Archivo de la categoría: ideología economica

Oligopolio cementero en Honduras

A continuación presento un extracto del libro Poderes Fácticos y Sistema Político, escrito por Victor Meza et al.*

En cualquier caso, es la cercanía o lejanía respecto al Estado y sus resortes de poder lo que determina, en última instancia, la suerte de las inversiones. El Estado no arbitra, sino que toma partido, dependiendo de los intereses y protagonistas en pugna.

Un ejemplo: el mercado nacional cementero lo monopolizan Cementos del Norte, S.A. (cuyos principales socios son las familias Rosenthal, Goldstein e inversionistas de Guatemala y Suiza) y la Industria Cementera Hondureña, S.A. -Incehsa- (cuyo mayor accionista es la transnacional francesa Lafarge).

La historia de ambas empresas está ligada al usufructo del Estado. Cementos de Honduras fue adquirida por Rosenthal y Goldstein durante el proceso de privatización impulsado al inicio de los años 90, mientras que Incehsa fue propiedad del Instituto de Previsión Militar (en la época de la cual las Fuerzas Armadas eran uno de los principales consorcios empresariales del país) antes de ser adquirida por capital francés.

Las dos compañías cementeras se reparten el mercado, trazando una línea horizontal que corta en dos al país a partir del central departamento de Comayagua. Cada uno en su zona impone sus condiciones a los consumidores. Ese es un acuerdo tácito entre los productores de cemento y el Ministerio de Economía. El Estado no existe como regulador, ni siquiera como mediador. El papel que le han asignado al Estado quienes ya lo dominan se puso a prueba a partir de octubre de 2003 cuando la empresa Cemento América -Cemar- inició la producción de su planta procesadora de clinker en la zona sur de Honduras (San Lorenzo, Valle) orientada al abastecimiento de la demanda centro-sur.

Un año después, a fines de 2004, la empresa, de capital japonés (Taiheiyo Cement), de EEUU (Cerna) y nicaragüense, cerró operaciones. ¿Qué ocurrió en apenas once meses que abortó una inversión superior a los 30 millones de dólares? Cuando inició la producción, Cemar introdujo al mercado su marca «Cemento Uno«, a un costo de tres lempiras menor que la competencia, favoreciendo a los consumidores. Ello generó la réplica inmediata de Incehsa, que respondió con una guerra de precios respaldada por Cementos del Norte. Era claro que las dos empresas posicionadas del mercado se pusieron de acuerdo para sacar a la advenediza, la tercera en discordia.

De manera acelerada, el costo al consumidor de la bolsa de cemento gris de 42.5 kilogramos bajó de 80 a 45 lempiras en los departamentos de Choluteca, Valle y Francisco Morazán. En poco tiempo, el precio por bolsa era 25 lempiras menor que el costo de producción de Cemar. Ninguno de los llamamientos al Ministerio de Economía para que interviniera y pusiera orden en la «guerra comercial» fue atendido. El reclamo de Cemar contra la competencia desleal llegó hasta el propio presidente Ricardo Maduro (2002-2006), sin tener respuesta afirmativa. Ni siquiera las presiones diplomáticas internacionales cambiaron el equilibrio interno de fuerzas.

En agosto de 2004 la operación asfixia tuvo éxito y Cemar anunció cierre de operaciones. De manera inmediata, el precio de la bolsa de cemento gris revirtió la tendencia anterior y comenzó una escalada que compensó a sus productores la «pérdida» que habían tenido que soportar mientras duró el conflicto comercial. De nuevo, el Ministerio de Economía guardó silencio pese a que la Constitución de la República le ordena defender a los intereses de los consumidores. Pero el asunto no terminó ahí. Luego de que la revancha incluyó la compra de acciones de Cemar por Incehsa, el siguiente paso fue castigar a todos los vendedores al detalle -ferreterías- que habían comercializado Cemento Uno.

De manera arbitraria se elaboró una lista negra consignando los nombres de quienes no serían abastecidos con cemento «Piedra Azul» (Incehsa), pese a que vender cemento al detalle es más un servicio que un negocio puesto que la ganancia promedio apenas ronda los dos lempiras por bolsa. Ante esa violación a cualquier código de comercio tampoco actuó el gobierno. ¿Era un asunto de interés privado o de interés público?

Dos años después, ante nuevos aumentos en el precio del cemento, sin consulta o concertación previa con las autoridades gubernamentales, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos7 se refirió al tema advirtiendo que el control monopólico del precio del cemento alejaba las posibilidades para que la gente de escasos recursos tenga acceso a una vivienda digna. La crítica señala que aumentar los privilegios de un sector empresarial termina afectando los derechos básicos de un sector social mayoritario. El Comisionado tampoco obtuvo respuesta oficial a su planteamiento. En definitiva: ¿Cuál libre mercado y cuál sana competencia?

——————–
* Páginas 223-225. El autor del artículo de donde fue extraído este texto es Manuel Torres Calderón. La editorial de este libro es el Centro de Documentación de Honduras (CEDOH)

7 Ramón Custodio, CONADEH, 13 Noviembre 2006

¿Hay más democracia en Honduras?

Se dice que hay más democracia en Honduras, debido a los avances en el proceso electoral.

Ahora hay voto domiciliario, antes la gente de las aldeas tenía que trasladarse a la ciudad para votar.

Ahora hay elecciones primarias, antes los candidatos presidenciales se elegían en las convenciones del partido.

Antes los candidatos a diputados y alcaldes se elegían «por el arrastre» de los candidatos presidenciales, ahora hay voto separado para alcaldes y diputados. Se puede «cruzar el voto» y ver la foto de cada candidato.

Antes la gente votaba por tradición política familiar, ahora la gente está más abierta a votar por el que creen que es mejor candidato.

Hemos cambiado para mejorar. ¿Verdad?

No es tan sencillo.

El voto domiciliario favorece el fraude al hacer más difícil la vigilancia en aldeas y caseríos.

Las elecciones internas resultan muy costosas, se produce mayor contaminación visual y auditiva debido al aumento de la propaganda política.

El aumento de la propaganda política aumenta el costo de una candidatura, volviendo a los candidatos más vulnerables a la manipulación de los grupos de poder económico y a la temible influencia del narcotráfico.

La gente vota por una imagen publicitaria, en vez de una hoja de vida. Muchos candidatos son desconocidos para la mayoría de las personas. Es difícil tomar una decisión informada.

Al votar por los que se perciben como más buenos, guapos o simpáticos, se pierde de vista el hecho de que es necesario comparar ideas y programas de gobierno.

No hemos avanzado en la democracia, hemos retrocedido.

Para que haya una mayor democracia es necesario una mayor delegación de poder al ciudadano común, una mayor descentralización. En esto consiste el verdadero «poder ciudadano», no en un eslogan vacío. Esta es una tarea que queda pendiente.

Artículo relacionado

Democracia en Honduras

¿Qué pasó con la descentralización?

Una de las promesas olvidadas de Mel en su discurso de toma de posesión fue la de descentralizar el Estado. Después de todo, este parece ser el concepto del «Poder Ciudadano».

En mi opinión, este era el único concepto rescatable de su improvisado discurso.

Ocurrió todo lo contrario, en vez de empoderar al ciudadano común, Mel se endiosó a sí mismo. En vez de delegar más poder a otros, se quejó de que no tenía suficiente poder. Y al parecer cuatro años le parecen pocos.

En Honduras ha existido la costumbre de concertar con los sectores interesados las medidas que los afectan. El diálogo ha sido el respiradero que ha sorteado las crisis políticas que afectaron a otros países centroamericanos.

Mel ha rechazado esta sana costumbre, y cree que el país se puede gobernar como quien jinetea un caballo. Mel es como un quijote, que en su afán de buscar justicia comete torpes desmadres.

Si quieres ver sufrir a un vivo, ponle a un tonto atrás, reza un refrán hondureño. Y Mel tiene sufriendo a la gente sensata con sus múltiples locuras.

¿Clonar a Mel?

A juicio de Milton Jiménez Puerto, Mel ha logrado descentralizar el gobierno al trasladarse constantemente a diferentes partes del país.

Al parecer Milton Jiménez no entiende que descentralizar significa delegar el poder, pasar del centro a la periferia.

Suponiendo que pudiéramos crear muchos clones de Mel, y colocar uno en cada ciudad de Honduras, para que la dirija, no habríamos creado más descentralización, ¡Tendríamos una dictadura de pesadilla!

La desaparición de COHDEFOR

COHDEFOR desapareció recientemente1, sin que se hayan socializado las razones que llevaron a esta decisión por parte de las autoridades.

COHDEFOR se caracterizó por ser un foco de corrupción, pero no solo eso. El enfoque que adoptó del asunto forestal, viendo a los bosques solo como una fuente de madera, ha quedado obsoleto, como obsoleto ha quedado su enfoque de planificación central autoritaria. Hoy en día se prefiere darle más participación a la comunidad local en las decisiones sobre los asuntos que le afectan.

Este ha sido un triunfo de la sociedad civil organizada, y se espera un mejor manejo del tema forestal, que incluya también la variable ambiental y turística.

El nombre de la nueva institución que suplantará a COHDEFOR es Instituto de Conservación y Desarrollo Forestal (ICF).

—————-

[1] Ver nota Hoy deja de existir la Cohdefor.