Las consecuencias del supuesto golpe de Estado en Honduras

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Como casi todo en la vida, la crisis política y el supuesto golpe de Estado tuvieron ventajas y desventajas, efectos negativos y efectos positivos. Unos consideran que lo que se dio el 28 de junio con la expulsión del señor Manuel Zelaya fue un golpe de Estado, otros consideran que lo que se dio ese día fue una sustitución constitucional.

Efectos negativos

  • Grandes pérdidas económicas.
  • Desprestigio por desinformación a nivel internacional.
  • Aislamiento internacional. Suspensión de Honduras de la OEA.
  • Recortes de ayudas de otros países.
  • Aumento de secuestros y sicariato.
  • Pérdida de vidas humanas.
  • Aumento de ansiedad en la poblacion.
  • Confrontación. Familiares, parejas y amigos confrontados por tomar posturas opuestas ante la crisis política.
  • Implantación de un odio de clases que no se conocía en Honduras.
  • Terrorismo y daño a la propiedad privada y pública por parte de zelayistas.
  • Pérdida de muchos días de clase.
  • División del Partido Liberal.

Efectos positivos

  • Mayor conciencia política y cívica en la población.
  • Resurgimiento del patriotismo entre los que apoyaron el “golpe”.
  • Consolidación del sistema democrático en Honduras.
  • Se evitó la implantación de una dictadura chavista en Honduras.
  • Se contuvo el avance del chavismo en América Latina.
  • Se volvió a la senda de la racionalidad en la administración del presupuesto nacional.
  • Papel destacado de líderes en la crisis política: Roberto Micheletti, Romeo Vásquez, Ramón Custodio, Oscar Andrés Rodríguez, Evelio Reyes, y los candidatos presidenciales que se opusieron al continuismo.
  • Surgieron nuevos grupos en la sociedad civil en defensa de los principios democráticos y la alternabilidad en el poder.
  • Se identificaron los políticos y personajes con simpatías totalitarias, lo que permitirá detener la infiltración izquierdista del Partido Liberal.

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Enrique Nuila: anarquista hondureño

Por: Rafael López Murcia

Por las primeras dos décadas del siglo recién pasado expira la impronta del anarquismo en Honduras, la cual estaría marcada por la figura de Enrique Nuila, quien muere asesinado en 1919 contando a la sazón con treinta y dos años; sin hijos y con una obra situada por los estudiosos alrededor de 1907, y que estaría supuestamente en las antípodas del sistema ideado por Fourier; el ensayo inédito denominado “Cristianismo y Anarquismo”.

El escritor Juan Fernando Ávila Posas1 no vacila en en denominarle como “uno de los hombres más ilustres de Honduras (…) quien había adquirido una formación admirable y un caudal de conocimientos en la lectura disciplinada de los filósofos anarquistas”.

Un mérito personal que se le atribuye a Nuila, corresponde en haber influido en la formación de otro grande y poco estudiado hondureño: Juan Pablo Wainwright, cofundador del Partido Comunista de Honduras, y a la sazón sobrino materno de Enrique Nuila.

Escasos de su obra como estamos, bastará delinear una anécdota real que lo retrata como hombre consecuente con sus ideas: se dice que cuando fundó la escuela “Eliseo Reclus” de Olanchito, Yoro, iniciando funciones con 80 alumnos de los cuales ese joven espigado era Director, se obtuvo providencialmente una subvención gubernamental que ascendía a cien pesos mensuales para pagar su sueldo. Pero nuestro Director, le devolvía —nótese la singularidad— setenta pesos de los que devengaba al Estado de Honduras, al considerar que treinta le eran suficientes para mantener, lo que ahora llamaríamos su “costo de vida”. Por eso tal vez un pensador calificó al anarquismo como “el más extremo de los iusnaturalismos”,2 y puede en justicia reinvidicarse, en sus vertientes más idealistas, como “el franciscano del pensamiento político” (Esto es tanto más acertado si se mira la situación más bien lamentable en que han caído diversas variantes del pensamiento social cristiano).

Vemos aquí, un fragmento de su obra escrita, la cual junto a lo que se vaya conociendo de su vida, le será reconocida tal vez en la posteridad: “Las primeras comunidades cristianas en el fondo fueron anarquistas, como lo es todo el cristianismo, y si ya no existen, si fracasaron, tal fenómeno fue el resultado no de un vicio de tal naturaleza, sino de causas externas o porque sus miembros perdieron la fe y adoptaron costumbres anticristianas 3 (…) la anarquía es Dios que vuelve otra vez a visitar a los mortales para hacerlos buenos”. (el énfasis es nuestro).

Su apariencia física e indumento no desmiente la presencia del anarquista auténtico, uno que como veremos, es actitud cultural y no solo ideología. El padre José María Tojeira, en su Historia de la Iglesia en Honduras, tiene un aparte para este pensador nacional: “Nuila era un poco excéntrico en el vestir, de un pacifismo absoluto, sin ningún interés por la política de partidos y con un modo de comportarse que se asemejaba al de los gurús orientales. Enrique Nuila era algo más que un liberal. Había leído anarquistas rusos y franceses y captado la profunda veta religiosa que se da en el anarquismo ruso (…)”.4

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1 Nos referimos al estudio “El signo trágico de los intelectuales de Olanchito”, 1.ª Edición en la Editorial Universitaria, 1999. p. 22 y ss.
2 Zaffaroni, Manual de Derecho Penal. Cárdenas Editor. 2ª Edición.
3 Por antítesis citamos aquí la opinión divergente de Rousseau: “Se nos dice que un pueblo de verdaderos cristianos formaría la sociedad más perfecta que cabe imaginarse. No le veo a esta suposición más que una gran dificultad: es que una sociedad de verdaderos cristianos ya no sería una sociedad de hombres”. “El Contrato Social”.
4 Ávila (Op. Cit)
Tomado de el ensayo “Tradición Liberal y Anarquismo Filosófico”, de Rafael López Murcia. Universidad Nacional Autonóma de Honduras, Editorial Universitaria. p. 28 y ss.

Fin de año en Honduras

Foto de El Heraldo

El fin de año se celebra en Honduras como continuación de la Navidad. Hay quienes consideran que la temporada navideña termina oficialmente el 6 de enero, día de Reyes o Epifanía.

El día 31 de diciembre, al igual que el 24 de diciembre, muchas personas van a los cultos religiosos, hay cenas familiares y se revientan cuetes.

Se espera con gran expectación las doce de la noche, para recibir al año nuevo. Al llegar a las doce en punto, los amigos y familiares se dan el tradicional “abrazo de año nuevo”.

Para fin de año no puede faltar la música alusiva a esta época: música navideña y canciones para despedir el año, como “Aquellos Diciembres”, o “Yo no olvido el año viejo“, etc.

En los barrios se recoge dinero para fabricar y quemar a un muñeco que representa al año viejo. Para pedir dinero para este menester hay jóvenes que se ponen máscaras de Halloween y portan un garrote. Muchas veces se queman muñecos que representan a personajes que se consideran villanos, por ejemplo en el 2001 se quemaron muchos muñecos de Osama Bin Laden.

El día 1 de enero es un día tranquilo de asueto, en el que se observan pocas personas en las calles.

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Navidades del recuerdo en Danlí

Por: Darío González

Las Posadas

Se inician el quince de diciembre y simbolizan la llegada de José y María. Sale del Templo Parroquial hacia una casa fijada de antemano, al llegar al lugar donde se recibirán los Santos Peregrinos, los de afuera tocan la puerta y piden posada, cantando los de adentro, lo niegan, ruegan los de afuera y por fin las puertas se abren con suma alegría, después del rezo los acompañantes son obsequiados con ricas golosinas, la noche siguiente se dirige a un nuevo albergue; las más entusiastas dirigentes de esta festividad son: Doña Amparo de Medina, Martinita de Valle, Matilde Vega de Galeas, Goyita Rodríguez, Margarita Sosa, Castidad Salandía y otras que nuestra memoria infiel no nos permite recordar, pero que han dejado un recuerdo imperecedero con hondo sabor tradicional.

Navidad

La noche buena era una fiesta hogareña, donde la tradicional torrija y el incomparable nacatamal ponían la nota solemne a esta conmemoración del nacimiento del Salvador del Mundo. Los nacimientos más famosos eran: el de don Pancho Ramírez, Mariana Valle del Castillo y Tula de Alcántara; lo más simpático de esta festividad era la pérdida del niño que sucedía en nuestra ciudad tal como lo describe el ilustre Filólogo hondureño, Dr. Alberto Membreño, de la siguiente manera:

“Puesto el nacimiento y abierto al público las noches de pascua, concurre la gente en pandillas a verlo. Uno de tantos amigos de la casa se roba al niño; pasado el último día de la pascua, el dueño del nacimiento y el que se robó al niño se ponen de acuerdo para la buscada y en la fecha convenida salen en procesión por las calles hombres, mujeres y muchachos de la casa del nacimiento, con música, cohetes a buscar el niño. Llegan a una casa, y luego a otra en su busca, a lo que llaman Posadas y después de un breve canto en cada posada alusiva al acto, se dirige la procesión a aquella en que va a tener lugar la fiesta y en la que hallan al niño. Sigue un baile de confianza, que concluye después que los concurrentes han tomado el ponche de piña de leche.”

Las Paseadas de Chimina Romero

Chimina Romero, es quizá el personaje más representativo de nuestro lar nativo.

La paseada salía de su casa de habitación situada en el Barrio Tierra Blanca, exactamente a las nueve de la noche iniciaba el desfile de la incomparable Chimina, con su inseparable peineta andaluza, sus bien limpias y almidonadas enaguas, su collar de negros pacones y sus desproporcionados aretes, le daban la apariencia de una linajuda Dama Española, pero más nos recuerda el perfil de la Reina Victoria.

Acompañaban la alegre paseada hombres, mujeres y niños, quienes caminaban por enmedio de la calle, el conjunto musical que iniciaba el desfile ejecutaba alegres marchas, al llegar al nacimiento escogido, se bailaba hasta el amanecer.

Las arengas de Chimina eran conminatorias: “la que se quiera ir con su novio —sentenciaba— que lo haga de su casa, de las paseadas, jamás, porque me desprestigian”.

Así era Maximina Romero, franca, bonachona y servicial, que un infausto día del mes de enero de 1973, dejó al mundo de los vivos para traspasar los umbrales de lo ignoto.

Día de Reyes

Simboliza la adoración de los Reyes Magos, es el último día de la fiesta pascual, se acostumbra en nuestra ciudad, poner a las doce del día, un recipiente de agua cristalina con vista hacia el infinitivo para ver pasar los reyes magos, en nuestra niñez realizamos esta sempiterna tradición con la desafortunada desdicha de no ver jamás a los recordados: Melcho, Gaspar y Baltazar.

Las Pastorelas del Padre Reyes

En la época navideña las pastorelas del Padre Reyes tenían un lugar preferente y por así decirlo una aceptación general. Crucita Novoa Mayorquín, con un entusiasmo poco común, reunía jóvenes de ambos sexos, y con la técnica rudimentaria de un teatrista en ciernes repasaba los papeles de sus actores. La noche que se presentó la pastorela Olimpia en el atrio de la iglesia parroquial, fue para Crucita Novoa, la mejor de sus noches, pues los aficionados al teatro la ovacionaron hasta el delirio, estos sinceros aplausos fueron recompensa que recibió como un estímulo para mantener viva la llama de las tradiciones nativas.

Tomado del libro Danlí en el Recuerdo (1988) de Darío González.