo mucho, hasta ahora no he encontrado la mujer con quien desearía ser feliz.

HC: Te gustaría tener hijos, cuántos?
SN: Sí quiero tener hijos, dos me parece un buen número, pero quiero que nazcan dentro del hogar, dentro del matrimonio.

HC: Te parece correcto que se den niños en adopción a extranjeros?
SN: Yo creo que eso no afecta al país y favorece a esos niños, que posiblemente de quedarse en Honduras vivirían una vida de miseria.

HC: Qué tipo de música te gusta.
SN: La música romántica, no me gusta ningún cantante en particular, pero toda la música que es romántica me gusta. Para bailar prefiero la bulliciosa, actual.

HC: Perteneces o simpatizas con algún partido político?
SN: Para nada, creo que los partidos políticos en Honduras ya están obsoletos y que se necesita la aparición de de una nueva organización política que rompa con las tradiciones, pues los partidos que hay son iguales. Lo que los hace diferentes es la gente que se mete a uno u otro, por lograr figuración política y repartirse los puestos.

HC: Entonces no votas en las elecciones?
SN: Casi siempre voto porque el candidato es amigo, por ejemplo en las últimas dos elecciones conocía a los dos candidatos más importantes.

HC: Por quién votaste en ambas oportunidades?
SN: Realmente no me acuerdo, porque decido hasta que ya tengo la papeleta en la mano, pero creo que en 1985 voté por el ingeniero Azcona, yo lo conocía porque jugaba ping pong con él, después por el licenciado Callejas, me pareció un buen candidato.

HC: Qué opinas del actual gobierno, te parece bueno?
SN: Yo no he entrado en detalles sobre la gestión presidencial, habría que estudiarla a fondo para opinar. A veces algunas cosas nos parecen buenas a simple vista y después nos damos cuenta que están malas, otras nos parecen malas y en realidad están buenas. Yo sólo se que el licenciado Callejas es una persona bien intencionada, somos conocidos desde hace unos quince años.

HC: Son correctas las medidas económicas adoptadas por el gobierno?
SN: Si el presidente dice que van a ser buenas, por supuesto que yo lo creo. Pero cada medida económica tiene su costo social y creo que el que se está pagando en este momento es muy alto, sobre todo por que no se trató de dañar menos a las personas de escasos recursos y por que me parece, que el cambio debió hacerse más despacio.

HC: Te parecen correctas las negociaciones con los organismos de financiamiento internacional?
SN: Yo pienso que los negociadores hondureños no fueron buenos, porque pudieron lograr mejores condiciones para lograr el ajuste sin sacrificar tanto a la gente más pobre. Negociar es un arte, no se hasta que punto Honduras tiene gente capaz de hacerlo. En el gabinete económico pueden haber funcionarios muy capaces, pero malos negociadores, muy débiles al momento de actuar.

HC: Admiras a algún funcionario en particular?
SN: No, no ahora. Cuando vine de estudiar de Chile me impresionó el ex-alcalde Henry Merriam, porque estaba haciendo cosas que nunca antes se hicieron. Puedo decirte que no he encontrado en mi país a gente que me impresione por su inteligencia. contrario a lo que me ocurrió en Chile donde tuve compañeros que me acomplejaban por su inteligencia y su velocidad mental para ver las cosas. Eso no me lo ha hecho sentir nadie en Honduras.

HC: Crees que aquí se violan los derechos humanos?
SN: Yo no sé lo que percibo a través de los periódicos es que sí, pero me decepciona un poco que a veces caigan en el amarillismo y no reflejen realmente la situación del país. Creo que hay bastante libertad, sobre todo de expresión.

HC: Te parece correcto que se les permita a algunos militares la destrucción de algunas zonas de reserva ecológica?
SN: Te diré que los militares son, en su mayoría, gente muy buena, pero desgraciadamente están en un pedestal muy alto, indudablemente que son necesarios. Pero se hace mal concediéndoles prerrogativas que no tiene la gente común y corriente. No veo porqué los militares deban tener privilegios que no tienen los demás hondureños.

HC: Se hacen suficientes esfuerzos por conservar nuestros recursos naturales?
SN: No se hace ninguno. Practicamente no los cuida nadie, eso es una vergüenza para el país. No hay ningún tipo de medidas destinadas a proteger el medio ambiente y eso es una lástima.

HC: Porqué participas en los concursos de belleza si están tan desprestigiados?
SN: En realidad el desprestigio de los eventos de belleza lo hacen los medios de comunicación, que manejan de una forma poco profesional estas cosas. Casi siempre destacan los aspectos negativos, por ejemplo a veces hay participantes que no son bonitas o que tienen sus aventurillas, y de ello se hace un gran escándalo, pero no se destaca el beneficio que determinada institución recibe por la realización de ese concurso. Si me piden que los siga haciendo lo haré, no me importan las críticas. En otros países como Venezuela esos eventos sirven para proyectar a las jóvenes al cine o la televisión.

HC: Tengo entendido que eras profesor en la Universidad Nacional, por qué dejaste de dar cátedra?
SN: Fíjate, trabajé varios años en la Universidad, pero me decepcioné porque el nivel educativo de los estudiantes universitarios es muy bajo y a veces me sentía como dando clases en un colegio de secundaria, no quise seguir haciéndolo. De aproximadamente dos mil alumnos que tuve en los años que trabajé, solo recuerdo apenas a dos que destacaron por su aplicación y capacidad.

HC: Algún proyecto personal grande para el futuro?
SN: No precisado aún, pero quisiera tener mi propia empresa que me de una mayor independencia económica, porque contrario a lo que muchos piensan, yo tengo que trabajar mucho para vivir.

Durante toda la entrevista, donde abordamos temas de interés general, Salvador Nasralla manifestó continuamente las inquietudes de un hondureño que no se conforma con ser uno más del montón y al mismo tiempo mostró aspectos de su personalidad que se esconden detrás de las cámaras y reflectores.

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Para ver una entrevista más reciente, aunque menos profunda:

«Estoy buscando novia»: Salvador Nasralla.

Para los que preguntan por su edad, Nasralla tiene unos 54 años actualmente. (¿No parece, verdad?)

Fidel examina a Mel en conocimientos de Honduras

Hay personas que son tan escépticas. Fidel Castro ya aclaró que sí se reunió con Mel.

¿Mentiría Fidel para tapar la metida de pata de su camarada Mel?

No lo creo. No tiene ninguna necesidad de hacer eso. ¿O sí?

¿Por que todavía no hay ninguna fotografía del encuentro?

Según El Heraldo, a juzgar por la hora en que Fidel escribió su artículo, a Mel solo le quedaban unos pocos minutos para entrevistarse con Fidel. Pero Mel dice que habló con Fidel por más de una hora.

Es extraño.

¿Por qué Leonel Fernández sí pudo conseguir una fotografía con Fidel, y Mel no?

Sea como fuere, es interesante señalar algunos puntos del artículo del «compañero Fidel».

Fidel dice que Mel reconoció que el partido en el cual milita, el Partido Liberal, es un partido conservador.

Pero Patricia Rodas se desgañita acusando al Partido Nacional de conservador. Pero parece que ni el mismo Mel se cree que su partido no lo sea. Tal vez Patricia tampoco, pero ella miente por que le conviene.

Aquí Fidel fregó a Mel.

Tambien dice Fidel que Mel tiene una «gran aversión» al capitalismo. Y El Heraldo se sale por la tangente diciendo que no es tan cierto, por que a Mel le encantan los lujos, botas importadas de cuero y motocicletas Harley Davidson. Los de El Heraldo tienen una concepción muy pobre del socialismo, creyendo que éste significa que todos debemos vivir como monjes.

También es interesante la prueba de conocimientos a la que sometió Fidel a Mel.

Fidel preguntó por la extensión territorial de Honduras, y Mel dijo que era «alrededor de 112,492 kilómetros cuadrados». Esa es la cifra que él aprendió en la escuela. Pero esa cifra no puede ser correcta, ya que ha cambiado con los sucesivos fallos de la Haya, en los que se le ha añadido y quitado territorio a Honduras.

Aquí Fidel agarró desprevenido a Mel. Y es comprensible. Pero El Heraldo de hoy hace mofa de Mel, diciendo que quedó mal parado. A cualquiera le pasa. Un presidente no tiene por qué saberlo todo.

Según la CIA, el área de Honduras es de 112,090 kilómetros cuadrados, de los cuales 111,890 son de tierra y 200 de agua. Este dato parece ser el más actualizado. Es curioso que los gringos saben más de nosotros que nosotros mismos.

O sea que ahora tenemos menos territorio que antes.

¿Y cuál es la población?

Alrededor de 7.6 millones de habitantes, según la misma fuente.

Luego Fidel pregunta a Mel cuál es la extensión en pinares.

El dijo que 50 mil kilómetros cuadradados.

No creo creo que haya acertado, no creo que haya ido preparado para dar ese tipo de datos.

Luego Mel quizo lucirse hablando de la cultura maya, diciendo que los mayas tenían un sistema numérico veintesimal, «dos veces más exacto» que el que utilizamos.

Esto es absurdo. La base del sistema numérico no afecta la exactitud de las mediciones. Debería ser algo obvio, señor presidente.

Hay casos en que es mejor no decir nada antes que soltar una estupidez de este tipo.

Pero hay más.

Mel dijo que los mayas no conocían los metales por qué vivían en la edad de piedra, y que por eso los españoles nos conquistaron. Lo dijo todo triste el pobre.

Pero no es cierto.

Los mayas trabajaron el oro, la plata y el cobre. Los usaban para decorar trajes y máscaras.

Aquí volvió a meter la pata nuestro presidente.

Y lo peor es que lo dice todo triste y acongojado.

Pero es cierto que la superior tecnología militar influyó en el sometimiento los pueblos nativos por los españoles. Pero en la actualidad, tambien los hondureños tenemos ascendencia española, por lo que hay que reconocer ese otro ingrediente de nuestra identidad. No hay que ponerse triste por los hechos históricos, eso forma parte del pasado; aunque es bueno conocerlo para aprender.

Con este interrogatorio de Fidel, ya me dieron ganas de aprender más sobre Honduras, no vaya ser que algún extranjero «me agarre en curva» como a Mel.

Lean la entrada de Wikipedia sobre Honduras.

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